• El déficit de empleo en
México asciende a 34 millones de plazas, y ocho millones de
personas buscan trabajo sin encontrarlo; la mayoría, jóvenes
con formación técnica o universitaria, de acuerdo con
el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad
de Economía (FM) de la UNAM
• En cuatro décadas, el presupuesto para combatir la
pobreza creció en términos reales 96 por ciento
• En total, 102 millones de mexicanos no tienen ingresos para
adquirir la Canasta Básica Constitucional Integral, advierten
los integrantes de la instancia universitaria
El déficit de empleo en México
asciende a 34 millones de plazas. Frente a este panorama, 26 millones
de personas se encuentran en la economía informal, sin seguridad
laboral, horarios establecidos o garantía de pago y ocho millones
buscan trabajo sin encontrarlo; la mayoría jóvenes con
formación técnica o universitaria, refirió un estudio
del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad
de Economía (FE) de la UNAM.
Entre 2006 y 2012, tres millones 411 mil mexicanos
se sumaron a la informalidad y dos millones 137 mil al desempleo abierto,
sin perspectivas positivas hasta agosto de este año. En el próximo
lustro, cinco millones de trabajadores no podrán ocuparse por
el escaso crecimiento y desarrollo de la economía.
Pérdida del poder adquisitivo
De 1987 a la fecha, los salarios perdieron
el 79.14 por ciento de su valor. Entre diciembre de 2012 y el 15 de
agosto de este año, la merma fue de casi 10 puntos porcentuales
a causa de los incrementos en los precios de los productos que integran
la Canasta Alimentaria Recomendable (CAR), reveló el Reporte
de Investigación elaborado por David Lozano, Luis Lozano, Javier
Lozano, Irma Otero, Jaime Vázquez y David Moctezuma, integrantes
del CAM, en su más reciente edición.
La CAR está ponderada para el consumo
diario de una familia mexicana conformada por 4 personas (dos adultos
y dos jóvenes) y considera aspectos históricos, económicos
y sociales, hábitos culturales, costumbres y de dieta. Fue definida
en su metodología, estructura, ponderación y contenido
por Abelardo Ávila Curiel, del Instituto Nacional de Nutrición
“Salvador Zubirán”.
Los salarios mínimos solamente aumentaron
3.4 por ciento, en comparación con las alzas en gasolinas, gas
doméstico, tarifas eléctricas, alimentos y al transporte
público, que alcanzaron entre un 15 y 30 por ciento, precisan
en el documento.
Hoy, 102 millones de mexicanos no tienen ingresos
suficientes para comprar la Canasta Básica Constitucional Integral
(CBCI), que considera necesidades de alimentación, vivienda,
educación, transporte, salud, esparcimiento, cultura y acceso
a servicios públicos de buena calidad, para garantizar que el
trabajador y su familia tengan una vida plena y digna.
Actualmente, el costo por día de este
conjunto de bienes y productos para cubrir los requerimientos que establece
la Carta Magna, es de mil 42 pesos, lo que equivale a 16.04 salarios
mínimos diarios. En comparación, en diciembre de 2012
fue de 940 pesos, 15.08 minisalarios.
“Si sólo consideráramos
el consumo de la CAR para estos primeros ocho meses de 2013, no la pueden
adquirir 33 millones de mexicanos, y 23 millones de personas no tienen
ingresos para completarla”.
Las familias han dejado de comprar con la misma
frecuencia, cantidad y calidad de alimentos como carne, leche, huevo
y pan, entre otros. En el año 2000, un kilo de bistec costaba
25 pesos; en 2012, el producto se vendía en 110, lo que equivale
a un incremento de 340 por ciento. Entre diciembre de 2012 y agosto
de este año, el precio de la carne supera los 115 pesos, precisan.
Con un minisalario, sólo puede adquirirse
el alimento dos días por semana, cuando el consumo por familia
debería de ser diario, de acuerdo con la CAR.
Pobreza
Los académicos señalan que en
los últimos 42 años, el gasto en programas de combate
a la pobreza a nivel federal y de los gobiernos locales y municipales
aumentó en términos absolutos 96 por ciento.
Mediciones internacionales refieren que la
clase baja en el país es superior a 76 millones de personas,
cifra que ejemplifica que México es un país con una enorme
desigualdad en la distribución de la riqueza. Tan sólo
60 por ciento de la población se encuentra en el sector informal
y no puede ser considerado de clase media.
Los estándares de la Organización
de Naciones Unidas y del Fondo Monetario Internacional indican que,
para considerar a un ciudadano parte de este estrato socioeconómico,
debe tener un ingreso que cubra el 80 por ciento de sus necesidades.
En México, sólo 14.6 por ciento de la población
cubre este perfil, concluyeron.
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