• El proyecto Historias de pincel.
Metodología interdisciplinaria para el estudio de la técnica
pictórica, materiales y conservación en la pintura de
la Nueva España, ha dado resultados sorprendentes
• Con una novedosa visión y una metodología desarrollada
en el Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte, se intenta
conocer cómo pintaron los artistas durante ese periodo y cómo
generaron una identidad propia durante el siglo XVI
En su danza sobre el lienzo, el pincel tiene
mucho que contar. ¿Quién pintó una obra? ¿Qué
materiales empleó? ¿Cómo fue el trazo que el artista
marcó sobre la superficie en blanco? ¿Cómo fueron
las pinceladas con las que modeló una figura? ¿Cuántas
capas de pintura empleó para crear un manto o el follaje en un
paisaje? Con análisis científicos realizados por un equipo
de universitarios, hoy es posible dar respuesta a todas esas preguntas
y complementar el estudio histórico de la pintura producida en
el Virreinato.
Con antecedentes que se remontan a la década
de 1990, con los trabajos de la investigadora emérita Elisa Vargaslugo,
una primera temporada de campo concluida hace unos meses y otra por
comenzar, el proyecto Historias de pincel. Metodología interdisciplinaria
para el estudio de la técnica pictórica, materiales y
conservación en la pintura de la Nueva España, con
sede en el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) y financiado
por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, cosecha resultados
sorprendentes.
Este trabajo, guiado por una visión novedosa en que ciencia y
arte se interrelacionan y con una metodología que se desarrolla
desde hace tiempo en el Laboratorio de Diagnóstico de Obras de
Arte del propio IIE, intenta conocer cómo pintaron los artistas
de México en ese periodo y cómo generaron una identidad
propia –una “Escuela Novohispana de Pintura”–
desde el siglo XVI.
Pedro Ángeles Jiménez, corresponsable
académico del proyecto, señaló que entre mayo y
principios de junio de este año se realizó una temporada
de labor intensa en el ex convento franciscano de San Buenaventura,
hoy Catedral de Cuautitlán, en el Estado de México, que
alberga cuatro obras importantes de esa centuria. Se trata de San
Pedro, San Pablo, San Miguel Arcángel y La Asunción
de la Virgen, del artista flamenco Martín de Vos (Amberes,
1532-1603).
Elsa Arroyo, responsable de análisis
de materiales del proyecto, señaló que se intenta rastrear
los orígenes de dicha Escuela (que comenzó en el siglo
XVI y se prolongó durante un siglo más) y de cómo
llegó el arte europeo y se relacionó con el local.
“Nos referimos a estos vínculos
de grandes empresas de artistas, que tenían aprendices no sólo
en la Ciudad de México, sino en Oaxaca, Puebla y Tlaxcala, y
que desarrollaron trabajos para las iglesias que entonces se construían”.
Nuestro trabajo no sólo busca los orígenes
de ese arte, sino que se distingue por hacerlo con ayuda de equipos
de análisis científico. “Éste es el único
laboratorio de México que se dedica a eso y estamos orgullosos
de que la Universidad sea la encargada de esta labor”.
En esta perspectiva, las obras de arte son
las fuentes de información: bases de preparación, bastidores,
pigmentos, barnices, aceites, todo ello da idea de cómo un artista
manejó sus procedimientos pictóricos a diferencia de otros
y cómo se reprodujeron mediante los aprendices, oficiales y estudiantes
que participaban en los talleres artísticos.
De la foto a las moléculas
De modo general, la metodología de análisis
de una obra pictórica parte de lo macro -exámenes globales-
a lo microscópico. Primero, in situ se toman imágenes
en tres diferentes radiaciones: luz visible, ultravioleta e infrarrojo
(reflectogramas). Después, se recurre a los rayos X; para ello
se cuenta con los mejores equipos.
Se generan imágenes del frente y reverso de cada pintura, “porque
el armado de las tablas es importante, no todos los artistas lo hacían
igual, ni había un taller donde se comparara la tabla armada
para pintar. Esto implicaba una especialización en el gremio”.
Luego, se realizan los análisis no destructivos
de cada obra. Para ello, se colabora con diversas instituciones universitarias
y del gobierno federal, que cuentan con diferentes equipos. Una instancia
fundamental es el Instituto de Física, donde José Luis
Ruvalcaba desarrolló un prototipo de fluorescencia de rayos X
que analiza pigmentos sin tomar muestras. También cuenta con
un equipo RAMAN que estudia materiales orgánicos.
