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Boletín UNAM-DGCS-524
Ciudad Universitaria.
12:30 hs. 9 de septiembre de 2014.


Emilia Lucio Gómez

           

ADOLESCENTES, POBLACIÓN CON MAYOR RIESGO DE SUICIDIO

• En México y el mundo, este problema de salud pública es la tercera causa de muerte en ese segmento
• Emilia Lucio Gómez Maqueo, académica de la FP de la UNAM, comentó que en algunos casos el objetivo no es la pérdida de la vida, sino llamar la atención, acabar con el sufrimiento o vengarse de alguna figura de autoridad
• Este 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio

Una depresión severa es, quizá, el dolor más insoportable que el ser humano puede tolerar durante largos periodos; es un trastorno del estado anímico en el que los sentimientos de tristeza, pesimismo, desesperanza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria. Si una persona experimenta esa patología, su entorno parece estar perturbado y no tiene escape, su última opción parecería ser el suicidio.

En años recientes, en México y el mundo este fenómeno se ha incrementado en forma importante, en particular en el grupo de los adolescentes, población de mayor riesgo en la que ese acto figura como la tercera causa de muerte, aunque en la mayoría de los casos es prevenible, apuntó Emilia Lucio Gómez Maqueo, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Suicidología, de la que es integrante, en 1998 las autolesiones, actividad relacionada con el suicidio, representó 1.8 por ciento de los problemas de salud mental entre los jóvenes y, de no atenderse, para 2020 será de 2.4 por ciento.

En términos generales, indicó, en el país existe una tasa de prevalencia general de suicidios de 6.5 por cada 100 mil habitantes. Se trata de un problema de salud pública multifactorial que sigue un curso más o menos definido (ideación, planeación e intento), en el que influyen factores de riesgo biológico, psicológico y social. “En algunos casos el objetivo no es la pérdida de la vida, sino llamar la atención, acabar con el sufrimiento o vengarse de alguna figura de autoridad”.

En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora este 10 de septiembre, explicó que ese acto sigue un proceso de ideación, planeación e intento, “aunque no siempre es así; en ocasiones algunos individuos se drogan o embriagan y de manera impulsiva se suicidan, sin haberlo ideado”.

Asimismo, mencionó que hay diferentes momentos en el ciclo de vida de una persona que lo intenta; es decir, no es lo mismo que cometa este acto un adulto de 70 años con una enfermedad terminal, que decide hacerlo por temor al deterioro de su salud, a un joven de 14, que no tiene el entendimiento suficiente de su proceder y de las consecuencias.

La especialista en adolescentes en riesgo destacó que, en ocasiones, los jóvenes evidencian ante los psicólogos su deseo de quitarse la vida. “Nos dicen ‘cuando me suicide, mis papás se van a arrepentir o van a estar tristes’. Tratamos de explicarles que ya no estarán ahí para verlo y si fallecen ya no habrá nada, pero con frecuencia no entienden el significado de morir. En términos generales, no deberían cometer ese acto porque tienen la vida por delante, pero no desean estar deprimidos, abandonados o maltratados”.

Son muchos los estudios que demuestran que el suicida pide ayuda de alguna manera, pero pasa desapercibido. Uno de los mitos es asegurar que quien tiene esta tendencia no lo expresa, pero en muchos casos sí lo hacen, así que los padres deben tomar en serio las amenazas y recurrir a especialistas para hablar de ello.

Esta conducta puede prevenirse, particularmente en los adolescentes, y para lograrlo se requiere brindar atención a quienes acepten que han pasado por ese proceso; además, es necesario crear un centro de atención integral. En México se invierte poco en salud mental, “es una realidad, sólo existe un hospital a nivel nacional para atender estos problemas en ese segmento de la población”.

Hasta hace unos años, prosiguió, los niños y adolescentes estaban más protegidos en todos sentidos, los padres tenían recursos suficientes para cuidarlos y educarlos, ahora los salarios de la mayoría no alcanzan ni siquiera para darles una alimentación adecuada; ante esa situación, no basta con crear una institución o generar leyes, sino remediar los problemas sociales que los afectan.

Finalmente, recomendó verbalizar la situaciones que nos inquietan, “no siempre es necesario acudir con un profesional, pero sí tener a alguien con quien platicar; la comunicación de lo que nos pasa es importante, no debemos tener miedo a expresar nuestras emociones y buscar una red de apoyo”.

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio fue establecido por la Organización Mundial de la Salud para fomentar compromisos y medidas para su prevención.

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Fotos

Emilia Lucio Gómez Maqueo, de la Facultad de Psicología de la UNAM.

El suicidio es un problema de salud pública multifactorial que sigue un curso más o menos definido, en el que influyen factores de riesgo biológico, psicológico y social.