La UNAM participó en la Convocatoria del Premio
Nacional de Servicio Social Comunitario ANUIES 2013, a través
de la Dirección General de Orientación y Servicios
Educativos (DGOSE), con los dos programas de servicio social: Tutores
Comunitarios de Verano, en el que obtuvo el primer lugar en la categoría
de Emprendimiento Social y Modelo de Atención Integral Comunitario,
en el que lograron el segundo sitio en la categoría de Fortalecimiento
y Buenas Prácticas de Servicio Social.
El galardón busca promover, fortalecer y consolidar
esfuerzos y experiencias enfocadas a la solución de los problemas
de desarrollo local sustentable, con la participación de
jóvenes prestadores de servicio social comunitario, como
protagonistas y líderes en la ejecución de proyectos
de las instituciones de educación superior, que pretenden
apoyar en la mejora de la calidad de vida de diversos grupos y comunidades
marginadas y/o en extrema pobreza.
Es convocado por la Red Nacional de Servicio Social de
la ANUIES y el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE) y en su
versión 2013 se enfocó al rubro Aprendizajes Orientados
a Soluciones Sociales.
El proceso de selección para obtener el premio está
a cargo de un equipo de especialistas en materia educativa y social,
que integran un comité de evaluación y tienen la responsabilidad
de analizar cada una de las propuestas y emitir su fallo, explicó
Claudia Navarrete, subdirectora de Servicio Social de la DGOSE.
Los criterios de evaluación que el jurado considera
son, entre otros, la pertinencia del proyecto en la comunidad, la
cobertura por grupos de la población, el cumplimiento de
objetivos y metas, la metodología de planeación, el
seguimiento y evaluación, así como el impacto académico
y social.
El programa Tutores Comunitarios de Verano es una estrategia
orientada a lograr, durante un periodo de cinco semanas, la mejora
de los aprendizajes de los niños de primaria de los cursos
comunitarios del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE),
que se encuentran en riesgo de reprobación o deserción
escolar.
El objetivo es implementar actividades intensivas con los
alumnos que al finalizar el ciclo escolar requieren apoyos específicos
para aprobar el nivel cursado y mejorar su desempeño, mediante
una acción de tutoría comunitaria de verano, además
de un acompañamiento durante el siguiente ciclo escolar.
Este año participaron 106 estudiantes universitarios
que fungieron como tutores comunitarios de verano, con presencia
en más de 70 localidades de 35 municipios del Estado de México.
En tanto, el Modelo de Atención Integral Comunitario
tiene como fin contribuir al desarrollo integral comunitario de
la población en localidades de alta marginación, mediante
la atención a la salud y la promoción del avance comunitario,
con la participación planeada y dirigida de equipos y brigadas
multidisciplinarios de servicio social, que impulsen la identificación
de jóvenes líderes y otros actores locales que den
continuidad y se corresponsabilicen con las acciones implementadas.
En el desarrollo del modelo han participado 43 prestadores
de servicio social en tres localidades de alta marginación
del municipio de Chignahuapan, Puebla.
Por el equipo ganador del reconocimiento en el programa
Tutores Comunitarios de Verano, asistieron a la ceremonia de premiación
Brenda Janet González Cruz, de la Facultad de Estudios Superiores
(FES) Zaragoza; Fabián Alfredo Rodríguez Domínguez,
de la FES Acatlán y Olmo Eyatí Manrique Navarro, de
la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).
Por la escuadra triunfadora del programa Modelo de Atención
Integral Comunitario, estuvieron Eduardo Ruiz Naves y Yevgeni Al
Raschid Salinas, ambos de la Facultad de Arquitectura (FA).
Tutores comunitarios de verano
Brenda González, egresada de la licenciatura de
Psicología de la FES Zaragoza, realizó su servicio
social en el Ejido del Estanco, en Almoloya de Juárez, Estado
de México; ahí brindó apoyo a alumnos de educación
básica con rezago escolar o en peligro de deserción.
Su labor consistió en asesorar, durante cinco semanas,
en español, matemáticas, actividades complementarias
de salud y desarrollo personal. Posteriormente, realizó visitas
mensuales para dar seguimiento al proyecto. “Convivir con
esta comunidad ha sido una de las experiencias más maravillosas
de mi vida, aprendí mucho. Uno encuentra ahí su vocación,
yo descubrí mi gusto por la psicología social comunitaria”,
dijo.
