Las paredes grises del Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla tienden a desaparecer para ceder espacio a coloridas creaciones colectivas de las internas de la cárcel de Iztapalapa.
Acción colectiva por la justicia es el título del cuarto mural pintado en la llamada Sala Chica del reclusorio, que se suma a El grito (que inició estas manifestaciones artísticas); Fuerza, tiempo y esperanza, además de Formas y caminos de la libertad.
En la inauguración de la obra se dio a conocer el ejemplar Pintar los muros. Deshacer la cárcel, texto coordinado por la investigadora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM, Marisa Belausteguigoitia Rius.
Asimismo, se presentaron el libro artesanal-acordeón Mundos paralelos. Intramuros –producto del intercambio artístico entre mujeres del Centro de Readaptación Social de Atlacholoaya (Morelos) y las de Santa Martha Acatitla– y el Diccionario Canero Ilustrado –recopilación de Galia Tonella, Angélica Quintanar y Ana Karen Contreras, que desglosa el vocabulario usado por las reclusas–.
El PUEG ha trabajado desde 2008 en las cárceles mexicanas para atender la situación penitenciaria de mujeres privadas de la libertad, por considerar que se trata de uno de los graves problemas del país.
Dar color a los muros
Distintas tonalidades de azul resaltan el cuarto mural que abarca la barda perimetral del sitio. En la pared más cercana a la calle se representa al sistema de justicia como una galaxia enorme recorrida por espectros ambulantes cargados de papeles; un bosque con expedientes desperdigados remata la obra.
Al centro se aprecia una puerta entreabierta que deja ver dos letreros que dicen Código Penal y Constitución, así como a un grupo de mujeres defraudadas por la ley y que esperan salir por la rendija.
La inauguración contó con la participación de dos internas que alternaron un micrófono para recitar diálogos, una coreografía musical a cargo de algunas autoras del mural y un homenaje al poeta recién fallecido José Emilio Pacheco.
Belausteguigoitia Rius explicó que “este cuarto mural se acerca más a la calle, al espacio contiguo y al afuera. Es una continuación del tercero y es también el más centrado en el proceso jurídico; pega de lleno en él y en la función imposible de la ley. Del grito, en el primero, pasamos al llamado a la legalidad como garantía de los derechos ciudadanos”.
La investigadora del PUEG consideró que el muralismo ilumina los relatos femeninos nacidos en el encierro y es resultado del proyecto Mujeres en Espiral, iniciado en 2008, en colaboración con la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del Gobierno del DF y el Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla.
Al acto asistieron Gloria María Hernández Gaona, de la Dirección del Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla y Víctor Manuel Mora Echeverría, director Ejecutivo de Prevención y Reinserción Social.
Además, el muralista Leopoldo Hernández Castellanos, quien coordinó el trabajo artístico de las internas; Helena de Hoyos, de la colectiva editorialHermanas en la Sombra; la editora Marina Ruiz Rodríguez y Ricardo Animas, profesor de ilustración y colaborador de los textos presentados.
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