• Los apoyos que brinda el Estado
para que ninguna persona padezca hambre o escasez excesiva no resuelven
la situación, planteó Víctor Manuel Durand Ponte,
emérito del IIS de la UNAM, en el marco del Día Internacional
para la Erradicación de la Pobreza, que se conmemora este 17
de octubre
Para erradicar la pobreza en que viven más
de 53 millones de mexicanos, se requieren políticas públicas
de salud, educación y acceso a la justicia orientadas a disminuir
la desigualdad y que favorezcan a los sectores más desprotegidos
del país. No se trata sólo de un problema estadístico,
planteó Víctor Manuel Durand Ponte, emérito del
Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Si bien los apoyos que brinda el Estado son relevantes para que ninguna
persona padezca hambre o escasez excesiva, no resuelven la situación,
pues no la abordan como un reto complejo y de dimensiones múltiples.
Para eliminar las carencias, más que programas asistencialistas,
se requiere el ataque frontal a la desigualdad que fractura a la sociedad
mexicana, subrayó en ocasión del Día Internacional
para la Erradicación de la Pobreza, que se conmemora cada 17
de octubre.
Existen los recursos públicos para reorientar las prioridades
de atención y eliminar las carencias de esta población.
A la par, debe lucharse abiertamente contra la discriminación
que padecen los pobres, quienes tienen tantos derechos como el más
solvente. Es necesaria una revolución cultural para terminar
con estas actitudes de menosprecio que vulneran su autoestima e integridad,
sostuvo.
Suponer que el problema es sólo de quienes la padecen, nos empobrece
y nos hace injustos e intolerantes. Es nuestra responsabilidad terminar
con esta situación, recalcó.
Es una cuestión secular que en varias generaciones no se ha resuelto.
Se requiere impulsar la investigación y el debate académico
entre distintas posturas para mejorar las políticas públicas.
Para disminuir las diferencias sociales y las brechas de marginación,
es necesario garantizar las mejores oportunidades educativas, un sistema
de justicia imparcial y servicios de salud de calidad a los sectores
más desprotegidos, recomendó.
Discriminación
En México, se estima que 53.3 millones de personas viven en situación
de pobreza moderada, con al menos una carencia social en los rubros
de salud, educación, seguridad social, vivienda, servicios básicos
y alimentación, con una percepción mensual por debajo
de la línea de bienestar económico.
Del total, 11.5 millones padecen pobreza extrema, al tener tres o más
carencias sociales y recibir un ingreso mensual inferior a la línea
de bienestar mínimo.
Al respecto, Durand Ponte expuso que la pobreza es un elemento constitutivo
de la sociedad mexicana, que en el transcurso de los años se
agrava en términos absolutos y propicia la marginación
de sectores de la población cada vez más amplios.
Los pobres viven el desprecio y tratos ofensivos de otros sectores.
Tal discriminación va contra el ejercicio de los derechos civiles
y la autoestima de quienes menos tienen y debe combatirse desde el hogar
y la escuela.
Esta condición, que caracteriza a la sociedad mexicana, se origina
por distintas causas. Para eliminarla, se requiere el compromiso de
todos, porque nos atañe incluso si no la padecemos, concluyó.
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