Boletín UNAM-DGCS-747
Ciudad Universitaria
11:00 hs. 14 de diciembre de 2013.
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Álvaro Sánchez Crispín

SE IGNORA EN MÉXICO POTENCIAL DE LOS VOLCANES PARA EL TURISMO

  • El turismo de “sol y playa” es agresivo con el medio ambiente, deteriora el agua, el suelo y la vegetación, indicó Álvaro Sánchez Crispín, del IGg de la UNAM

En México el modelo de turismo que se ha favorecido es agresivo con el medio ambiente, es de “sol y playa” y deteriora el agua, el suelo y la vegetación, como desde antaño sucede en Acapulco y ahora en la costa de Quintana Roo.

Si bien ese turismo de masas es el más exitoso porque deja dinero pronto, también es el que depreda con mayor rapidez el medio de acogida, advirtió Álvaro Sánchez Crispín, investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM.

Una opción es el ecoturismo, que además puede ser fuente de divisas. Éste “se orienta a la observación de la naturaleza”, actividad que no lesiona el espacio geográfico y suscita movimientos de personas con fines específicos. En las pingüineras del sur de Argentina, los turistas pasean por senderos y observan cómo viven los pingüinos, refirió.

En nuestro país no sólo hay playas, sino también otros recursos naturales poco promovidos, como ríos, selvas y desiertos. Ejemplo de ello, son las dunas de Bilbao, cercanas a Torreón, que captan visitantes de Estados Unidos, Canadá y Europa, que llegan a practicar sandboarding, indicó el geógrafo.

Los volcanes también poseen gran potencial, sin embargo, aunque nuestro territorio cuenta con un cinturón volcánico transversal (desde Nayarit hasta Veracruz, también en Baja California y Chiapas), poco se les considera para promover el turismo. En cambio, en Costa Rica sí funcionan para ese fin.

Ante ello, Sánchez Crispín y otros colegas emprendieron el proyecto Volcanes y ecoturismo en México y América Central, auspiciado por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico, a través de un financiamiento PAPIIT. El objetivo fue conocer cómo se promueve el turismo que tiene como elemento central a los colosos, en países de la región como México, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica.

Un hallazgo fue que los ubicados en Centroamérica tienen más interés turístico que los nevados de México, aunque por su altitud el vapor de agua no alcanza a convertirse en nieve en la cúspide. “Anualmente captan millones de visitantes, sobre todo los de Costa Rica”, mencionó.

Japoneses, estadounidenses e italianos visitan los parques nacionales de América Central. En Panamá (territorio tropical, con 20 grados centígrados todo el año) van a la playa y luego se quedan unas semanas a vivir a las faldas del Barú, con clima templado.

Ahí la mayoría (algunos muertos, otros activos, como el Irazú) están asociados con el turismo. Todo está ordenado, planificado, promovido y proyectado para hacer sostenible esta actividad, para que el visitante llegue, encuentre un museo, un lugar explicativo, un baño, un restaurante o una tiendita de recuerdos antes de subir, acotó.

En esa nación centroamericana el turismo es un importante generador de divisas, “por eso promocionan los recursos naturales con los que cuentan para intensificar esa actividad y la llevan a cabo bajo los preceptos del turismo sostenible, que además no lesiona el espacio de acogida y genera muy poca contaminación”.

En cuanto a Guatemala, indicó que además de sus textiles indígenas promueve sus volcanes como el Pacaya, el de Agua, el de Fuego. “Nicaragua ahí va”, tiene algunos espectaculares como el Masaya, que no tiene edificio, es un cráter bajo, pero la gente llega en auto, se aproxima a la boca y alcanza a ver el conducto que comunica el interior de la Tierra con la superficie”.


Al referir al caso de México, apuntó que desconocemos los que existen en el territorio. “Quizá un niño sepa del Popocatépetl o del Iztaccíhuatl; si vive en el Distrito Federal, del Ajusco y Xitle, pero no del Tres Vírgenes, al sur de Baja California, donde se practica un turismo cinegético (cacería regulada). Los visitantes de California llegan al Tres Vírgenes a cazar borrego cimarrón”. Esta actividad –que no es del agrado de Sánchez Crispín- deja a los ejidatarios recursos económicos.

Al volcán Tacaná, en Chiapas, llegan pocos visitantes, aunque a sus faldas se ubican haciendas cafetaleras que ofrecen hospedaje. Son propias para el turismo rural y el agroecoturismo. “Llevan a los visitantes a las plantaciones, les enseñan cómo se pizcan los frutos del cafeto, cómo se procesan, tuestan y muelen”.

El investigador del IGg anotó que también hay turismo científico asociado. Estudiantes de Estados Unidos y Canadá, de carreras como Geología y Geografía, van de práctica de campo al Paricutín, en México, o al Poás, en Costa Rica.

A pesar de ello, en nuestra nación “ni siquiera existen estadísticas de cuántas personas visitan los volcanes. ¿Qué puede hacer el país con este tipo de recursos con posibilidad de actividad turística?”. En su investigación, que a fines de 2013 o principios de 2014 aparecerá publicada con el título Volcanes y ecoturismo en México y América Central, “hay sugerencias para casos concretos y una conclusión general para el manejo adecuado y una propuesta de promoción”.

Además, contiene capítulos que examinan la estructura territorial del turismo en el Paricutín, en México; en el Pacaya, en Guatemala; el Mombacho, en Nicaragua y el Arenal, Poás e Irazú en Costa Rica. Del Tacaná, Chiapas, se hizo un estudio geomorfológico asociado con el turismo científico. Hay también un apartado sobre geoturismo, que no sólo se refiere a las formaciones del relieve, sino a la totalidad de los elementos del paisaje de un lugar que se promueve para una actividad turística.

El fin del proyecto, concluyó, fue elaborar un documento donde se muestra que hay otras maneras y lugares (los volcanes, el desierto o la bóveda celeste) para el turismo no masificado.

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Fotos

Álvaro Sánchez Crispín, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM.
En México los volcanes poseen gran potencial, y aunque se cuenta con un cinturón volcánico transversal, poco se les considera para promover el turismo. (cortesía Álvaro Sánchez Crispín)