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Boletín UNAM-DGCS-740
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 22 de diciembre de 2014


Eira López Palacios

   

 

DESAROLLA LA UNAM INNOVADOR ADHESIVO PARA BRACKETS

• Es biocompatible, tiene mayor adhesión, menor tiempo de endurecimiento, es estable y, sobre todo, no daña estructuralmente al diente, lo que evita dolor después de retirar la aparatología
• A cargo de la estudiante de doctorado Eira López Palacios; su tutor, Gabriel Sáez Espínola; y su asesor, Carlos Álvarez Gayosso, permitirá crear materiales que sirvan a otras áreas de la odontología, como resinas para reconstrucción y selladores de fosetas y fisuras
• De este desarrollo se obtendrán dos patentes: para un sistema adhesivo convencional y para la fórmula de un solo paso, que acorta el tiempo de sillón de los pacientes

En la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM se creó un innovador adhesivo para brackets con múltiples ventajas sobre los comerciales: biocompatible, mayor adhesión, menor tiempo de endurecimiento, estable y, sobre todo, no daña estructuralmente al diente, lo que evita dolor al paciente después de retirarlos.

El desarrollo –a cargo de la estudiante de doctorado Eira López; su tutor Gabriel Sáez, académico y doctor en ciencias odontológicas; y su asesor, Carlos Álvarez–, producto de alrededor de siete años de trabajo, está en proceso de patente y ya hay una empresa interesada en adquirirlo. Además, se creó un instrumento, un medidor de ángulo de contacto, eficiente y de bajo costo, que permitió realizar los estudios para concretar esta innovación.

A partir de la molécula de Trimetilolpropano Trimetacrilato o TMPTMA, base del nuevo adhesivo, se desarrollarán más materiales que sirvan no sólo en ortodoncia, sino en otras áreas de la odontología, por ejemplo, para restauración, resinas para reconstrucción y selladores de fosetas y fisuras, anunció la alumna de doctorado.

Libre de BisGMA

En la década de 1960, Rafael Bowen diseñó la molécula de bisfenol glicidil metacrilato (BisGMA), que comenzó a mezclar con diferentes materiales como acrílicos y dióxido de silicio, y creó las resinas para reconstrucción que se usan en la actualidad para restaurar los dientes cariados o con alguna fractura.

Sin embargo, con el uso generalizado de hornos de microondas, al inicio de los años 90, se descubrió que en algún punto de la temperatura de ese material se liberaba bisfenol-A, componente que, según algunos autores, es carcinogénico y mutagénico.

Investigadores reportaron que tomaron muestras del pozo salival de pacientes que tenían la boca restaurada con resinas, las analizaron y vieron que sí había presencia de ese componente. “Hay quien dice que la cantidad es mínima y que no ocasiona daño; para otros, aunque sea menor, sí lo provoca”, explicó la universitaria.

De ese modo, relató, “nuestra tarea fue buscar un nuevo material, porque hasta ahora las innovaciones sólo han consistido en mezclar el BisGMA con otro monómero para hacerlo más fluido, o se ha combinado con alcoholes para hacerlo más compatible con la humedad”.

El TMPTMA se ha utilizado en la industria para otros fines, como la fabricación de pantallas de televisión o computadoras, o bien, como marcador biológico (lo que asegura que no es tóxico y no causa cáncer). Pero no había tenido uso en el campo odontológico. “Es un material que estará en la boca por dos años, en promedio, en pacientes que pueden ser menores de edad o mujeres embarazadas”.

El nuevo adhesivo no sólo ha sido comparado con los dos de mayor uso en México –según una encuesta realizada por los propios integrantes de la FO en universidades públicas y privadas–, sino que a diferencia de otros estudios, donde se analizan de cinco a 10 muestras, “lo hemos hecho con 50 especímenes para dar soporte científico a nuestro desarrollo”.
Además, se realizaron investigaciones inéditas en México para un material con esas funciones. En un adhesivo, lo que los ortodoncistas evalúan es la resistencia al desprendimiento, pero no se habían hecho análisis del comportamiento físico y de superficie del material.
Se determinó, por ejemplo, la solubilidad, ángulo de contacto con el diente y termogravimetría, porque la boca soporta temperaturas de cinco grados Celsius, cuando tomamos un helado, y hasta 55, al ingerir una sopa o café calientes. El adhesivo experimental mostró estabilidad; no se disuelve o degrada bajo esas condiciones.

Éstas y otras pruebas de tensión superficial, sorción, solubilidad, resistencia al desprendimiento, módulo elástico, fluidez, espesor de película y tiempo de endurecimiento, también se hicieron en los controles de marcas comerciales. La innovación puma resultó mejor en todas ellas.

Por ejemplo, con brackets de policarbonato mostró una adhesión mayor y al retirarlos no produce dolor, porque no se desprenden prismas del esmalte y no se daña estructuralmente el diente. El adhesivo residual se queda pegado en la pieza dental y se retira con un instrumento rotatorio de baja velocidad. Así se garantiza que los pacientes no tengan malestar. Ésa es su mayor virtud, dijo Eira López.

Con apoyo y orientación del director de la FO, José Arturo Fernández Pedrero, de este desarrollo se obtendrán dos patentes: para un sistema adhesivo convencional y para la fórmula de un solo paso, que acorta el tiempo de sillón de los pacientes. Al eliminar un paso de la colocación, el ortodoncista requiere menos tiempo para pegar los 24 brackets, que normalmente se adhieren.

En cuanto al medidor de ángulo de contacto y tensión superficial que creó Gabriel Sáez, él mismo resaltó que es comparable con estándares publicados de aparatos similares y su costo de fabricación fue mínimo. Usó cámaras digitales y un software para hacer mediciones, “de manera simple, en las instalaciones de nuestro laboratorio. De hecho, nadie había obtenido en la facultad fotos de los ángulos de contacto”.

El instrumento, presentado en un congreso de posgrado, “como demostración de lo que habíamos logrado de manera simple, de bajo costo y eficiente”, sólo está reportado en la tesis de maestría de la joven.

Asimismo, el académico destacó la formación de su alumna que, con ayuda de Elva Rosa Leyva Huerta, coordinadora del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud, recibió clases fuera del programa de maestría de la FO y cambió su carga académica de biología, a física, química y mecánica de materiales.
Eira López pudo asistir a la Facultad de Química, al Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico y al Instituto de Investigaciones en Materiales, donde los expertos la orientaron y facilitaron el equipo para realizar su trabajo. Gracias a ello, se abrieron campos que estaban cerrados para los estudiantes de odontología.

Próximamente, una vez que el proceso de patentamiento haya avanzado, este desarrollo será dado a conocer en una revista internacional, como el Journal of Dental Materials o el American Journal of Orthodontics.

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Gabriel Sáez y Eira López.