A nivel mundial, existen más de mil millones de
migrantes. Del total, 800 millones se desplazan al interior de sus
países de origen y 230 millones integran los flujos internacionales.
Se calcula que 18 millones de personas son refugiadas y un millón
solicita asilo por cuestiones políticas, étnicas,
culturales o religiosas.
En las últimas décadas, el fenómeno
se ha acelerado por los adelantos en medios de transporte y causas
sociales, demográficas, económicas, políticas,
ambientales y culturales. Cinco de cada 10 individuos que abandonan
su país viajan a la Unión Americana, Rusia, Alemania,
Arabia Saudita, Canadá, Francia, Reino Unido, España,
India y Ucrania.
Ellos tienen garantías y derechos que deben ser
respetados, con base en las legislaciones nacionales, así
como en instrumentos jurídicos internacionales. Es importante
que cuenten con protección legal, sobre todo si constituyen
colectivos vulnerables, subrayó Juan Manuel Portilla Gómez,
de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la
UNAM.
Los migrantes en situación desfavorable están
expuestos al rechazo, xenofobia, racismo y discriminación.
Su situación se presta al abuso y maltrato. Son víctimas
de redes de tráfico y trata de personas u otras acciones
del crimen organizado, que los someten a extorsión y prostitución.
En aquellas sociedades a las que no logran integrarse, son marginados
a cinturones de miseria o guetos.
No deberían ser considerados invasores pues aportan
beneficios económicos con su trabajo y enriquecen las culturas
locales con sus tradiciones. No merecen trato de criminales o terroristas,
destacó con motivo del Día Internacional del Migrante,
que se conmemora este 18 de diciembre.
“¿Qué haría Estados Unidos,
el mayor país receptor en el mundo, sin los trabajadores
agrícolas, obreros, albañiles, médicos o ingenieros
mexicanos?”, preguntó.
Migración y remesas
Tenemos el mayor flujo de emigrantes en el mundo y nueve
de cada 10 residen en la Unión Americana. Hay 33.7 millones
de hispanos de origen mexicano en esa nación, de los cuales,
11.4 millones –incluidos seis millones de indocumentados–
nacieron en nuestro territorio. Esta cifra representa el 11 por
ciento de la población del país.
En promedio, envían 22 mil millones de dólares
anuales a sus familiares, para ubicar a México en el tercer
lugar mundial de captación de remesas, la segunda fuente
de divisas de nuestra economía, detalló.
El investigador explicó que quienes se van buscan
empleo o mejores oportunidades laborales, al no encontrarlos en
sus lugares de origen. Incluso, ciertos territorios alientan la
inmigración, al requerir mano de obra, calificada o no, como
sucede con el acuerdo de trabajadores temporales suscrito entre
México y Canadá, refirió.
También lo hacen debido a distintos fenómenos
naturales como erupciones, huracanes o sismos que propician el movimiento
de grandes contingentes al interior de los países u otros
territorios, llamados refugiados ambientales.
El integrante del Consejo Editorial del Anuario Mexicano
de Derecho Internacional, subrayó que las guerras constituyen
otro factor relevante. Ocurre en Siria, donde cuatro millones se
han replegado al interior de la nación árabe por el
conflicto y al menos dos millones 500 mil han buscado albergue en
Irak, Líbano, Jordania y Turquía.
En meses recientes, recordó, los gobiernos referidos
instalaron campamentos para recibirlos y proporcionarles alimentos,
atención médica y educación, con apoyo de organismos
internacionales.
La cuestión humanitaria genera inconformidad entre
la población de los territorios receptores, que por sus problemas
económicos requieren recursos adicionales, expuso el doctor
en derecho internacional.
La movilidad estudiantil también representa flujos
migratorios temporales o permanentes de importancia. Estados Unidos,
Inglaterra, España y Australia, reciben el mayor número
de estudiantes foráneos interesados en cursos de posgrado,
detalló.
Analizar la migración requiere el esfuerzo multidisciplinario
de especialistas en estudios jurídicos, sociológicos,
culturales, económicos y filosóficos, entre otros.
Es un fenómeno complejo que no puede ser limitado a un área
del conocimiento, concluyó.
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