• Marisol de la Fuente Granada obtuvo
el reconocimiento en la categoría Actividades Académicas
por su labor en diferentes grupos de investigación
Marisol de la Fuente Granada, estudiante de
posgrado de la UNAM, recibió el Premio de la Juventud Ciudad
de México 2013, otorgado por el Instituto de la Juventud del
Gobierno del Distrito Federal.
La alumna del tercer semestre del doctorado
en Ciencias Bioquímicas fue reconocida en la rama Actividades
Académicas. “Desde que cursé la licenciatura he
participado en diferentes grupos de investigación. En ese periodo
publiqué algunos artículos y colaboré en diferentes
capítulos de libros; esto me hizo merecedora del galardón”,
dijo.
Egresada de la carrera de Químico Bacteriólogo
Parasitólogo y de la maestría en la Escuela Nacional de
Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional,
se incorporó a la UNAM como tesista en el Departamento de Inmunología
del Instituto de Investigaciones Biomédicas, bajo la tutoría
de Gloria Soldevila Melgarejo.
“Colaboro en un proyecto para estudiar
las células T reguladoras y el papel de las inhibinas en su generación.
Las primeras se ubican en el sistema inmune y permiten controlar una
respuesta al estar en contacto con un agente patógeno”,
detalló.
Hija de un médico y una enfermera, originaria
de Huamantla, Tlaxcala, se trasladó al Distrito Federal hace
más de una década para hacer investigación científica.
“Tengo dos hermanas, una cursó Administración Pública
y Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Tlaxcala
y la otra Estomatología en la Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla”.
En cuanto a su área de interés,
explicó: “lo que hago es determinar si las inhibinas tienen
un papel en la generación de las células T reguladoras
y, si es así, cómo actúan y a qué nivel.
Esto daría lugar a terapias para diferentes enfermedades”,
expuso.
Casada con un investigador de la Facultad de
Medicina de la UNAM, procreó a Mateo, un niño de un año
tres meses, por lo que comparte su tiempo entre el doctorado y la maternidad.
“En este camino el horario lo dictan los experimentos y acomodo
mis espacios según lo que tenga que hacer. Estoy en un programa
de tiempo completo y paso al menos 40 horas a la semana en el laboratorio,
las restantes las dedico a mi hijo y familia, aunque a veces hago horas
extras en ambos lados: casa y trabajo”.
A sus 29 años, tiene una trayectoria
sobresaliente. “La oportunidad para desarrollarme ha sido buena
en todos los lugares en que he estado. Tanto en el Instituto Politécnico
Nacional y en la Temple University de Pensilvania (donde colaboró
en el área de neurociencias) como en la UNAM”.
Hay enfermedades (como esclerosis múltiple,
lupus eritematoso o autoinmunidad) donde el sistema reacciona contra
el paciente o en trasplantes. A veces éste no es aceptado porque
las células reaccionan en contra. Lo que se necesitaría
es una respuesta de las T reguladoras para no presentar rechazo.
“En todos los laboratorios he aprendido
diferentes técnicas y me han llamado la atención temas
que, espero, me permitan desarrollar ciencia básica que repercuta
en la salud de la población”, concluyó.
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