• En el país, existen
nueve millones de casas que requieren mejoras, ampliación,
renovación o sustitución, señaló José
María Gutiérrez, de la Facultad de Arquitectura de la
UNAM
Para atender el rezago habitacional en México,
se requiere una estrategia nacional con la rectoría del Estado
como eje primordial, con políticas públicas integrales
en materia de vivienda y desarrollo urbano que incluyan la participación
social para abatir esta carencia, coincidieron académicos y expertos
en el seminario Un Debate Sobre las Nuevas Estrategias de la Política
Nacional de Vivienda.
En el país hay nueve millones de casas
que requieren mejoras, ampliación, renovación o sustitución.
La construcción masiva se logra con la incorporación de
más actores que atiendan la diversidad de situaciones en el contexto
local, recomendó José María Gutiérrez, académico
de la Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM.
Para atender las necesidades de las personas
con más bajos recursos, las políticas deben enfocarse
en las 60 ciudades del país con mayor población y en 400
municipios rurales y urbanos con pobreza extrema, precisó.
En este ámbito, es indispensable un
organismo que formule políticas integrales y conjuntas en la
materia para garantizar el acceso de familias de escasos ingresos a
recursos para mejorar sus construcciones, explicó en la Unidad
de Seminarios Dr. Ignacio Chávez.
Al respecto, Marco Antonio León, de
la Facultad de Economía, señaló la necesidad de
establecer una corporación pública que administre la existencia
de vivienda en el país para otorgar casas a los distintos segmentos
de la población con una visión regional, territorial y
urbana, con base en las características de movilidad laboral
y el crecimiento económico.
La oferta de los desarrolladores está
orientada a los núcleos urbanos, donde el valor de las construcciones
y el suelo es más elevado, en tanto que quienes la requieren
tienen cada vez menos posibilidades de vivir en ciudades por los precios
altos y optan por situarse en las periferias, apuntó.
Claudia Puebla Cadena, de la FA, dijo que gran
proporción del parque habitacional del país se encuentra
en malas condiciones por materiales deficientes, uso inadecuado del
espacio o carencia de servicios básicos en las viviendas construidas
o mejoradas por sus propietarios.
En su oportunidad, Clara Salazar, profesora
investigadora de El Colegio de México, manifestó la necesidad
de censar las casas desocupadas en el país para utilizarlas adecuadamente.
De cinco millones, se desconoce cuántas pueden rentarse o venderse,
si están intestadas o en juicio, su costo o si son adecuadas
para el estrato social que las requiere.
Para apuntalar al sector inmobiliario como
un eje estratégico de la economía nacional, se requieren
políticas de atracción de inversión productiva
en distintas regiones del país, vinculadas al ordenamiento del
suelo. De no aplicar estas medidas, el rezago se agudizará, sostuvo
Eugene Christopher Towle, de Softec Consultoría en Proyectos
Inmobiliarios.
Ante los altos costos de las casas, construidas
por desarrolladores que sólo consideran las ganancias y no las
necesidades de la población, el rezago de los estratos de menores
recursos se resolverá con la intervención directa del
Estado, mediante distintos subsidios, expuso Eftychia Bournazou, profesora
del Posgrado en Urbanismo de la UNAM.
En tanto, Edith Jiménez, profesora-investigadora
de la Universidad de Guadalajara, se pronunció por apoyar la
producción social en este rubro, en el marco de una nueva política
urbana.
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