• Iliana Yaschine Arroyo, investigadora
del PUED, ganó el segundo lugar por su tesis doctoral “¿Oportunidades?
Movilidad social intergeneracional e impacto en México”
• Analizó la inserción laboral de jóvenes
que provienen de hogares rurales en condiciones de pobreza y las características
de sus ocupaciones, luego de ser apoyados por el programa Oportunidades.
Iliana Yaschine Arroyo, investigadora del Programa
Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, obtuvo el
segundo lugar del Premio Banamex de Economía 2012, por su tesis
doctoral “¿Oportunidades? Movilidad social intergeneracional
e impacto en México”.
En el estudio sociológico para obtener
el grado de doctora por El Colegio de México, se analiza la inserción
laboral de jóvenes que provienen de hogares rurales en condiciones
de pobreza, las características de sus ocupaciones y la movilidad
social intergeneracional que experimentan, luego de ser apoyados por
el programa federal Oportunidades.
El análisis, que se basó en métodos
cuantitativos y en datos de 2007, tomados de la Encuesta de Evaluación
Rural de Oportunidades (levantada en forma de panel desde 1997), se
centró en el grupo de individuos de entre 18 y 24 años.
“Quise conocer el objetivo de largo plazo
del programa; en este análisis preliminar intenté ver
si la hipótesis inicial de Oportunidades, de que contribuiría
a lograr la igualdad de oportunidades, la movilidad intergeneracional
y la ruptura de la reproducción de la pobreza, se cumplía
o no”.
Los resultados muestran que, al ingresar al
mercado de trabajo, los jóvenes lo hacen en condiciones precarias
y aún existe una brecha entre su logro ocupacional y el del resto
de los jóvenes de la misma edad, a escala nacional.
También se observan diferencias entre
el tipo de ocupaciones que tiene ese grupo y las que tuvieron sus padres,
es decir, sí se ve movilidad ascendente en alrededor de la mitad
de ellos. Pero, aclaró Yaschine, eso se explica por los cambios
que ha registrado la estructura productiva del país en las últimas
décadas, que ha permitido la creación de ocupaciones de
mejor nivel en las zonas rurales y urbanas.
Al hacer el análisis de impacto del
programa, se determinó que no lo tiene, en específico,
sobre la movilidad intergeneracional, tampoco sobre el estatus ocupacional
de estos jóvenes.
La mayoría de ellos, 75 por ciento,
proviene de hogares donde se lleva a cabo una agricultura de subsistencia,
en tierras de temporal y de extensión reducida. Los que ya no
trabajan en el campo, como sus padres, se dedican principalmente a actividades
no manuales como son los servicios domésticos, vigilancia, trabajos
artesanales y, en menor medida, a trabajos no manuales, como profesores.
Una variable relevante para entender el desenlace
de los jóvenes es el hecho de que emigren o no de sus localidades
de origen para establecerse en otras dentro del país o en Estados
Unidos. “Quienes se van son los que logran mejores ocupaciones
y tienen trayectorias de movilidad laboral más favorables”.
El programa tiene como propósito que
los miembros de los hogares que reciben apoyo mejoren su capital humano,
sus capacidades en educación, salud y nutrición, y que
las nuevas generaciones se incorporen a la sociedad en mejores circunstancias.
Oportunidades ha mostrado tener impacto positivo sobre indicadores relacionados
con las variables mencionadas y otros objetivos de bienestar, como el
consumo. Incluso, se ha cerrado la brecha que existía en educación
con relación al género y la condición étnica.
Los resultados de la tesis parecerían
señalar que el programa no ha cumplido su objetivo de largo plazo,
no obstante, aclaró que el logro de la igualdad de oportunidades
y la ruptura de la transmisión intergeneracional de la pobreza
depende de la política social y económica en su conjunto
y no puede esperarse que sea resultado sólo de un programa social.
Se requiere mejorar el crecimiento económico
para que haya más y mejores empleos, sin embargo, no se ha avanzado
en ese rubro, ni se han generado los puestos que se esperaba, dijo.
La universitaria señaló que no
hay una política social integrada donde el potencial de este
programa se aproveche al máximo. Aunque ha tenido resultados
positivos en algunos indicadores, se desarrolla en un contexto de política
económica y social adverso, que no permite que arroje mejores
resultados. “Oportunidades es uno de muchos instrumentos de política
que se tienen que articular de mejor manera”.
La investigadora propuso que la escolaridad
no se refleje sólo en términos de años de estudio,
sino de mayor aprendizaje, y que los chicos se preparen para el mercado
laboral. Para ello, es indispensable mejorar la calidad educativa con
una perspectiva de equidad, de tal forma que los sectores más
desfavorecidos tengan acceso a educación de calidad.
De igual manera, conformar una política
integrada, donde los programas sociales estén articulados entre
sí y se logre reducir la desigualdad, así como la pobreza.
Se debe alinear la política económica y la social, e impulsar
un crecimiento económico con equidad, sostuvo.
Respecto al premio que recibirá en fecha
próxima -consistente en un diploma y un estímulo económico-,
Iliana Yaschine se dijo emocionada. “Lo veo importante porque
se reconoce una tesis que viene de la sociología y muestra que
la división disciplinaria no es tajante; los análisis
se enriquecen mucho si se combinan perspectivas distintas”.
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