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Boletín UNAM-DGCS-142
Ciudad Universitaria
06:00 hs. 10 de marzo de 2014

 

   

 

PROPONEN ESTRATEGIAS PARA CONSERVAR LA SIERRA GORDA DE GUANAJUATO

• Un grupo de universitarias presentó planteamientos encaminados a la protección de áreas naturales protegidas en el Seminario Permanente de Biodiversidad y Cambio Climático del Colegio de Geografía de la FFyL de la UNAM

Con la finalidad de conservar la Reserva de la Biósfera de la Sierra Gorda de Guanajuato, Lourdes Bello Mendoza, Dulce Abigail Cruz Torres y Marisol Reyes García, del Seminario Biodiversidad y Cambio Climático, propusieron estrategias para hacer frente a las condiciones actuales de la zona.

Los trabajos —asesorados por Leticia Gómez Mendoza y presentados en el coloquio La Conservación de la Naturaleza ante un Clima Cambiante— son parte de un proyecto de investigación impulsado por el Seminario Permanente Biodiversidad y Cambio Climático del Colegio de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).

En el Salón de Actos de la entidad, Bello Mendoza consideró que formular escenarios del cambio climático permite cuantificarlo y proponer medidas para el manejo de áreas naturales protegidas.

En su trabajo Escenarios de cambio climático en la Reserva de la Biósfera de Sierra Gorda, Guanajuato, la geógrafa confió en que impulsarán acciones para conservar el área y actividades educativas y de divulgación.

Esa reserva, creada por decreto en febrero de 2007, se ubica en los municipios de Xichú, Victoria, Atarjea y Santa Catarina, al noroeste del estado, y colinda con San Luis Potosí y Querétaro. El área difiere de la última entidad en el aspecto político, aunque son ecológicamente similares.

Por su parte, Cruz Torres se refirió a los aspectos sociales, biológicos y naturales del sitio. A partir de 1998, con la presencia del fenómeno El Niño, la región experimentó sequía e incendios forestales. En esa época apareció la plaga del gusano descortezador mexicano que ha afectado al pino piñonero en Atarjea.

Sobre las problemáticas socioeconómicas, expuso que la mayoría de la población se encuentra en marginación, lo que contribuye a que tenga ingresos económicos bajos.

Otro asunto destacado fue la migración, fenómeno que en las comunidades de Xichú, municipio enclavado en la reserva, reporta un índice alto. “Los habitantes no pueden satisfacer sus necesidades básicas pues hay pocas actividades económicas que generen ingresos”.

Entre las actividades evaluadas (forestales, hidráulicas y agrícolas) mencionó la minería, que intenta desarrollar en la reserva. “Existen residuos históricos en la minera de Xichú, donde se ha encontrado plomo, cadmio, zinc, arsénico, selenio y mercurio. Eso podría contaminar los cuerpos de agua”, indicó.

En tanto, Marisol Reyes presentó Estrategias de adaptación, trabajo que busca identificar acciones que contribuyan a reducir la vulnerabilidad actual y futura para una mejor racionalidad ante el cambio climático.

Al respecto, señaló que es vital formular estrategias para conservar los bosques, zonas para la recarga de los mantos acuíferos, pues el agua es escasa en la región. Abrir espacios a la minería dañaría estos reservorios y si a ello se suma el cambio climático, sus efectos serían más graves.

La causa principal de la pérdida forestal es el desmonte para actividades agrícolas, así como los incendios y la tala ilegal. Ese impacto acarrea no sólo pérdida de recursos, sino efectos en la población como pobreza y emigración.

El eje de la investigación se centra en concebir modificaciones del área en el contexto del cambio climático y la vulnerabilidad actual.

Previo a las presentaciones, José Manuel Espinosa, coordinador adjunto del seminario, afirmó que éstas, más que estar secuenciadas, implican el análisis de diferentes aristas asociadas al cambio climático. Son temáticas vinculadas, pero no exhaustivas por el nivel de complejidad.

En su oportunidad, Gómez Mendoza, responsable del proyecto, indicó que uno de los retos del seminario permanente es que los estudiantes se integren a los nuevos temas de investigación.

Los trabajos futuros “deben enfocarse a los corredores biológicos, a la adaptación, al cambio climático y a cómo influyen estos procesos en la ecología para entender los sistemas naturales a partir de un disturbio ambiental”, finalizó.

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