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Boletín UNAM-DGCS-102
Ciudad Universitaria.
14:30 hs. 19 de febrero de 2015


Andrea Romano Huerta


Liliana Argüello

   

 

ALUMNAS DE LA LICENCIATURA EN TECNOLOGÍA DE LA UNAM PARTICIPAN EN PROGRAMA DE MOVILIDAD ESTUDIANTIL

• Liliana Argüello Labandera concluyó una estancia académica en Sídney, Australia, y Andrea Romano Huerta cursará un semestre en Berlín, Alemania

Liliana y Andrea apenas pasan los 21 años, pertenecen a la quinta generación de la licenciatura en Tecnología de la UNAM y, además de aventurarse con una carrera nueva, se han lanzado a cruzar fronteras para aumentar sus conocimientos y su experiencia de vida.

Gracias al Programa de Movilidad Estudiantil de esta casa de estudios, ambas han sido beneficiadas con estancias en el extranjero. Vivir en otro país, tomar clases en inglés y tener como compañeros a alumnos de otros lugares del mundo forma parte de esta experiencia.

Antes de la Navidad, Liliana Argüello Labandera regresó de estudiar un semestre en la Universidad Tecnológica de Sídney, en Australia; mientras que Andrea Romano Huerta viajará a fines de marzo a la Universidad Técnica de Berlín, en Alemania, donde cursará tres materias.

“Fui a Australia a un intercambio académico, tenía interés en las materias químicas de mi carrera. Me integré a la licenciatura en Nanotecnología en la Universidad Tecnológica de Sídney, tomé clases de química orgánica, de procesos de superficie y de espectroscopía y estructura, pues me interesan las ciencias de materiales”, dijo Argüello Labandera.

Para lograr esta oportunidad, acudió a la convocatoria de la UNAM de movilidad estudiantil, que pide como requisitos un promedio mínimo de 8.5, ser alumno regular y tener un buen historial académico.

“Cumplía con eso y tenía interés de vivir en otro país y tomar clases en inglés. Tuve buenos logros académicos y personales, aprendí de muchas culturas, pues allá hay alumnos de varias naciones; ahora cursaré en Querétaro el octavo semestre, más uno, de reposición de materias, que no tomé debido al intercambio”, añadió.

En tanto, Romano Huerta se alista para viajar a Berlín a fines de marzo, pues las clases empiezan en abril. “Iré a la Facultad de Ingeniería Electrónica de la Universidad Técnica de Berlín por seis meses, haré allá mi octavo semestre, tomaré tres materias: diseño de microsistemas, distribución y sistemas de energía, así como sistemas operativos embebidos. Las voy a cursar en inglés”.

Andrea ya está en proceso de hacer su tesis en ingeniería electrónica. “Aún no decido si seré investigadora de un centro, pues también me gustaría hacer esa labor dentro de la industria. Me interesa ir a Alemania para saber qué puedo estudiar de maestría y doctorado, quiero definir el tema de mi posgrado”, agregó, tras reconocer que el Proyecto de Movilidad Estudiantil de la UNAM le dará la oportunidad de conocer otra nación.

Enfoque multidisciplinario

Liliana comentó que de la licenciatura en Tecnología le gustó el enfoque multidisciplinario, que combina bases fuertes de física, química y biología en la primera parte de la carrera, para luego dar cauce a materias optativas que permiten a los alumnos orientar sus intereses.

“Desde pequeña tenía curiosidad por las cosas electrónicas y mecánicas como las licuadoras y los equipos de comunicación. Mi papá me apoyó, elegí esta opción porque me permite desarrollar mis gustos”, expresó.

Debido al carácter opcional de la segunda parte de la carrera, ha elegido combinar química con ingeniería mecatrónica. “Procuro conjuntarlas en mis proyectos y estoy agradecida de poder hacer esta mezcla, que no es común”, reconoció.

Disfruta el sistema de tutores que tiene la licenciatura en Tecnología, adscrita al Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM. “Se parece a la antigua escuela griega, donde un tutor te enseña varias materias, estás involucrado en temas de investigación actuales y aplicas lo que conoces. Esto forma alumnos integrales, pues absorbemos lo más posible de los tutores. Los míos son Ángel Luis Rodríguez Morales y Miriam Estévez González (técnico académico e investigadora, ambos del CFATA)”.

Por su parte, Andrea había pensado cursar física inicialmente, pero no la había en Querétaro, su estado natal. “Tecnología era algo parecida y aquí encontré lo que me gusta”, señaló.

No se arrepiente de la aventura de una nueva licenciatura porque ha encontrado en las clases un equilibrio entre física, química, biología y matemáticas. “Los últimos tres semestres son optativos, así que se vuelve más libre para elegir lo que a uno le gusta”, concluyó.

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Andrea Romano Huerta y Liliana Argüello Labandera, de la licenciatura en Tecnología de la UNAM.