El Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM apoya el desarrollo de medicamentos biotecnológicos biocomparables, que son semejantes a los de marca y se producen al vencerse las patentes originales, lo que aumenta la oferta en el mercado y reduce los precios, señaló el director de esa entidad, Octavio Tonatiuh Ramírez Reivich.
En la actualidad, la instancia universitaria desarrolla biotecnologías innovadoras que ofrecen un valor agregado a los productos ya conocidos, en algunos casos con empresas y otros únicamente con financiamiento de la Universidad Nacional.
En la mesa de análisis “Medicamentos biocomparables”, realizada en el auditorio Francisco Bolívar Zapata del IBt, Ramírez Reivich consideró que la participación en estos desarrollos permite a los grupos de investigación y a los alumnos de posgrado indagar la estructura molecular de un medicamento, buscar rutas para producirlo, tener la experiencia de escalarlo del laboratorio a planta piloto y vincularse de cerca con las empresas del ramo.
En el evento, moderado por el periodista Javier Aranda Luna, Laura Alicia Palomares Aguilera, investigadora del IBt, consideró que el desarrollo de fármacos biocomparables representa “un primer escalón” para trabajar en conjunto con las empresas farmacéuticas.
“Debe crearse un círculo virtuoso y trabajar en equipo la academia, el gobierno y la industria. Debemos ser aliados e integrarnos para tener una biotecnología mexicana de clase mundial”, recomendó.
Medicamentos biotecnológicos
Un medicamento biotecnológico se caracteriza por utilizar un gen humano que se introduce en una célula (bacteriana, animal o una levadura) para que produzca una proteína muy parecida y, a veces, idéntica a la humana.
“Estas proteínas se emplean para dar una función que puede faltar en un paciente o para otra nueva. Esta tecnología nos ha permitido diseñar unas que no existían en la naturaleza y que ahora se pueden usar para tratar enfermedades de forma eficiente”, destacó Palomares.
Entre las patologías que se previenen con vacunas biotecnológicas están la hepatitis B, el virus de papiloma humano y la influenza, mientras que los tratamientos con fármacos biotecnológicos son muy eficientes para atender diabetes (con una insulina sintética), enanismo (con la hormona de crecimiento) y diversos tipos de cáncer.
Participante en la mesa, Francisco Kuribreña Romero de Terreros, director de nuevos desarrollos de Landsteiner Scientific S.A. de C.V., explicó que México vive una transición epidemiológica, de enfermedades de hace muchos años relacionadas con desnutrición y falta de higiene, a otras que tienen que ver con obesidad y daños crónicos como los cardiovasculares, que requieren medicación a largo plazo.
“Los medicamentos biotecnológicos son de alta especialidad y se administran en instituciones especializadas del sector salud”, aclaró.
Rompecabezas de tres piezas
Ramírez Reivich consideró que las nuevas sociedades deben estar fincadas en el conocimiento para generar educación y productos propios que nos hagan avanzar como país.
Comparó el vínculo necesario entre academia, gobierno e industria con un rompecabezas de tres piezas que no es difícil de formar. “Existe la necesidad de que los mejores cuadros de políticas públicas incluyan a científicos”, abundó.
En tanto, Palomares adelantó que próximamente el IBt apoyará a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) para el análisis de medicamentos biotecnológicos biocomparables.
“Se construye el nuevo laboratorio donde se hará esta labor y se estima que estará listo en seis meses. El trabajo ya se hace, recibimos las primeras muestras para caracterización de moléculas biotecnológicas y nuestro interés es apoyar al desarrollo de la biotecnología en México”, finalizó.
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