Boletín UNAM-DGCS-154
Ciudad Universitaria.
14:00 hs. 16 de marzo de 2014

 
     

GANA COVECTOR PRIMERA COMPETENCIA UNIVERSITARIA DE SATÉLITES ENLATADOS

• Con un peso de 370 gramos y un volumen de lata de refresco, el CanSat del equipo de la FI logró transmitir información sobre la atmósfera a 500 metros de altura y soportar una caída desde esa distancia

Víctor López Castellanos, Alberto García Cruz y Alejandro Mosqueda Vargas, de la Facultad de Ingeniería (FI), obtuvieron la victoria en el Primer Concurso Universitario de CanSat, organizado por la Red Universitaria del Espacio (RUE) de la UNAM.

Integrar una misión con sentido social y beneficios para una comunidad es lo que nos llevó a ganar el primer lugar, afirmaron los integrantes de Covector, nombre del equipo vencedor.

García Cruz, líder del proyecto, expresó que “el objetivo científico del proyecto fue tomar imágenes infrarrojas para determinar el estado de la vegetación de una comunidad, distinguir cuál está sana y dónde se requiere atención”.

Un satélite enlatado es una versión pequeña y económica de uno real. Los CanSat cumplen con las mismas características, requerimientos y especificaciones, esto es, básicamente ser autónomos, remitir información, ser ligeros y de materiales robustos, describió Blanca Mendoza, coordinadora de la RUE.

Covector presentó el dispositivo que incorporó más sensores en su volumen: midió temperatura, presión, altitud, incluyó un GPS, una interfaz para identificar satélites disponibles, un acelerómetro y una cámara infrarroja, con la cual registraron imágenes de la vegetación del municipio.

Primer Concurso Universitario de CanSat

En las faldas del observatorio astronómico de Chapa de Mota, Estado de México, se llevó a cabo el concurso, en donde los equipos finalistas se reunieron para probar sus satélites enlatados.

Para obtener la victoria, los universitarios superaron cuatro etapas: cumplir con un peso de 370 gramos en una lata de refresco; probar que el dispositivo enviara señal a una computadora desde 500 metros de altura; soportar la caída a esa distancia y elaborar un reporte técnico de su experimento, tal y como lo hacen los investigadores al publicar.

Tras pasar las dos primeras fases debían superar la más ardua: la caída libre. En este proceso, la RUE utilizó drones (helicópteros pequeños no tripulados, elegidos por su estabilidad, rapidez y GPS incluido) para elevar los CanSat hasta 500 metros.

Marco Olvera, estudiante de la maestría en Instrumentación de la FI, creó un sistema liberador, un software que registra la altura a la que los satélites se elevan y al llegar a la establecida, a través de un comando ejecutado desde tierra, los libera.

En México es indispensable promover las actividades espaciales a fin de ampliar la capacidad del país en las ramas educativa, científica y tecnológica, de ahí surge el interés de la RUE de realizar por primera vez este concurso en el país, abundó Mendoza.

En su oportunidad, Eduardo Bárzana García, secretario General de la UNAM, felicitó a los organizadores del concurso y resaltó la capacidad de los jóvenes en estos certámenes. La obligación de las instituciones educativas, prosiguió, es ofrecer las condiciones y oportunidades para que expresen su creatividad.

Éste es el primer concurso de CanSat que se realiza en nuestro país y demuestra que las ciencias espaciales ayudan a consolidar la formación de estudiantes y les brinda la oportunidad de desarrollar capacidades que no se obtienen en el salón de clase, concluyó.

A la premiación, realizada en el auditorio Sotero Prieto del anexo de la FI, también asistieron Estela Morales Campos, coordinadora de Humanidades; Juan Manuel Romero Ortega, coordinador de Innovación y Desarrollo; Gonzalo Guerrero Zepeda, director de la FI y Alejandro Farah, presidente del Jurado de Premiación del Consejo de CanSat.

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