Boletín UNAM-DGCS-630
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 21 de octubre de 2013.


CRISIS AMBIENTAL, RETO CON DIMENSIONES POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y SOCIALES

• La devastación del entorno se intensificó por el consumo masivo del petróleo y la emisión de gases de efecto invernadero, coincidieron los participantes del Coloquio Territorio, Naturaleza y Sociedad: A 100 Años de la Geografía en la UNAM

La crisis ambiental constituye un reto que debe ser abordado por distintas áreas del conocimiento y la sociedad en su conjunto, al conjugar problemáticas ecológicas, políticas, económicas y sociales, coincidieron especialistas en el Coloquio Territorio, Naturaleza y Sociedad: A 100 Años de la Geografía en la UNAM, realizado en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de esta casa de estudios.

A lo largo de la historia, se han descrito situaciones similares, con efectos y repercusiones distintas. La destrucción actual fue producida por un modelo económico que intensifica la degradación del entorno, advirtió Jorge Giménez, del Posgrado de Geografía de la Universidad, en la mesa Crisis ambiental en dilema. ¿Destrucción, escasez o sobreexplotación de la naturaleza?

Para atenderla, la academia debe incidir en las legislaciones relacionadas en el fortalecimiento de políticas públicas y en la toma de decisiones, recomendó.

En el Aula Magna, Fernando González, estudiante del Posgrado de Estudios Latinoamericanos, dijo que la intensificación de las actividades productivas demandó el consumo masivo del petróleo, que provocó la emisión exagerada de gases de efecto invernadero.

Hasta la segunda mitad del siglo XX, se tomó conciencia de la devastación causada en el medio, con repercusiones ecológicas, sociales, sanitarias y políticas. La ambiental representa una crisis general y multidimensional, con efectos simultáneos, puntualizó.

En este esquema, los derechos a la propiedad privada y al libre mercado son absolutos y los vinculados a las condiciones de vida de las personas están degradados, por lo que constituyen un tema prioritario en la agenda de discusión global, subrayó Rodrigo Gutiérrez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ).

Al intensificar el control sobre el entorno, el humano incrementó su capacidad destructiva, con distintas consecuencias. Por sus dimensiones, la degradación debe examinarse desde una perspectiva histórica y estructural, con énfasis en cuestiones sociales y políticas, enfatizó.

José Manuel Espinoza, del Colegio de Geografía de la FFyL, expuso que implica un cambio dramático por la utilización intensiva de los recursos naturales, lo que provoca un conflicto entre las necesidades de la sociedad y la disponibilidad de distintos elementos.

La demanda intensiva de satisfactores impide la regeneración de la naturaleza, lo que aumenta la presión sobre el entorno y acelera su destrucción, con efectos en el ámbito social, precisó.

En tanto, María Pérez, de la instancia referida, mencionó que el concepto de desarrollo sustentable representa una estrategia para otorgar un nuevo valor a la naturaleza, para obtener ganancias.

Este planteamiento atraviesa las legislaciones, materializa distintas medidas para generar recursos económicos y traslada a la población la responsabilidad de la crisis ambiental, sin considerar las implicaciones del modelo productivo imperante, concluyó.


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Fotos

Jorge Giménez, del Posgrado de Geografía de la UNAM.