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Boletín UNAM-DGCS-741
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 22 de diciembre de 2014


Luz María Moreno Tetlacuilo

   

 

LAS BARRERAS DE GÉNERO, FACTOR DE RIESGO PARA CÁNCER CERVICOUTERINO

• En México la tasa promedio de mortalidad de este padecimiento es de 14.2 por cada 100 mil mujeres de 25 años y más, resaltó Luz María Moreno Tetlacuilo, académica de la FM de la UNAM

En México se ha restado importancia al cáncer cervicouterino (CaCu) a pesar de constituir la segunda causa de muerte por enfermedad neoplásica en mujeres, refirió Luz María Moreno Tetlacuilo, académica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, quien sostuvo que este problema se ha visto agravado por las barreras de género socialmente instituidas.

Si bien es cierto que se trata de una afección multifactorial, hoy en día uno de los determinantes de mayor importancia son las relaciones de poder entre géneros, sostuvo.

Aún en muchos sectores de la población se considera que el cuerpo de la mujer no se toca y la sexualidad es un tabú; de hecho, algunas formas de moralidad religiosa traducen este padecimiento como una forma de castigo, señaló.

También, indicó, las relaciones de poder asimétricas que hay en buena parte de las parejas propician la subordinación y dependencia económica de ellas a los varones, lo que con frecuencia limita el acceso a la prueba de Papanicolaou, pues no cuentan con los medios económicos para desplazarse a los lugares donde se les puede practicar.

Actualmente, una cantidad considerable de varones no permite que su pareja se realice este examen por considerar impropio que deje ver su cuerpo a otros hombres, incluidos médicos, derivado del control que ejercen sobre el cuerpo y la sexualidad de ellas desde los mandatos del orden social de género, explicó.

Otro factor importante radica en la práctica de este estudio en los servicios de salud, donde es frecuente que haya malos tratos o se susciten hechos que marcan de manera negativa la experiencia; en consecuencia, provocan que las mujeres no vuelvan a realizarlo, refirió.

Por otra parte, al tener como rol femenino la atención de la salud familiar y las responsabilidades del cuidado del hogar y los hijos, ellas mismas relegan el autocuidado y, por ello, muchas veces no son diagnosticadas a tiempo, resaltó la coordinadora del Programa de Estudios de Género y Salud del Departamento de Salud Pública de la FM.

Aunado a ello está el hecho de que no se ha puesto mucha atención al asunto de que el hombre es transmisor sexual del virus del papiloma humano, factor determinante para que la mujer padezca CaCu, apuntó.

La académica universitaria mencionó que en México la tasa promedio de mortalidad por esta afección es de 14.2 por cada 100 mil mujeres de 25 años y más; no obstante, el grupo de edad más impactado está entre los 45 y 49 años.

El CaCu es prevenible y curable en un gran porcentaje si se detecta oportunamente, y en muchos países desarrollados la prueba del Papanicolaou ha sido la clave para disminuir la mortalidad; sin embargo, en México la cobertura es muy baja. En 2010 fue de 43.2 por ciento el promedio nacional y el 48 por ciento de los casos diagnosticados se encontraban ya en etapas avanzadas, explicó.

Alternativas

Ante este panorama, la especialista en estudios de género y salud aseguró que para lograr resultados efectivos es necesario establecer campañas informativas y de reflexión que no sólo estén enfocadas a las mujeres, sino también a los hombres, donde se hable de la importancia de la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento.

También, abundó, es preciso establecer espacios donde se estimule la reflexión sobre las relaciones de poder en la pareja, la sexualidad y el conocimiento del cuerpo de hombres y mujeres.

Además, se debe reconocer que el CaCu es un problema de salud pública que es urgente atender y crear, como se ha hecho con el cáncer de mama, un día nacional donde se aborde este tema desde una perspectiva de género y con énfasis en la importancia de realizarse el Papanicolaou, concluyó.

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Luz María Moreno Tetlacuilo, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.