La joven consideró que sus compañeros -de
diversas licenciaturas- son individuos de calidad, pues “no
sólo piensan en obtener dinero, consideran a la gente que
menos tiene, son solidarios y sensibles a las necesidades ajenas”.
“No es un logro individual, sino de todos”
Fabián Rodríguez, de la FES Acatlán
y coordinador de tutores comunitarios de verano, aseguró
que “el premio no es mi logro, sino de todos. No hubiera sido
posible sin el apoyo de los tutores pasados y quienes pusieron las
bases del proyecto. Se obtuvo el galardón porque todos somos
parte de un mecanismo. Sólo tuve la oportunidad de representar
a mis compañeros”.
Fuimos a la localidad de La Fábrica, en el municipio
de Hermenegildo Galeana, Puebla (conocido como Bienvenido) para
ayudar a los niños y regularizarlos en las vacaciones. Repasamos
matemáticas, español y actividades complementarias.
Me brindaron esa oportunidad y di lo mejor de mí; apliqué
mis conocimientos de diseño gráfico y les fomenté
otros conocimientos, como la pintura, relató.
El proyecto atendió a alumnos de primaria (de seis
a 12 años),“aunque también convivimos con infantes
de cuatro. Logré comunicarme con los padres de familia, maestros
y los pequeños”.
Tutorías para mejorar el desempeño escolar
de los niños
“Por cinco semanas, apoyamos a niños con rezago
escolar, en riesgo de reprobación o deserción en comunidades
indígenas marginadas del Estado de México y Puebla”,
explicó Olmo Eyatí Manrique, estudiante de la FFyL,
quien participó como tutor en la comunidad poblana de San
Isidro el Llano.
Posteriormente, se realizan al menos cinco visitas programadas
a las localidades para instrumentar propuestas propias orientadas
al desarrollo comunitario. Se trata de involucrarse en la realidad
del país y aportar a la solución de distintos problemas.
Por su relevancia, estos programas requieren más apoyos,
comentó el universitario, quien funge como coordinador en
el proyecto.
Modelo de Atención Integral Comunitario
En el programa Modelo de Atención Integral Comunitaria
participaron prestadores de servicio social de disciplinas como
pedagogía, veterinaria y psicología, entre otras,
refirió Eduardo Ruiz, egresado de la FA y participante en
la primera etapa del proyecto.
“Estuvimos en Chignahuapan, al norte de Puebla, en
tres localidades marginadas: Acolihuia, Pueblo Nuevo (Peñuelas)
y Acoculco. La participación de mi carrera consistió
en aplicar encuestas para identificar las condiciones del equipamiento
urbano y las viviendas y para proponer un reordenamiento territorial
que oriente hacia dónde debe crecer la población.
También atendimos cuestiones relacionadas con la higiene
del agua, su captación y, con base en ello, propusimos estrategias
sustentables de desecho hídrico, baños ecológicos
y piso firme”.
Esta experiencia me dejó un aprendizaje en cuanto
a convivir en una comunidad, integrarse, entender sus problemas
y proponer alternativas de solución con base en los conocimientos
adquiridos. Al finalizar la primera parte del proyecto se cumplieron
los objetivos, porque en todas las disciplinas los resultados fueron
favorables. Es una satisfacción porque significa que el modelo
es exitoso y aplicable en otras localidades marginadas del país,
resaltó.
Aplicar conocimiento como retribución a la sociedad
El mayor agradecimiento por estudiar en la UNAM es retribuir
a la sociedad el apoyo recibido. El servicio social debe realizarse
con esta convicción y no por obligación, sostuvo Yevgeni
Al Raschid Salinas, también de la Facultad de Arquitectura,
premiado por su participación en el Modelo de Atención
Integral Comunitario.
Mediante el programa, se involucra a estudiantes en la
mejoría de las condiciones de vida en las localidades de
Acoculco, Acolihuia y Pueblo Nuevo, con la participación
planeada y dirigida de equipos y brigadas de trabajo inter y multidisciplinario
de servicio social.
“En estas comunidades, los brigadistas de la FA propusimos
la construcción de estufas ahorradoras de leña, en
un esquema que involucró a las autoridades municipales, prestadores
de servicio social y habitantes. En estas tareas, impartimos un
taller teórico, diseñamos un manual y participamos
en los diseños”, concluyó.
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