• El Día Internacional de la Paz, que se conmemora este
21 de septiembre, es una iniciativa que carece del respaldo de las grandes
potencias, indicó Alejandro Martínez Serrano, académico
de la FES Aragón
• Este año la ONU planteó que esta fecha se dedique
al esfuerzo de educar para la paz
El incremento de la violencia y los conflictos
en diversas partes del mundo revelan la importancia de fomentar la reflexión
y la acción para construir y fortalecer una cultura de paz en
la sociedad. Sin embargo, ésta es una utopía, pues toda
sociedad vive en conflicto, “lo importante sería que esa
pugna no degenere en violencia”, consideró Alejandro Martínez
Serrano, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón.
El académico de la licenciatura de Relaciones
Internacionales definió el concepto de paz como la ausencia de
violencia y conflicto. “Si vivimos en una sociedad que siempre
está en pugna, pero sabemos dirimir nuestras diferencias, estaremos
en un proceso de negociación y armonía”.
Al respecto, mencionó la importancia
de reconocer el esfuerzo de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) para conmemorar, a nivel mundial, el 21 de septiembre como Día
Internacional de la Paz. Incluso, ese organismo planteó que este
año se dedicara al esfuerzo de educar para ese fin, “desafortunadamente
es una iniciativa que no cuenta con el respaldo de las grandes potencias”.
Las naciones más ricas no propician
la paz, por el contrario, “buscan conflictos armados para contar
con un mercado de armas y con los diferentes mecanismos de destrucción
que producen, por lo que muchas veces la búsqueda de la paz sólo
queda en el ámbito del idealismo”.
Por otra parte, resaltó que los avances
tecnológicos son un factor para acentuar la violencia en aquellos
territorios en guerra. “Paradójicamente, la tecnología
en lugar de contribuir a la reducción de las disputas, las incrementa.
Ejemplo de ello, son los vehículos aéreos no tripulados
de uso militar, llamados drones”.
Estos aparatos sirven para reconocer un terreno
e identificar una disposición de las tropas enemigas o armamento,
es decir, cómo se distribuirán o, incluso, podrían
contar con armas para eliminar enemigos específicos. “Entonces,
la tecnología propicia la destrucción en lugar de contenerla,
es una verdadera paradoja, los grandes avances en ella son producto
de los conflictos bélicos”.
A raíz del fin de la Guerra Fría,
prosiguió, “Estados Unidos se postuló como policía
del mundo y es el que determina el orden internacional. Rusia también
posee un potencial militar y nuclear, pero no representa más
que una oposición regional a los intereses estadounidenses”.
Además, la mayoría de las fábricas
de armas también son de estos últimos y propician una
ganancia a partir de los conflictos. De igual manera, se benefician
con la presencia de sus fuerzas armadas y mediante la geoestrategia
de la Unión Americana están en lugares del planeta donde
pueden explotar recursos que benefician su economía.
En ese contexto y en relación con la
crisis que vive Siria, el universitario indicó que el derecho
internacional prohíbe la posesión y uso de armas químicas,
aunque contradictoriamente las grandes potencias las poseen. Pese a
ello, los medios de comunicación informaron que el gobierno de
esa nación las usó contra su población, pero también
que los rebeldes las emplearon para desprestigiar a su gobierno, “en
ambos casos es una infamia”, opinó.
Ante una posible intervención de EU
en Siria, resaltó que es también una paradoja, pues Barack
Obama recibió el Premio Nobel de la Paz en 2009 por sus esfuerzos
diplomáticos en pro del desarme nuclear, la consecución
de un proceso de paz en Oriente Medio y el fomento de la lucha contra
el cambio climático, además de que él mismo ha
señalado que fue electo no para iniciar guerras, sino para evitarlas.
No obstante, la semana pasada se dio un acuerdo
diplomático entre Estados Unidos y Rusia para la destrucción
de armas químicas del régimen sirio, lo que permitirá
que en el corto plazo no se realice la intervención militar estadounidense
en esa nación.
El tema de la paz, puntualizó, es uno
de los principios de las Naciones Unidas y en México la autodeterminación
de los pueblos es parte de su política exterior. “Si el
pueblo de Siria está en contra de su gobierno, que sean ellos
quienes resuelvan sus diferencias al interior, y si al final la balanza
se inclina por los rebeldes, formarán un nuevo régimen,
pero si es al contrario, el gobierno constitucional seguirá en
el poder, pero que no intervengan las demás potencias”.
Si las naciones se preocuparan por educar a
las sociedades para la paz, se reducirían las disputas. “En
el escenario internacional, si no nos instruimos para resolver nuestras
diferencias en forma pacífica, la violencia no desaparecerá;
ésta debería ser el último recurso para la solución
de conflictos”, finalizó.
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