• Las condiciones de la economía
estadounidense y la demanda de su mercado laboral marcan la pauta
del flujo migratorio
• En julio, el desempleo en el sector de la construcción
de la Unión Americana -en el que cerca del 20 por ciento de
los migrantes mexicanos se ocupan- alcanzó el 15.7 por ciento,
expuso Genoveva Roldán, del IIEc de la UNAM
Los migrantes que regresan a México
-deportados o por decisión propia ante el desempleo en Estados
Unidos y las dificultades que enfrentan- representan un reto para el
país, ante la falta de oportunidades laborales o de educación
para lograr su reinserción social, coincidieron académicos
en el Primer Coloquio UNAM de Estudios Migratorios, realizado en el
Instituto de Investigaciones Sociales (IIS).
Los retornados no tienen condiciones
para emplearse en nuestro territorio, que carece de un mercado laboral
amplio, sostenido y con trabajos adecuados, expuso Genoveva Roldán,
del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
La disminución de los flujos migratorios
y el regreso de connacionales no pueden explicarse por la mejora de
la economía nacional, porque en los últimos 25 años
los salarios han perdido 76 por ciento de su poder adquisitivo, el Producto
Interno Bruto (PIB) per cápita es de 10 mil 130 dólares
al año y tres de cada cuatro empleos son creados en el sector
informal, refirió en la mesa La crisis global y sus consecuencias
en la migración.
Cerca de dos millones de connacionales han
retornado a la nación y nuestro país cayó al cuarto
puesto mundial entre los que captan mayor volumen de ingresos de sus
ciudadanos en el exterior, informó.
Las condiciones de la economía estadounidense
y la demanda de su mercado laboral marcan la pauta del flujo migratorio.
En julio pasado, el desempleo en el sector de la construcción
de la Unión Americana -en el que se ocupa cerca del 20 por ciento
de los migrantes mexicanos- alcanzó el 15.7 por ciento, refirió.
Además, se incrementaron las violaciones
a los derechos humanos de trabajadores migrantes, expresadas en distintos
cambios legislativos, aumento del presupuesto para seguridad fronteriza
y programas severos de repatriación y deportación, puntualizó.
Reinserción social
Actualmente, 200 millones de personas viven
en países distintos de los que nacieron, lo que convierte a la
migración en un fenómeno complejo que debe analizarse
con una perspectiva global. Tiene una fuerte densidad histórica
que debe contemplarse en los estudios al respecto, consideró
Carlos Martínez Assad, investigador emérito del IIS.
Ante los obstáculos que representa la
crisis económica, las redes comunicativas que establecen los
migrantes les otorgan apoyo moral y les permiten encontrar empleo, alojamiento
y escapar de la persecución, para sobrevivir en un medio hostil,
señaló Silvia Molina, investigadora de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).
En tanto, Jill Anderson, del Centro de Investigaciones
sobre América del Norte (CISAN), refirió que para los
más de 500 mil jóvenes que han regresado, existen plazas
en los call center, que requieren su experiencia, preparación,
conocimiento del idioma inglés y que les brindan la oportunidad
de formar redes de apoyo y amistad.
Liliana Rivera, del Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias (CRIM), expuso que quienes retornan no encuentran
trabajo en las áreas urbanas ante la negativa de los empleadores,
quienes aducen su mayor conocimiento de los derechos laborales, que
les permite exigir mejores condiciones para ellos.
Por último, Fernando Neira, del Centro
de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC),
señaló que ante la crisis económica en Estados
Unidos y la Unión Europea, Brasil constituye el polo de atracción
para los flujos en la región.
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