Boletín UNAM-DGCS-778
Ciudad Universitaria
06:00 hs. 30 de diciembre de 2013.

CON INDICADORES FISICOQUÍMICOS, CIENTÍFICOS DE LA UNAM MONITOREAN EL RÍO MAGDALENA

  • Investigadoras de la FC y el IE realizan observaciones constantes a fin de garantizar su sustentabilidad

A cinco años de haber elaborado el plan maestro del rescate integral del río Magdalena, en el DF, presentar un diagnóstico ambiental y conscientes de la importancia de los servicios ecosistémicos que ofrece esa cuenca a los capitalinos, investigadores de la Facultad de Ciencias (FC) y del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, continúan con su monitoreo y exploración con indicadores fisicoquímicos y biológicos.

Además, han iniciado otros proyectos a fin de tener mayor información que podría contribuir en la toma de decisiones para tratar de garantizar la sustentabilidad del área.

El propósito es llevar a cabo acciones necesarias para preservar, rehabilitar y restaurar los ecosistemas involucrados, así como realizar el saneamiento de sus aguas en áreas urbanas y rescatar los espacios públicos asociados, explicó Lucía Almeida Leñero, coordinadora del Laboratorio de Ecosistemas de Montaña de la FC.

Es una zona fundamental para la ciudad porque “provee servicios ecosistémicos, también conocidos como ambientales, indispensables para los capitalinos. Además de proporcionar agua, tiene una biodiversidad importante que contribuye a la captura de carbono y es una de las pocas áreas relativamente bien mantenidas del suelo de conservación del DF”, precisó.

La investigadora dijo que de no tener un adecuado manejo de la cuenca y del río, se podrían ocasionar inundaciones en temporada de lluvias y escasez del recurso en épocas de secas. La cuenca sirve para regular flujos y no es nada más importante su estudio por cuestiones conservacionistas, especificó la experta en vegetación y servicios ecosistémicos.

Julieta Jujnovsky, quien ha trabajado con Almeida los últimos 10 años y actualmente realiza un posdoctorado en el IE, mencionó que no se debe olvidar que la Ciudad de México se asentó en el lecho lacustre de una cuenca endorreica (sin salida al mar). “Si llovía se llenaba ese lago, ahora nos inundamos porque hemos tapado el lecho lacustre y ahí hemos construido la urbe”.

La zona es proveedora de servicios ambientales y no sólo de agua potable. Ayuda a regular el microclima y a controlar los desbordamientos, pues es refugio de biodiversidad, incluso, hay especies que sólo existen en esta región y son representativas del área.

También, advirtió que “tenemos encima un problema de cambio climático. Desconocemos sus consecuencias, pero si estas áreas no se mantienen tendremos modificaciones drásticas”. Por ello, para la viabilidad de la metrópoli es fundamental proteger esta cuenca.

“Con esta investigación hemos construido suficientes herramientas para que las decisiones gubernamentales estén basadas en el trabajo realizado y sean las acertadas”, añadió.

Una de las funciones de la Universidad es que el conocimiento que se genera pueda aplicarse. “Nosotros no formamos biólogos tradicionales, sino aquellos que se enfrenten a problemas específicos y reales, que puedan interactuar con la sociedad”, concluyó.

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Fotos

Julieta Jujnovsky y Lucía Almeida Leñero.