La aparente contradicción entre el aumento sostenido
en las concentraciones atmosféricas de dióxido de
carbono (CO2) y una disminución en la tasa de incremento
en la temperatura global registrada desde finales de los años
90, ha sido uno de los principales argumentos de los escépticos
para cuestionar el efecto de la actividad humana sobre el clima
del planeta.
Sin embargo, una investigación publicada el pasado
10 de noviembre en la revista Nature Geoscience muestra
que, por el contrario, gran parte de esta disminución en
el ritmo de calentamiento se debe a la intervención humana
con el sistema clima.
La investigación es producto de la colaboración
entre académicos del Centro de Ciencias de la Atmósfera
(CCA) de la UNAM y las universidades de Boston y Libre de Ámsterdam.
"A diferencia de gran parte de los estudios centrados
en evaluar la contribución humana al calentamiento global,
el presente análisis no utiliza modelos físicos de
clima, sino datos observados de temperatura y forzamiento radiativo",
indicó Benjamín Martínez López, del
CCA.
Mediante el uso de métodos econométricos
avanzados —la mayoría desarrollados por Pierre Perron,
coautor del artículo—, los autores logran describir
el calentamiento durante el periodo observado y atribuir gran parte
de sus características a la intervención humana.
Al respecto, Francisco Estrada Porrúa, investigador
de doctorado en el Departamento de Economía Ambiental del
Instituto de Estudios Ambientales, en la Universidad Libre de Ámsterdam
y académico del CCA, indicó que el texto “refuerza
lo señalado por el IPCC en su último reporte, es decir,
que la mayor parte del cambio climático global observado
durante el siglo XX, es de origen antropogénico”.
"Los resultados muestran que las temperaturas global
y hemisféricas comparten una misma tendencia de largo plazo
con el forzamiento radiativo de origen antropogénico y este
factor es el que ha determinado, en gran medida, la evolución
de las temperaturas en el siglo XX". El estudio revela que
el calentamiento global sostenido inició alrededor de 1960,
impulsado por el rápido crecimiento en las emisiones de gases
de efecto invernadero, resultante del boom económico posterior
a la Segunda Guerra Mundial.
Dos periodos de interés en las temperaturas global
y hemisféricas que han sido discutidos ampliamente por climatólogos
y físicos de la atmósfera son el enfriamiento ocurrido
a mediados del siglo XX y la disminución en la tasa de calentamiento
de las últimas dos décadas. De acuerdo con Estrada,
Perron y Martínez-López, grandes eventos socioeconómicos
del siglo pasado contribuyeron a la ocurrencia de ambos, aunque
otros factores naturales y antropogénicos jugaron un papel
importante.
El enfriamiento ocurrido entre 1940 y 1970 ha sido comúnmente
explicado como el resultado de variabilidad natural del clima y
el efecto de los aerosoles atmosféricos antropogénicos,
resultantes de la recuperación de la actividad industrial
en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
"Sin duda, estos factores son importantes para explicar
el comportamiento de las temperaturas en ese periodo", añadió
Martínez López. Sin embargo, el estudio muestra que
los efectos de las dos guerras mundiales y la Gran Depresión
de los años 30 sobre el producto interno bruto de Estados
Unidos y Europa, llevaron a reducciones sin paralelo en las emisiones
de CO2 y a una pausa en el forzamiento radiativo de gases de efecto
invernadero.
Los investigadores comentaron que "sin estas reducciones
en las emisiones de CO2, el efecto de los aerosoles atmosféricos
hubiera sido compensado por el forzamiento radiativo de los gases
de efecto invernadero y probablemente el periodo de enfriamiento
hubiera sido difícilmente detectable".
El estudio también aborda la disminución
en la tasa de calentamiento que se ha registrado desde finales de
la década de los 90 y que ha sido un argumento de los escépticos
de la ciencia del cambio climático para cuestionar el impacto
que la actividad humana ha tenido en el sistema clima.
"Por el contrario, nuestro análisis indica
que, en gran medida, la disminución de la tasa de calentamiento
ha sido causada por acciones humanas", dijo Francisco Estrada.
Las reducciones en las emisiones de clorofluorocarburos, derivadas
del Protocolo de Montreal, junto con las registradas en las de metano
dadas por cambios en prácticas agrícolas en Asia,
contribuyeron de manera importante a la disminución en el
calentamiento.
"Estas dos medidas produjeron una reducción
en el forzamiento radiativo y, en consecuencia, para el año
2010 la temperatura global fue de alrededor de 0.1ºC menor
de la que se hubiera registrado sin ellas", añadió
Benjamín Martínez. Esto muestra que los acuerdos internacionales
pueden ser exitosos para bajar la tasa de calentamiento en el corto
plazo.
Desafortunadamente, la reducción en la tasa de calentamiento
podría ser breve. "Mientras no se cuente con un acuerdo
internacional que limite las emisiones de CO2, el planeta continuará
calentándose y metas tales como limitar el incremento en
la temperatura global a menos de 2ºC serán únicamente
buenos deseos”.
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