Boletín UNAM-DGCS-013
Ciudad Universitaria
06:00 hs. 07 de enero de 2014.
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Roger Bartra Murià

ANALIZA ROGER BARTRA LA RELACIÓN ENTRE LA NEUROBIOLOGÍA Y LA CULTURA

• Fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013
• El galardón reconoce la calidad y originalidad de su obra como antropólogo, sociólogo, escritor y ensayista

“Soy una especie de ciempiés, cada patita se interesó en un tema en especial, no podía resistir la tentación de abordar diversos asuntos, actividad que he procurado hacer a profundidad”, consideró Roger Bartra Murià, al explicar por qué a lo largo de su trayectoria profesional ha abordado diferentes estudios que transitan entre la historia, la filosofía, la sociología política y, más recientemente, el cerebro.

Desde hace más de 10 años, el antropólogo mexicano realiza indagaciones sobre la relación entre la neurobiología y la cultura. “Así, al estudiar los mitos de lo salvaje (contrapunto indispensable para entender lo civilizado), fueron muchos años de dedicación, aunque en ocasiones son pistas simultáneas”, comentó el emérito del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), quien recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013, en el rubro de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, que reconoce la calidad y originalidad de su obra como antropólogo, sociólogo, escritor y ensayista.

“Soy arqueólogo y me dediqué a estudiar los temas de la sociedad azteca antigua, apliqué una serie de conceptos que provenían de Marx y que se sintetizaban en el modo de producción asiático, es decir, explicar las sociedades prehispánicas, sobre todo las más avanzadas, como una combinación de un poder central fuerte y con alto nivel cultural, con una economía rural aldeana relativamente atrasada y dispersa, así como con una relación tributaria entre las comunidades y el poder central”.

Ahí, dijo, está planteado mi interés por las cuestiones agrarias. “Al concluir mi carrera de Arqueología, inicié la de Etnología y Antropología Social; mi interés básico fueron las cuestiones agrarias y la situación del campesinado, la cual no tendría sentido si no se estudian los mecanismos políticos que habían condicionado, en buena medida, el atraso, pero también el hecho de que ese segmento fuese la base del poder político en México”.

A partir de esos estudios, Bartra Murià se interesó en los mecanismos políticos y en los problemas de la estructura política nacional. “Ese autoritarismo que caracterizó al país por mucho tiempo, que no sólo estaba basada en la represión, sino en unos procesos de legitimización, que incluían el nacionalismo, el culto a la identidad nacional del mexicano. A partir de ahí me percaté que había dos temas, el del pueblo salvaje atrasado indígena y el pueblo melancólico, por lo que pensé en estudiar el origen de estos mitos”.

De esta última investigación, sus colaboradores consideran que es su más brillante aportación, “contrapunto indispensable para entender lo civilizado”. Después, el universitario abordó el tema de la melancolía como enfermedad mental y, a partir de éste, saltó al área que hoy le ocupa: las neurociencias.

El cerebro

“En estos momentos trabajo todavía sobre el tema de las relaciones entre la cultura y los circuitos neuronales y preparo una nueva edición del libro Antropología del cerebro, el cual, junto con el texto Cerebro y libertad, será publicado en la próxima primavera, en una misma edición en su versión en inglés del Cambridge University Press”, expuso.

Dicha investigación, prosiguió, está por llegar al final “porque no han habido avances científicos espectaculares en los últimos cinco años para volver sobre las hipótesis que he desarrollado y ya divulgué, aunque existen algunos aspectos que sí tengo interés en explorar, sobre todo para redondear el libro que será publicado en inglés y poco después en español”.

Por otra parte, consideró que un científico social puede entender temas especializados, como las neurociencias, a base de estudiar. “No es complicado, todo es cuestión de tiempo y de leer. Hay artículos sumamente especializados más difíciles de asimilar que otros, sin embargo, he tenido la suerte de recibir la ayuda de neurocientíficos que me han guiado y orientado; en ese sentido, han sido como mis maestros, como si iniciara una nueva carrera”.

La gente del área de humanidades se asusta mucho si ve textos en donde existen fórmulas matemáticas, cuestiones químicas o información particular de neurobiología, pero en realidad no son tan difíciles, “en general, si se tiene buena voluntad y no nos asusta, son fáciles de comprender, lo mismo habría que decir a físicos, neurocientíficos, biólogos o químicos, ellos deben hacer un esfuerzo para entender cómo funcionan las ciencias humanas”.

Finalmente, expresó que los premios en general “son una situación singular que a veces incomoda y, al mismo tiempo, alegra. Deben ser un estímulo para continuar nuestra labor, sin embargo, no hay que trabajar para conseguirlos; si éstos orientaran el trabajo de investigación y académico, vamos por mal camino”.

Trayectoria

Como científico social, investigador y ensayista, Roger Bartra ha desarrollado una obra de gran valor y ha realizado aportaciones fundamentales en diversos campos. Como sociólogo y antropólogo, ha producido una obra polifacética original. Su labor ha adquirido reconocimiento internacional, de ahí que casi todos sus libros y ensayos significativos hayan sido traducidos y publicados en inglés.

Es el investigador mexicano dedicado a las ciencias humanas, sociales y políticas más traducido al inglés (siete libros). Ha sido profesor en universidades en Venezuela, Estados Unidos y Europa. Fue el guionista de la película Etnocidio de Paul Leduc. Es Honorary Research Fellow en el Birkbeck College de la Universidad de Londres.

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Fotos

Roger Bartra Murià, investigador emérito del IIS de la UNAM.