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Boletín UNAM-DGCS-220
Ciudad Universitaria.
06:00 hs 15 de abril de 2014

 

   

 

BUSCA FES CUAUTITLÁN CONVERTIRSE EN CENTRO NACIONAL DE GERMOPLASMA DE CHÍA

  • En su producción ocurre un fenómeno similar al de la flor de cempasúchil, ahora cultivada y exportada por China, indicó José Luis Sánchez Millán

 

 Aunque México es origen mundial de la chía (Salvia hispánica), especie vegetal rica en ácidos grasos omega 3 y 6, hoy el mayor productor de esta planta en América Latina es Argentina –con el uso de semillas mexicanas–, con la consecuente mejora económica de los productores agrícolas, apuntó José Luis Sánchez Millán, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán.

En su caso ocurre un fenómeno similar al de la flor de cempasúchil, que ahora es cultivada y exportada por China.

Ante esta situación, Sánchez Millán, en colaboración con un grupo de investigadores de esa unidad multidisciplinaria, del Instituto de Química (IQ) y de la Facultad de Química (FQ), buscan convertirse en centro nacional de germoplasma de chía y generar paquetes tecnológicos para los interesados en los valles altos, inicialmente.

Los universitarios integran la cátedra de investigación Mejoramiento de plantas comestibles, de la que se desprende el proyecto Caracterización de germoplasma mexicano de chía; este trabajo incluye la recolección de germoplasma en el centro, occidente y oriente de México, así como la solicitud de muestras a bancos nacionales de semilla para su caracterización morfológica-agronómica-genómica.

Otro objetivo es observar el rendimiento de grano y de ácidos grasos poliinsaturados, además de determinar el comportamiento de los mismos en sistemas de producción con fertirriego.

Esta semilla compite con el pescado en cuanto a la concentración de esos ácidos grasos, en específico el linolénico, muy útil para el organismo humano, pues contribuye a prevenir la arterioesclerosis, problemas de cáncer y envejecimiento prematuro.

El mucílago que se forma al remojar las semillas en agua o jugo es el mejor espesante para la industria del yogur. Además, si se hace la extracción del aceite por medios físicos, su fibra compite en calidad con la linaza canadiense; la torta que queda después del prensado es un alimento excepcional de uso pecuario.

El especialista en biología molecular agrícola comentó que según información en Internet, un litro de aceite de chía argentino se cotiza, aproximadamente, en mil pesos mexicanos. “Otros países utilizan a la chía y ahora venden el aceite en euros; es un producto agrícola cuyo origen biológico es mexicano”.

Existe poco conocimiento en los sistemas de producción en México de esa semilla y no se cuenta con variedades de alto rendimiento. “Se desconocen muchos detalles sobre su manejo desde el punto de vista agronómico”, reconoció.

El principal productor en la nación es el municipio de Acatic, Jalisco, que cuenta con una altitud de mil 600 metros sobre el nivel del mar, aproximadamente. Técnicos de esa región señalan que la chía no florece en terrenos cuya altitud rebasa los mil 900 metros sobre el nivel del mar, sin embargo, en Chapa de Mota, Estado de México, ubicado a dos mil 575 metros sobre el nivel del mar, “colectamos chía silvestre. Eso nos habla de que existe poco conocimiento, en términos agronómicos, en relación con la adaptación de este cultivo”.

Ante esa perspectiva, apuntó, el Centro de Enseñanza Agropecuaria de la FES Cuautitlán iniciará con trabajos tan elementales como definir la mejor fecha de siembra, pues es un dato que se desconoce. Posteriormente, en un lapso de no más de tres años, buscarán generar paquetes tecnológicos para los valles altos.

“Consideramos que con un manejo elemental podría alcanzarse una producción de poco más de una tonelada por hectárea, esto nos abre una gran perspectiva”, consideró.

El grupo de investigación involucrado en este proyecto parte desde la base de generar la materia prima mejorada en calidad y cantidad. Para ello, se aprovechará la experiencia de Federico Alfredo García Jiménez, del IQ, quien dirigió una investigación con aceites de maíz.

Tras analizar un promedio de cuatro mil muestras de granos sembrados casi a nivel del mar, encontró que a medida que se avanzaba en altitud, la concentración de ciertos ácidos grasos en los maíces aumentaba. “Esta experiencia puede trasladarse a la producción de chía”.

Por otra parte, Ricardo Víctor Santiago Díaz, académico de la FES Cuautitlán e integrante del grupo, mencionó que se encuentran en proceso de trámite ante la Sagarpa para impulsar la creación de la Red Nacional de Chía; de lograrse, Sánchez Millán sería el coordinador.

“Todo surgió a raíz de una plática que dio en la Dirección de Asuntos Internacionales de la Sagarpa, cuyas autoridades consideraron importante su potencial nutracéutico y económico”, recordó.

El objetivo de la red sería conocer el recurso fitogenético en México, hacer una caracterización y clasificación morfológica y química, aglutinar especialistas que realicen trabajos en este cultivo y conformar un banco nacional de germoplasma en la FES Cuautitlán.

Finalmente, Sánchez Millán puntualizó que “no debe perderse de vista que para ser competitivos no basta con la generación de la materia prima, hay que tener un valor agregado. Cuautitlán tiene la capacidad para ello, pues cuenta con los recursos necesarios para laborar en la industrialización del producto y generar un paquete completo”.
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