LINBOS, Los Insectos del Bosque Seco, proyecto
desarrollado por expertos del Instituto de Biología (IB)
de la UNAM, es la primera base de datos de su tipo, enfocada a este
grupo de organismos y relacionada a un ecosistema en particular.
Su propósito es dar a conocer la diversidad y patrones
de distribución de los insectos en el bosque tropical caducifolio
(BTC) en México y con ello contribuir a los esfuerzos de
conservación de este hábitat natural, uno de los ecosistemas
tropicales más diversos en México y el que tiene mayor
número de endemismos en el país.
Desafortunadamente, también es uno de los más
perturbados, con una tasa de deforestación cercana al dos
por ciento anual, por lo que requiere medidas urgentes para su protección,
indicó Felipe A. Noguera, integrante de la Estación
de Biología Chamela (EBCH) del IB.
El proyecto, iniciado en 1995, ha permitido estudiar diferentes
sitios del territorio nacional: la región de Chamela y la
de San Buenaventura, en Jalisco; Ixtlahuacán, en Colima;
el límite norte de la distribución del BTC en el país,
en la Sierra de San Javier en Sonora, así como la región
de Acahuizotla en Guerrero.
De igual manera, el sur de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán,
en específico el área de Santiago Dominguillo y el
Parque Nacional Huatulco, ambos en Oaxaca; la región de Ocozocuautla,
en Chiapas; los alrededores de la presa El Cajón, en Nayarit,
además de la Sierra de Huautla, en Morelos.
De esos lugares se tienen registradas alrededor de mil
500 especies de los grupos estudiados, en los que los participantes
son expertos: Santiago Zaragoza analiza cinco familias de coleópteros,
que son Cantharidae, Lampyridae, Lycidae, Phengodidae y
Telegeusidae; Enrique González, odonatos o libélulas;
Enrique Ramírez, sírfidos o moscas y el propio Noguera,
cerambícidos o escarabajos de cuernos largos.
Entre los resultados de LINBOS, se han descubierto y descrito
para la ciencia más de 60 especies de los diferentes grupos
estudiados, abundó el biólogo.
Los insectos constituyen el grupo más diverso de
organismos en el planeta. Ecológicamente son muy importantes,
su papel es básico en el funcionamiento adecuado de un ecosistema
terrestre. Por ejemplo, están los polinizadores como las
abejas; los “descomponedores”, que reintegran la materia
muerta al ecosistema, como los cerambícidos, así como
los depredadores, como las avispas, que regulan las poblaciones
de otros insectos.
Este proyecto inició después de que los participantes
del grupo realizaron estudios en la Estación de Chamela y
reconocieron que la preservación del BTC de nuestro país
requiere del resguardo de otras áreas con el mismo tipo de
vegetación. “Nos dimos cuenta que no sólo es
importante conservar un área como la EBCH, sino que es indispensable
proteger la mayor cantidad de sitios posibles dentro de nuestro
territorio y para eso es necesario conocerlos”, acotó
Noguera.
Así, se abocaron a explorar otras áreas con
ese tipo de vegetación en la vertiente del Pacífico,
no sólo para tener información de la diversidad de
estos grupos, sino también para conocer sus patrones de distribución.
La información reunida es incorporada a una base
de datos que estará disponible para su consulta en un futuro
cercano, a través del sitio de Internet: www.linbos.net.
Por el momento, éste contiene la lista de especies de cada
localidad estudiada, imágenes, la descripción y aspectos
generales del proyecto.
Además, conjuntamente con Miguel A. Ortega, otro
investigador de la EBCH, se ha empezado a trabajar en el modelado
de la distribución potencial de las especies de los grupos
analizados.
Otro resultado importante del proyecto es el enriquecimiento
de las colecciones nacionales albergadas en el IB, pues los ejemplares
recolectados son depositados en la Colección Nacional de
Insectos y en la entomológica de la Estación de Biología
Chamela.
Asimismo, el uso de algunos sistemas de muestreo, como
trampas de luz y trampas Malaise, nos permitió capturar especímenes
de otros grupos, que ahora están disponibles para investigadores
interesados. De hecho, especialistas han empezado a trabajar y publicar
estudios de otros insectos, como es el caso de los microhimenópteros,
parasitoides importantes en el control poblacional de insectos.
Gracias a LINBOS (financiado por la UNAM, el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología y la Comisión Nacional para
el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad), de 1995 a la fecha se
han defendido varias tesis de licenciatura y posgrado, y se han
publicado alrededor de 40 artículos en revistas indizadas
y 10 capítulos de libros, señaló el universitario.
En el futuro se planea realizar trabajos de campo en otras
regiones del país, a fin de tener un mapa completo de la
diversidad y patrones de distribución de estos grupos de
insectos en el BTC de la República. Así, se espera
desarrollar estudios en el sur de Baja California, en la Depresión
del Balsas y en la península de Yucatán.
De igual manera, en la vertiente del Golfo, sobre todo
en el centro de Veracruz y cerca de Tamaulipas, donde aún
existen áreas con bosque tropical caducifolio. De esa forma,
se cubriría la mayor parte del país en donde se distribuye
este ecosistema.
Con LINBOS se pretende sentar las bases para responder
a preguntas como ¿cuáles son los sitios con mayor
diversidad biológica o mayor número de endemismos?,
¿existen patrones de diversidad generales para todos los
grupos de insectos estudiados?, ¿estos patrones están
determinados por factores históricos o ecológicos
actuales?
También, ¿qué relación existe
entre los cambios fenológicos de la vegetación y los
patrones de riqueza?, ¿cuál ha sido la distribución
espacial y temporal del esfuerzo de muestreo?, ¿los sitios
de alta riqueza de especies están incluidos dentro de áreas
naturales que tienen algún régimen de protección
o conservación?
Con esta información, finalizó el científico,
se espera coadyuvar a los esfuerzos de conservación que se
hagan en el país para proteger al bosque tropical caducifolio,
incluido el establecimiento de nuevas áreas con algún
régimen de protección en México.
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