En México la cobertura educativa para la población de entre cinco y 14 años de edad es universal, como sucede en casi todos los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Sin embargo, sólo el 53 por ciento de los jóvenes de 15 a 19 años –la población más grande en este rango de edad– está matriculado en el sistema educativo, refirió Silvia Núñez García, directora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
Al participar en el Seminario Internacional Historia Comparada de las Américas: Mapas de la Integración Cultural, indicó que en el ámbito de los vínculos comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá, el tema logró escalar en términos de prioridades en la agenda oficial, luego de que la relación estaba basada fundamentalmente en cuestiones económicas, comerciales y políticas.
“Se reconoce que es relevante ampliar espacios de colaboración a nivel de estudios superiores, porque esto permite, de alguna manera, apuntalar el campo de la investigación y de la innovación científico-tecnológica en una época definida globalmente por la era del conocimiento. No hay integración posible si no entramos al juego sobre la misma base que lo hacen los asiáticos y que amenaza con hacerlo la Unión Europea”, resaltó.
Al ofrecer la conferencia La educación como nuevo eje de la relación México, Estados Unidos y Canadá, la universitaria refirió que la colaboración de nuestra nación con EU, en el terreno de la educación superior, beneficiará a miles de jóvenes, “hará del conocimiento un factor estratégico de la integración que traerá beneficios sociales y económicos a la región en su conjunto”.
Asimismo, consideró que la Unión Americana tiene un déficit en términos de formación de recursos humanos en cuatro áreas fundamentales: ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por lo que ha establecido una serie de mecanismos para atraer a jóvenes talentosos –no sólo de México, sino también de China e India– para que se preparen y se queden en su territorio para subsanar esa carencia.
Por otra parte, refirió que con base en las tendencias actuales se estima que los mexicanos de 15 a 29 años de edad pasarán, al menos, 3.3 años sin un empleo y sin estudiar, proporción superior a la considerada por la OCDE, de 2.3 años.
Además, la cifra de jóvenes adultos considerados ninis (ni estudian ni trabajan) es de 22 por ciento en nuestro territorio; sin embargo, a diferencia de otros países integrantes de la OCDE y pese a que en los últimos años se observó una disminución de 2.9 por ciento en esta población, la proporción se mantuvo por arriba de 20 por ciento durante más de una década. Éste es uno de los grandes problemas que enfrenta la nación.
En México, uno de cada 10 hombres jóvenes no tiene empleo ni estudia, mientras que entre las mujeres de este segmento, la proporción es de tres de cada 10. Los expertos consideran que esta diferencia entre ambos géneros se debe a cuestiones de índole cultural.
El número de ninis aumenta con la edad, pues en personas de 15 a 19 años es de 17 por ciento de la población; en el rango de 20 a 24, sube a 23.6 por ciento, mientras que en el grupo etario de 25 a 29 es de 27.1 por ciento.
Estados Unidos también tiene problema de ninis, sobre todo si se compara con Japón, Alemania o Noruega. No obstante, sus políticas sociales básicamente apuntalan a la población de adultos mayores. “De alguna manera se ha dejado desprotegida a esa población”.
Finalmente, señaló que México contribuye con 1.8 por ciento de estudiantes internacionales en Estados Unidos y es el tercer receptor de alumnos estadunidenses, con unos cuatro mil, después de Argentina y Costa Rica.
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