La UNAM y la Universidad de Texas (UT) en Austin firmaron un convenio general con el que ambas instancias buscan promover la colaboración en actividades académicas, científicas y culturales.
En la misma ceremonia se suscribieron dos acuerdos específicos derivados: uno para establecer un programa de intercambio estudiantil y otro para instituir bases de cooperación, especialmente en indagaciones relacionadas con las ciencias de la Tierra y la ingeniería.
El acto fue presidido por Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica de esta casa de estudios, quien destacó que lo signado es resultado de la unión de esfuerzos de las dos universidades y consideró que al sumar capacidades en áreas de interés común se impulsarán logros importantes.
Por su parte, Arturo Iglesias Mendoza, director del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, explicó que con la alianza se facilitará la movilidad; se intercambiará información y material de interés común; se organizarán seminarios, simposios y conferencias, y se concretarán más pactos específicos con otras instancias universitarias.
Gregory Fenves, vicepresidente ejecutivo de la UT, afirmó que los convenios constituyen un instrumento importante porque comprenden acciones que contribuirán a afianzar las relaciones entre las dos instituciones.
En su oportunidad, Sergio Alcocer Martínez de Castro, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), destacó la importancia de colaborar en áreas estratégicas como la educación y, en ese sentido, señaló que lo suscrito aportará tanto a los estudiantes como a la docencia y a la investigación.
Los convenios
El convenio general celebrado entre la UNAM y la UT establece que las partes llevarán a cabo actividades como fomentar la movilidad y las estancias de profesores e investigadores; promover la formación en el extranjero de jóvenes de licenciatura y posgrado; facilitar el flujo de información y materiales académicos en áreas de interés mutuo; organizar conferencias, simposios y programas académicos, así como desarrollar proyectos conjuntos de indagación.
Un acuerdo específico establece el Programa de Intercambio de Estudiantes, que permitirá a alumnos de tiempo completo inscritos en una “universidad de origen” cursar materias de la “huésped” para que le sean acreditadas como parte de los requisitos para obtener un grado académico en su respectiva institución.
Los aceptados en esta iniciativa deberán comprometerse a estudiar al menos un semestre, pero no más de un año, en la instancia receptora, con el plan aprobado previamente por las autoridades académicas de la entidad que funge como contraparte.
El otro de convenio específico busca establecer las bases generales para llevar a cabo iniciativas de colaboración académica, especialmente en ciencias de la Tierra e ingeniería.
Para alcanzar este propósito, las partes agilizarán la movilidad y estancias para profesores e investigadores; impulsarán la formación en el extranjero de estudiantes de licenciatura y posgrado; facilitarán el flujo de información y material académico en áreas de interés común; organizarán conferencias, simposios y programas académicos conjuntos, además de planificar y realizar proyectos de estudio.
A la ceremonia asistieron, por la UNAM, Armando Lodigiani Rodríguez, director General de Cooperación e Internacionalización; Juan Manuel Romero Ortega, coordinador de Innovación y Desarrollo, así como Elena Centeno García, Adalberto Noyola Robles y Antonio del Río Portilla, directores de los institutos de Geología, Ingeniería y Energías Renovables, respectivamente.
De igual manera, Leonardo Beltrán Rodríguez, subsecretario de Planeación y Transición Energética de la Secretaría de Energía; Pablo Valdés, consejero de Medio Ambiente, Ciencia y Tecnología de la embajada de Estados Unidos; Sharon Wood y Jorge R. Piñón, decana de Ingeniería y titular del Programa de Energía para América Latina, ambos de la UT.
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