Asimismo, se colabora con el Instituto Nacional
de Investigaciones Nucleares de la Secretaría de Energía,
donde se llevan a cabo análisis instrumentales más sofisticados,
con microscopía electrónica de barrido o difracción
de rayos X, de muestras pequeñísimas (de dos milímetros)
de las pinturas.
También participan expertos del Centro
de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico y de la Facultad
de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM; el Grupo Anatomía
de la Madera del Departamento de Biología de la UAM Iztapalapa
y la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente.
Resultados
Con base en esas técnicas, los universitarios
han hecho interesantes hallazgos, por ejemplo, San Miguel Arcángel,
obra firmada en 1581, tiene un problema historiográfico.
La idea de que la pintura novohispana procede de modelos europeos aquí
se invierte, pues existe un grabado muy similar (fechado en 1584) y
es posible que éste no haya antecedido a la pintura, sino al
revés. “Son aspectos específicos de la investigación
que tratamos de resolver”, señaló la experta.
Otro caso es La Asunción de la Virgen,
también proveniente del retablo de Cuautitlán. Algunos
historiadores habían mencionado la posibilidad de que esta obra
no fuera del pincel de Martín de Vos, sino otra pieza, hecha
en la Nueva España.
“Con las herramientas científicas
fuimos a buscar evidencias”, relató Pedro Ángeles,
los resultados fueron asombrosos. Los universitarios corroboraron que
la pintura no es parte de la misma serie que los otros tres cuadros
del retablo, ni se relaciona directamente con las demás obras
del pintor flamenco en el territorio novohispano – actualmente
ubicadas no sólo en el mencionado ex convento franciscano, sino
en la Catedral Metropolitana de México y el Museo Nacional del
Virreinato –.
Los expertos piensan que la importación
de este tipo de obras desde el viejo continente posiblemente estuvo
a cargo de artistas como Simón Pereyns y Andrés de Concha,
pintores europeos radicados en la Nueva España, quienes tuvieron
una empresa conjunta y utilizaron los grabados y composiciones de De
Vos –contratado por la Iglesia católica para representar
temas derivados del Concilio de Trento– para hacer sus trabajos.
Elsa Arroyo explicó que las obras del
flamenco en Cuautitlán son sencillas, pensadas desde el principio
para no tener un espesor muy grande, pues se iban a enrollar para ser
trasladadas a América. La Asunción de la Virgen
es diferente; en vez de una capa de lino, tiene una gruesa y sobre ella
una preparación de yeso, como la típica preparación
de la pintura sobre tabla (con tres capas, más empaste y “cuerpo”)
de los trabajos novohispanos de Andrés de Concha, quien nunca
firmó sus cuadros.
Segunda temporada
El equipo conformado por una veintena de expertos,
historiadores del arte, historiadores, físicos, químicos,
restauradores y biólogos, realizará una segunda temporada
de campo del 21 al 31 de octubre, esta vez en la Capilla de los Ángeles
de la Catedral Metropolitana, donde se analizarán dos obras más:
una de Martín de Vos, Tobías y el Ángel,
de fines del siglo XVI y La Virgen de las Uvas, de principios
del XVII, atribuida al artista sevillano Alonso Vázquez.
Luego, los trabajos continuarán en los
museos Nacional del Virreinato, Nacional de Arte y probablemente en
Huejotzingo. Con todo ello, se realizará un coloquio y la publicación
de los materiales reunidos.
El proyecto, señalaron, ha permitido
resolver problemáticas particulares en torno al desarrollo de
la escuela de pintura novohispana, enriquecer la infraestructura del
IIE, así como consolidar las redes de trabajo colaborativo con
diferentes entidades dentro y fuera de la Universidad. Se ha fortalecido
una de las líneas de investigación que el Instituto toma
cada vez más en sus manos: el estudio de la materialidad del
arte.
Finalmente, mencionaron que el blog del proyecto,
http://bitacoradehistoriasdepincel.blogspot.mx/2013_05_01_archive.html,
donde se llevó una bitácora abierta del día a día
en el desarrollo de las labores durante la primera temporada de campo,
será utilizado con las nuevas actividades de este equipo de trabajo.
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