Un equipo multidisciplinario de jóvenes universitarios,
encabezado por Augusto Sánchez Cifuentes, profesor de la
Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, desarrolla condensadores
de humedad, también llamados “atrapanubes”, con
la meta de suministrar agua potable a comunidades del país.
Ello debido a que hay regiones sin infraestructura hidráulica
y poblados donde la gente debe caminar kilómetros para llevar
un par de cubetas de agua a sus hogares. “Estamos conscientes
de que no vamos a satisfacer el 100 por ciento de las necesidades
de la gente, pero en parte sí podemos ayudar a resolver el
problema”, señaló el académico.
La concepción básica de este tipo de dispositivos
es obtener el recurso a partir de la humedad o vapor presente en
el aire, al colocar una superficie a la llamada “temperatura
de punto de rocío”, para que el líquido se condense
en ella.
Ese fenómeno ocurre de forma natural en las mañanas
frías, sobre los toldos de los autos, el pasto o los vidrios,
donde vemos la condensación de la humedad del aire debido
a la disminución de temperatura durante las noches.
El ingeniero explicó que siempre existe vapor de
agua en el aire, porque pasa por cuerpos como lagos, mares o ríos
y en su viaje absorbe humedad.
Recuperar ese líquido depende de las condiciones
climatológicas, como las humedades en el aire y la relativa
a la temperatura y el viento, es decir, del clima en general de
cierta zona.
Por ello, en la primera fase del proyecto el equipo –conformado
originalmente por Niuni Butrón Álvarez, ingeniera
y Carlos Sánchez Velázquez, arquitecto, quienes ahora
realizan su posgrado en sustentabilidad en la Universidad Politécnica
de Barcelona; actualmente participan Yazmín N. López
Jaimes, maestra en ingeniería, así como Mariangela
García Guerra, Nelly Adriana Amador García y Pablo
Hidalgo Arias, pasantes de arquitectura la primera y de ingeniería
eléctrica electrónica los segundos– determinará
esas correlaciones.
Hay zonas con mucha neblina, como Cumbres de Maltrata,
Veracruz, pero también con agua; la meta entonces es atrapar
nubes donde hay poco recurso hídrico. Así, para sus
estudios los universitarios utilizan la clasificación climatológica
de la Comisión Nacional del Agua, que define seis climas
para toda la República y desarrollan una base de datos por
estado y municipios, con factores como altitud, humedad y días
de niebla de cada lugar.
Sánchez Cifuentes señaló que en los prototipos
de condensadores desarrollados hasta el momento se han empleado
materiales de fácil obtención y bajo costo, los que
se utilizan en el campo para sombrear cultivos y que, incluso, pueden
ser de reciclaje: tubos tipo conduit y malla raschel.
Los jóvenes explicaron que cuentan con tres modelos:
un atrapanubes plano (el más eficiente); uno en forma de
“M” (el más estable), con la finalidad de aumentar
el área de contacto entre el aire y la superficie y alcanzar
mayor condensación; y otro en forma de un prisma cuadrangular
invertido, como un embudo. El área de las mallas mide en
cada caso 2.5 metros cuadrados y las estructuras donde se colocan
hasta dos metros de altura, con canaletas y depósitos recolectores.
Ahora, el equipo analiza la eficiencia de las diferentes
aberturas de la malla –de color blanco para disminuir la evaporación–:
35, 50, 60 y 70 por ciento, de más a menos abierta, en diferentes
climas.
Con esos prototipos, los jóvenes han hecho mediciones
en Huehuetoca, Estado de México; Izamal, Yucatán;
Temixco, Morelos, así como la propia Ciudad Universitaria.
Han obtenido los mejores resultados en tierras yucatecas.
“Estamos en una etapa meramente experimental, tratamos
de encontrar diferentes parámetros para adentrarnos en una
investigación más formal. Ya con la modelación
computacional del transporte de masa y energía que ocurre
en la condensación, podrían surgir otros trabajos”.
Con financiamiento del Programa de Investigación
en Cambio Climático de la UNAM (al que se entregan reportes
de los avances), el proyecto continuará con pruebas en Puebla
y Baja California y podría incorporar a integrantes de otras
áreas, como ingeniería mecánica o química.
Una vez que se cuente con el prototipo ideal para cada
sitio, se planea elaborar manuales de construcción a fin
de que la gente arme sus condensadores en casa, finalizaron.
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