• La ceremonia la encabezó
el rector José Narro Robles
• Por primera vez en México, se enciende la “Flama
de Maratón” en Ciudad Universitaria
• La encargada de encender el pebetero del Estadio Olímpico
Universitario fue la deportista Enriqueta Basilio, en la víspera
del XXXI Maratón Internacional de la Ciudad de México
Por primera vez en México, la “Flama
de Maratón”, símbolo de la paz mundial, representación
de los principios de la competencia limpia y promotora de la participación
en el deporte como una forma de vida, se encendió el pebetero
del Estadio Olímpico Universitario, en la víspera de la
realización del XXXI Maratón Internacional de la Ciudad
de México.
Como hace casi medio siglo, la encargada de
encenderlo fue la deportista Enriqueta Basilio, atleta participante
en los Juegos Olímpicos de 1968 y primera mujer en la historia
en prender el fuego olímpico.
En el recorrido de 21 kilómetros que
dio inicio en el Centro Histórico de la ciudad, diez relevos
universitarios portaron la “Flama de Maratón”. Ellos
son Fiona Daniela Irish Rojas, estudiante de actuaría en la Facultad
de Ciencias, seleccionada nacional de gimnasia; el boxeador Josué
Palos Villatoro, del CCH Sur, presente en la Olimpiada Nacional, y la
nadadora Rosa Esther Silva Burgos, de la Facultad de Derecho y asistente
a la Paralimpiada Nacional.
De igual modo, los alumnos de la Facultad de
Química, Ian Castañeda Jiménez, judoca participante
en la Olimpiada Nacional, e Itzel Orta Méndez y Sánchez,
tiradora con arco en la Universiada.
También los participantes de atletismo
en la Universiada, Brenda Eunice Flores Muñoz, alumna de la Facultad
de Estudios Superiores (FES) Iztacala y José Rafael Bañales
Chimal, de la FES Cuautitlán.
A ellos se sumaron, en el interior del Estadio,
Valeria Aguilar González, de la carrera de odontología
en la FES Zaragoza, participante de atletismo en la Olimpiada Nacional;
Gustavo Sánchez Martínez, de la Prepa 5, nadador presente
en los Juegos Paralímpicos, quien recibió la “Flama
del Maratón” de manos del rector José Narro Robles;
la maratonista Adriana Fernández, embajadora de la justa de la
Ciudad de México, y Angélica Larios Delgado, deportista
olímpica (esgrima) en Beijing 2008 y profesora de la Facultad
de Psicología.
La Flama se estableció en 2007 e inmediatamente
fue adoptada como un símbolo de la Asociación Internacional
de Maratones (AIMS) y del movimiento mundial de esa carrera.
Se enciende cada año, en noviembre,
previo a la realización del maratón clásico de
Atenas, con un ritual especial que se celebra en el municipio de Maratón,
Grecia.
En el lugar arqueológico donde se libró
la batalla del mismo nombre, se rememora la historia del soldado mensajero
Filípides, quien sacrificó su vida corriendo de Maratón
a Atenas para llevar a su pueblo el mensaje de la victoria, legendario
triunfo que dio origen a la moderna carrera.
La Flama se mantiene encendida todo el año
en el Museo de Carrera de Maratón, desde donde viaja escoltada
por representantes oficiales a diferentes carreras en el mundo. Algunos
de las competencias internacionales que han realizado el recorrido son:
Belgrado, Praga, Boston, Shangai, Bombay, Viena, Toronto, Chicago y
en Ecuador.
En la ceremonia de encendido del pebetero,
Horacio de la Vega Flores, director del Instituto del Deporte del Distrito
Federal, expuso que desde que se conceptualizó el Maratón,
se pensó que no podía faltar la colaboración con
la UNAM y el Comité Olímpico Mexicano. De ese modo, México
y Atenas se convierten en las únicas dos ciudades del mundo en
haber albergado la llama olímpica y la Flama de Maratón.
Familias en CU
Previo al encendido del pebetero, se realizó
la “Carrera de la Familia rumbo al Maratón de la Ciudad
de México”, circuito de tres kilómetros por el llamado
“casco viejo” de Ciudad Universitaria, con salida y meta
en el Estadio.
En el encuentro recreativo, abierto al público
en general, asistieron corredores de todas las edades, desde pequeños
que apenas comienzan a caminar, hasta personas de la tercera edad.
De manera ordenada, las familias ingresaron
al recinto deportivo a las 8 de la mañana por la antigua puerta
de maratón. Quince minutos después, con los ánimos
en alto, entre gritos y aplausos, comenzó la carrera de los aproximadamente
mil 200 participantes. Alrededor de 15 minutos después, llegaron
a la meta los primeros participantes.
Sin importar el frío matinal, la humedad
provocada por la lluvia de la noche anterior, ni la “desmañanada”,
los corredores disfrutaron el trayecto por el campus, Patrimonio Cultural
de la Humanidad, cruzaron el marco de llegada, sin desaprovechar la
oportunidad de la foto en la meta.
A la ceremonia de encendido asistieron Evangelos
Papapostolou, director de carrera del maratón clásico
de Atenas; Artemios Kouloumpis, representante del pueblo de Maratón
y director de prensa y relaciones públicas de esa Municipalidad;
Vasiliki Papapostolou, miembro del Comité del maratón
clásico de Atenas; Enrique Balp Díaz Secretario de Servicios
a la Comunidad de la UNAM, y Severino Rubio Domínguez, director
general de Actividades Deportivas y Recreativas.
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