Boletín UNAM-DGCS-686
Ciudad Universitaria
11:00 hrs. 16 de noviembre de 2013.

CUENTA MÉXICO CON POCAS ENFERMERAS ESPECIALIZADAS EN
PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO

• Se registra su carencia pese a que la especialidad se imparte en la ENEO de la UNAM, señaló Stephanie Carolina García Cid, egresada de la FES Iztacala

Pese a que la formación se imparte en la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la UNAM, en México no hay los suficientes especialistas en medicina crítica, es decir, profesionales dedicados a pacientes inestables, con necesidad de monitoreo y tratamiento intensivo que no puede ser administrado fuera de las unidades médicas.

Aunque se trata de un área demandada, expuso Stephanie Carolina García Cid, egresada de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, los hospitales del país no cuentan con suficientes enfermeras preparadas para la atención de adultos en esa condición. “Tan es así, que muchos profesionales de la disciplina con otros grados trabajan en el área referida, sin la especialidad”.

Un paciente crítico es alguien con un estado derivado de enfermedades o complicaciones —como síndrome de respuesta inflamatoria, sepsis, shock, traumatismos, cáncer, insuficiencia renal o síndrome coronario agudo— que afectan órganos y hacen que el sujeto necesite apoyo para mantener funciones vitales, como los postoperados o individuos con insuficiencia respiratoria que requieren soporte ventilatorio, en shock, con inestabilidad circulatoria o que precisan monitoreo invasivo o medicamentos vasoactivos, cuya terapia puede ser prolongada indefinidamente.

Sin embargo, es posible poner límite a los esfuerzos terapéuticos en quienes pueden recibir tratamiento intensivo para aliviar su afección aguda, como no incubar o efectuar reanimación cardiopulmonar si se requiere.

El cuidado referido necesita vigilancia continua por su salud lábil, que puede cambiar de un momento a otro y requerirá una intervención inmediata para solventar sus necesidades vitales, expuso la pasante de la especialidad en Enfermería en el Adulto en Estado Crítico.

Por dicha inestabilidad, quien se dedique a esta actividad requiere conocimientos específicos para el cuidado de estas personas y ser capaz de valorarlas desde que los recibe para identificar cuáles serán sus intervenciones y mantener una vigilancia de sus constantes vitales (cardíaco, ventilatorio y urinario).

También debe prevenir complicaciones en su recuperación, infecciones y úlceras, mantener la vía aérea permeable y brindar los cuidados específicos que el paciente no podrá realizar por sí mismo mientras se encuentre dependiente. Incluso, debe detectar cambios significativos para informar al personal si es necesario modificar algo en el tratamiento.

Herramienta útil, pero poco aplicada

Como parte de su capacitación en la atención del paciente en estado crítico con alteración en los patrones de salud, García Cid expuso un caso registrado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Dr. Manuel Gea González: un paciente adulto, en etapa aguda de padecimiento (politrauma por caída de cuatro metros de altura) con alteraciones en patrones nutricional-metabólico, eliminación y actividad-ejercicio, a quien se le aplicó un plan de atención de enfermería por una semana.

Para ello, la universitaria utilizó un instrumento creado en 1982 en Boston (Estados Unidos), por Marjory Gordon, para establecer 11 patrones funcionales como propuesta de valoración. Este modelo permite la identificación de los diagnósticos enfermeros de forma directa y sirve de guía en la atención de un paciente crítico, pues las decisiones deben ser inmediatas y asertivas.

Permite valorar al sujeto en funciones básicas (como prioridad) y, posteriormente, en lo espiritual-emocional. Así, se evaluó al paciente en patrones como mantenimiento de la salud, nutrición, eliminación, reposo y percepción. Además, se realizaron diagnósticos (registro de laboratorio y constantes vitales) que ayudaron a la planificación de la atención por siete días.

Los resultados fueron favorables, pero “eso no es lo importante, pues el sujeto puede mejorar o empeorar, sino que con este modelo es posible crear un plan de atención, así como estrategias específicas para cada paciente”.

Pese a que el modelo de enfermería de Virginia Henderson es el más completo (se utiliza en comunidades y en pacientes hospitalizados) y por esa razón se ha mantenido en la licenciatura como el principal, los 11 patrones de Gordon son útiles en el proceso de atención, refirió.

“Se pueden utilizar en comunidades y pacientes hospitalizados, sin embargo, no tienen difusión y egresados de diferentes instituciones los desconocen. Al parecer, en el país sólo quienes estudiaron en la FES Iztacala lo han aplicado”.

Finalmente, García Cid propuso que tanto los estudiantes del posgrado de Enfermería en el Adulto en Estado Crítico, como los profesionales en el cuidado de la salud que laboran en el área referida, utilicen el modelo de Marjory Gordon como una opción para la valoración, pues éste es aplicable por su practicidad y facilitará las acciones directas realizadas con individuos en esta situación.

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Fotos

La universitaria propuso emplear el modelo desarrollado por la doctora Marjory Gordon para dar una mejor atención a pacientes en estado crítico, pues facilita tomar decisiones inmediatas y asertivas.