Boletín UNAM-DGCS-761
Ciudad Universitaria
11:00 hs. 21 de diciembre de 2013.
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Rolando Díaz Loving

EN AUMENTO, NÚMERO DE DIVORCIOS EN MÉXICO

• En 1980 por cada 100 matrimonios había cuatro; en 1990 y 2000, se elevó a poco más de siete y para 2011, a 16, indicó Rolando Díaz Loving, de la FP de la UNAM
• En el país es mayor el número de separaciones que de divorcios, pues más del doble de las parejas no concluyen el proceso legal

En los últimos años el número de divorcios en México aumentó considerablemente. De acuerdo con datos del INEGI, en 2009 se registraron 84 mil 302, en 2010 la cifra creció a 86 mil 42 y en 2011 a 91 mil 285.

De hecho, en 1980 por cada 100 matrimonios había cuatro divorcios; en 1990 y 2000, se elevó a poco más de siete; para 2005, a 12 y en 2011, a 16. Aunque en incremento, estas cifras aún no alcanzan las de países que enfatizan el desarrollo y bienestar individual sobre la armonía social, donde los índices sobrepasan el 50 por ciento de divorcios.

No obstante, en nuestra nación es mayor el número de separaciones que de divorcios, pues más del doble de las parejas en esa condición no concluyen el proceso legal, afirmó Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

Una posible explicación se deriva de la sanción social y religiosa que existe alrededor del matrimonio, en la que las normas y creencias indican que es un compromiso que debe durar toda la vida. Sin embargo, “los datos señalan que la vida separa más parejas que la muerte”.

Preguntas que surgen de inmediato en cuanto a los datos demográficos sobre el rompimiento del compromiso son: ¿en qué lugares hay más y menos de ellos?, ¿qué variables se relación con el mayor número de divorcios y separaciones en nuestro país? De entrada, indicó Díaz Loving, los índices son mayores en los estados del norte y en la zona metropolitana de la Ciudad de México.

En este sentido, hay cifras que describen a estas entidades. Por ejemplo, el Índice de Desarrollo de Género, que refiere el grado de avance económico, social, político y educativo de la mujer, es más alto en sitios donde hay mayor cantidad de divorcios, mientras que las premisas socio-culturales de supremacía del hombre y sacrificio de ella son más elevadas en las entidades federativas con niveles más bajos de divorcio.

Desafortunadamente, también es cierto que los estados más tradicionales, donde el divorcio es más bajo, tienen los indicios de violencia intrafamiliar más altos, remarcó.

“En el siglo XX se dio un nuevo ciclo de emancipación y empoderamiento de las mujeres. Ante ello, de manera general podemos decir que si no se presentan relaciones equitativas y no se reconoce de manera constructiva el desarrollo de las mujeres, deciden no continuar en uniones que impiden su aportación a ellas mismas, a sus familias y a la sociedad. Si adicionalmente existe violencia, sus competencias y posibilidades de producción las motivan a dejar esas vínculos no constructivos”.

Hoy en día, donde hay equidad de género las personas se unen porque quieren estar en una relación para compartir un bienestar individual y familiar, ya no por una regla económica, impuesta por los padres o grupos de poder. “En contraparte, en las entidades federativas que tienen una tradición que mantiene estable al matrimonio, sustentado en la hegemonía de hombres sobre mujeres, las uniones son longevas, pero por las peores razones", reiteró.

Si quisiéramos aminorar el número de divorcios, el camino no es hacer más rígidas las reglas de ingreso y permanencia, sino conformar lazos constructivos basados en justicia, equidad, apoyo mutuo y tolerancia. Para ello, es necesario trabajar con la sociedad, en particular con niños y jóvenes, a fin de que aprendan a negociar y otorgar importancia a sus valores con un amplio respeto a los del o de la otra, concluyó.

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Fotos

Rolando Díaz Loving, de la FP de la UNAM.