El Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) actualizó
su laboratorio móvil que, colocado dentro de un camión
de carga ligera, será de utilidad para realizar estudios
atmosféricos en sitios del país que lo requieran.
Entre otras funciones, permitirá medir una gama
de compuestos, como los contaminantes criterio, conformados por
ozono, óxidos de nitrógeno y de azufre, monóxido
de carbono y partículas suspendidas. Las muestras tomadas
en campo podrán ser analizadas a detalle en las instalaciones
del CCA, indicó Luis Gerardo Ruiz Suárez, investigador
de fisicoquímica atmosférica en esa entidad.
A propósito de las partículas suspendidas,
mencionó que hay de dos tipos: PM2.5 y PM10, identificadas
así por los diámetros aerodinámicos iguales
o menores a esas medidas en micras. Las de 10 micrómetros
son retenidas por la nariz y faringe al momento de respirar; las
de 2.5 y menores penetran al sistema respiratorio, con consecuencias
en la salud. El laboratorio podrá observar simultáneamente
esos dos grupos.
En 2003, la entidad universitaria adquirió su laboratorio
móvil de química atmosférica, que en 2013 fue
actualizado con apoyo de los grupos de Fisicoquímica Atmosférica,
Instrumentación Meteorológica y Aerosoles Atmosféricos,
todos del CCA; de esa forma, obtuvo el nuevo vehículo de
carga ligera, equipado con los aditamentos que lo convierten en
laboratorio móvil.
El laboratorio anterior no desaparecerá; consiste
en una unidad menor que puede ser transportada como remolque y podrá
usarse en otras tareas de la misma instancia.
En tanto, con el nuevo también será posible
estudiar gases de efecto invernadero como dióxido de carbono,
óxido nitroso y metano, además, se podrá observar
la distribución de tamaño de las partículas
del aerosol atmosférico y sus propiedades ópticas,
que influyen en el clima de forma directa o indirecta.
De forma directa, las partículas suspendidas dispersan
la radiación solar y parte de la misma regresa reflejada
al espacio exterior y enfría la atmósfera. Otras,
como el carbono negro y café, la absorben y la calientan.
Por otro lado, en la indirecta las partículas del
aerosol contribuyen a la formación de nubes, que al reflejar
radiación solar hacia el espacio tienden a enfriar la atmósfera;
esta contribución depende del tamaño y propiedades
de las mismas. En otra forma indirecta, si las partículas
contienen carbono negro y se depositan sobre nieve o hielo de glaciares,
contribuyen a calentarlos y fundirlos.
Ruiz Suárez señaló que con la instrumentación
ya existente y la adquisición de la nueva, el laboratorio
podría estar en posibilidades de conocer en tiempo real la
composición química del nitrógeno reactivo,
que da información sobre la edad fotoquímica del aire
que pasa sobre el laboratorio, así como caracterizar los
compuestos orgánicos volátiles y la composición
química de los aerosoles.
Además, se podrán colectar muestras de compuestos
orgánicos volátiles en cartuchos o partículas
suspendidas capturadas mediante filtros para analizar a detalle
su composición química en los laboratorios del CCA.
Un instrumento complementario es el globo cautivo, equipado
con monitores de meteorología, sensores de ozono, bióxido
de azufre y bióxido de nitrógeno; puede elevarse hasta
un kilómetro y sus observaciones verticales permitirán
descifrar la composición química en ese rango de altura.
El investigador mencionó que una masa de aire contaminado
que es transportada por el viento recoge a su paso emisiones y mezclas;
al mismo tiempo, deposita otros componentes. Con el perfil vertical
del globo se pueden comprender mejor esos procesos.
De igual manera, se cuenta con una cámara de dilución
controlada, única en México, recién construida
como parte del laboratorio móvil, con la que será
factible llevar a cabo otro tipo de mediciones. Será posible,
dijo, utilizar todos nuestros instrumentos para caracterizar las
emisiones de una variedad de fuentes de combustión.
“Desde el punto de vista de la química de
la atmósfera, nos interesa conocer cómo están
las partículas justo después de ser emitidas, al momento
que se enfrían a temperatura ambiente y que los gases semivolátiles,
que estaban en forma de vapor, se incorporan a ellas”.
Ruiz Suárez consideró que este espacio, con
mantenimiento adecuado y la renovación de instrumentos, tendrá
un uso práctico de 20 años. El camión y, por
ende, el laboratorio móvil, fueron estrenados en Michoacán,
donde se hicieron mediciones de las emisiones en estufas de leña.
La anterior unidad, pequeña en comparación
con la actual, está en funciones desde 2003; entonces se
adquirió parte del equipo, mismo que se ha actualizado de
acuerdo a las necesidades y se ha usado sólo en las campañas
programadas. Estuvo en sitios rurales de difícil acceso en
Guerrero, Veracruz, Aguascalientes y Puebla, incluso llegó
a Tijuana, comentó.
Para los traslados, el nuevo camión tiene soportes
con amortiguadores en la parte superior e inferior de los gabinetes
de instrumentos, que disminuyen las vibraciones, además,
cuenta con suspensión neumática de carga ligera tipo
reparto urbano y cabina confortable.
La adquisición fue posible con apoyo de Conacyt,
la industria, el sector público, el CCA y la Coordinación
de la Investigación Científica.
—oOo—