Boletín UNAM-DGCS-563
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 20 de septiembre de 2013.


Rosalinda Guevara Guzmán

           


ALZHEIMER, UN DESAFÍO PARA LOS SISTEMAS HOSPITALARIOS DEL PAÍS


• Investigadores de las facultades de Medicina y Química de la UNAM, desarrollaron una prueba para detectar, en etapas tempranas, esta demencia, la más común entre las personas de la tercera edad
• Se estima que en 2050 uno de cada cuatro mexicanos tendrá más de 60 años y será propenso, advirtió Rosalinda Guevara Guzmán, de la FM, en ocasión del Día Mundial del Alzheimer, que se conmemora este 21 de septiembre

“Perfume de gardenias tiene tu boca”, “la noche huele a tierra mojada” y “el dulce aroma de tu piel”, son frases comunes que nos remiten al olfato, el sentido que sufre los primeros estragos de la enfermedad de Alzheimer, la demencia más común entre las personas de la tercera edad y un problema de salud pública en México, con altos costos para las familias y la sociedad.

A futuro, representa un desafío para los sistemas hospitalarios del país, al estimarse que en el año 2050, uno de cada cuatro mexicanos tendrá más de 60 años y será susceptible de ser diagnosticado con el padecimiento.

Con una prueba de olores, desarrollada por investigadores de las facultades de Medicina (FM) y Química (FQ) de la UNAM, es posible detectar signos de alerta de la enfermedad en etapas tempranas. El mal es degenerativo, progresivo e irreversible, al deteriorar la memoria, el pensamiento y la conducta.
El examen consiste en distintas etapas de reconocimiento para evaluar la capacidad olfatoria de las personas. Tras analizar los resultados, se entrega un reporte personalizado y, de considerarse necesario, se canaliza a los servicios de salud para un seguimiento especializado.

El estudio es gratuito, informó Rosalinda Guevara Guzmán, de la FM, en ocasión del Día Mundial del Alzheimer, que se conmemora este 21 de septiembre.

Después de un lustro de trabajos conjuntos con Patricia Severiano, de la FQ, que incluyeron una encuesta a nivel nacional, se logró una prueba estandarizada, específica para la población mexicana, similar a los análisis para detectar signos de alerta basados en la capacidad para reconocer olores disponibles en países como Estados Unidos, Alemania o Japón, puntualizó.

Al inicio, el mal implica la pérdida de la función olfatoria, etapa que constituye una ventana de oportunidad para detectarla y así ofrecer calidad de vida a los pacientes. La familia no sabe identificarla y los enfermos menos, pues con frecuencia se cree que este menoscabo es un signo de vejez, explicó.

Si en los estudios —que requieren de menos de una hora para su aplicación— se detecta que la capacidad está disminuida, de inmediato se recomienda un plan de actividades para ofrecer al adulto mayor un ambiente más sensorial, para estimular sus habilidades cognitivas. Deben escribir, leer, escuchar música y convivir con su familia para evitar el aislamiento, que propicia el desarrollo de la enfermedad, estableció.

Blanco inicial

La también secretaria general de la FM, refirió que el olfato es el blanco inicial del padecimiento, antes de las primeras alteraciones en el hipocampo y la corteza cerebral, que provocan la aparición de trastornos de memoria.

Actualmente, la demencia no tiene tratamiento. En el mundo existen distintos estudios para analizar el deterioro cognitivo, caracterizado por el depósito del péptido beta-amiloide y alteraciones en las proteínas tau, que obstruyen la comunicación entre neuronas, explicó.

Como símil de las conexiones neuronales en el cerebro, puede utilizarse una red vial, con distintas líneas de acceso a un dato en la memoria. Si la persona tiene Alzheimer, las carreteras están en mal estado y no se concreta el recuerdo, detalló.

La enfermedad comienza con pequeños olvidos y el deterioro avanza hasta el punto en que el paciente no es capaz de reconocerse frente a un espejo. Al distorsionarse por completo su sistema nervioso central, son incapaces de convivir en el ambiente familiar y realizar actividades cotidianas.

Problema de salud pública

Guevara Guzmán subrayó que constituye un problema de salud pública, pues afecta a los individuos y las familias. En el momento que las personas presentan las primeras alteraciones de memoria, un pariente debe dedicarse de tiempo completo a cuidarlo. Son las hijas, esposas o nueras del enfermo quienes asumen esta responsabilidad, en primer lugar, precisó.

Para apoyar y garantizar atención especializada, es necesario establecer clínicas en el territorio nacional para atender a estos pacientes con equipos multidisciplinarios integrados por neurólogos, nutriólogos, psicólogos, enfermeras y trabajadores sociales. La sociedad mexicana requiere más información para hacer frente a esta enfermedad, concluyó.

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Fotos

Rosalinda Guevara Guzmán, de la Facultad de Medicina.