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Boletín UNAM-DGCS-141
Ciudad Universitaria
06:00 hs. 10 de marzo de 2014

 

   

 

CONMEMORAN DOSCIENTOS AÑOS DEL PALACIO DE MINERÍA CON UN LIBRO

• Es producto de una investigación que requirió 36 meses y en la que participaron especialistas de distintas áreas

• Lo recaudado por la venta de los ejemplares se destinará a becas para estudiantes de licenciatura de bajos recursos económicos

Doscientos años del Palacio de Minería. Su historia a partir de fuentes documentales es un libro impreso a ocho tintas y consta de 11 capítulos y cuatro presentaciones.

Este material —que incluyen más de 300 ilustraciones— se encuentra repartido en las 712 páginas que constituyen el volumen, financiado por la Facultad de Ingeniería (FI), diseñado por Ediciones Nahualito e impreso en QuadGraphics.

Lo recaudado por la venta de mil 300 ejemplares de los que consta el tiraje se destinará a becas para estudiantes de licenciatura de bajos recursos económicos.

Tres años en elaboración

Fueron tres años de labores en los que participaron autores de diversas instituciones, disciplinas y profesiones. Amalgamar esos conocimientos exigió la paciencia y tiempo de quienes dieron forma a este libro de gran formato, con 4.7 kilogramos de peso.

“Nos da una nueva visión desde la historia de la ingeniería, además de que es un volumen con gráfica e información novedosas”, indicó Omar Escamilla González, coordinador de la obra y responsable del Archivo Histórico del Palacio de Minería.

Los 11 capítulos fueron escritos por integrantes de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), la Dirección General de Patrimonio Universitario (DGPU) y especialistas en ingeniería, arquitectura, historia y restauración.

Para reunir la información, los autores recurrieron a 35 archivos (como el General de Notarías del Distrito Federal), tres fototecas, bibliotecas y hemerotecas. De las 306 imágenes, 265 son de publicaciones poco conocidas y se incluyen planos, instantáneas inéditas y un nuevo estudio fotográfico de Javier Otaola Montagne sobre esta edificación.

Desprendido del Seminario Constructores, Mano de Obra, Técnicas y Materiales de Construcción en México, Siglos XVI-XX. El Punto de Vista Social para los Monumentos Históricos, organizado en 2008 por la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la aparición del libro coincide con las celebraciones por el bicentenario del Palacio de Minería, que concluyen de forma oficial el 3 de abril.

Historia

El Palacio de Minería ha sido sede del Colegio de Minería; de las escuelas de Ingenieros, Nacional de Jurisprudencia, Secundaria Nacional de Niñas y Práctica Militar; de las secretarías de Fomento Industrial y de Agricultura; del Instituto Geológico Nacional; del Ministerio de Instrucción Pública y Cultos; de la Academia de Ciencias y Literatura; de la Pagaduría del Desagüe e incluso de la Cámara de Diputados.

Se edificó sobre una de las calles más conocidas de la capital: Tacuba, antes parte de la calzada que conectaba a Tenochtitlan con Tlacopan-Tacuba.

En el texto se menciona que la permanencia del inmueble se debe al arquitecto Antonio Villard Olea, responsable de todas las tareas de reedificación y quien dedicó 33 años a labores en esa construcción.

Existen cuatro publicaciones previas a este título, una llamada El Colegio de Minería, de José María Castera (1841) y tres con el mismo nombre, El Palacio de Minería, la primera escrita por Manuel Francisco Álvarez en 1910; la segunda por Justino Fernández en 1951 y la tercera —con varias reediciones a partir de 1977— a cargo de la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería (SEFI).

Anécdotas

En su larga vida, este edificio —considerado la obra más significativa de Manuel Tolsá— ha almacenado gran cantidad de historias y anécdotas, algunas dadas a conocer en la presentación, como que con éste cierra el periodo colonial e inicia el siglo XIX.

Antes de su construcción, en el predio había dos vecindades, además, del lado de la calle Filomeno Mata se estableció un taller de reparación de carretas. En ese sitio Porfirio Díaz celebró algunos cumpleaños y llegó a albergar billares y hasta una alberca.

Como dato curioso, se añadió que en la hoy Biblioteca Ing. Antonio M. Anza se hallaba el Laboratorio de Resistencia de Materiales de la carrera de Ingeniero Civil y que Concepción de Mendizábal obtuvo el primer título de la especialidad el 11 de febrero de 1930.

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