• La fuga de 300 metros cúbicos
de agua radiactiva de un tanque de la planta nuclear de Fukushima
aumentó de uno a tres el nivel de gravedad en la zona
• El líquido contaminado libera tritio, un derivado gaseoso
del hidrógeno que no se adhiere al cuerpo humano, y cesio,
que se fija en los huesos y dura hasta 30 años, dijo Epifanio
Cruz Zaragoza, del ICN de la UNAM
La crisis nuclear de Japón, secuela
de los daños causados a la planta de Fukushima por el terremoto
y tsunami que sacudieron a ese país el 11 de marzo de 2011, representa
un paradigma para las tecnologías y los procesos de seguridad
nuclear, dijo Epifanio Cruz Zaragoza, coordinador de la Unidad de Irradiación
y Seguridad Radiológica del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN)
de la UNAM.
“Los problemas causados en esa ciudad,
aunque no fueron por errores en los sistemas de seguridad, sino consecuencia
de un fenómeno natural, son retos importantes de los que debemos
aprender para mejorar los protocolos ante situaciones de emergencia
y preparar a nuevos especialistas, para que sean capaces de realizar
maniobras como el desmantelamiento de una planta accidentada”,
indicó.
Actualmente, los responsables de la empresa
Tokyo Electric Power Company (Tepco), propietaria de la planta nuclear
y generadora de un tercio de la electricidad en Japón, enfrentan
el problema de enfriar poco a poco los reactores nucleares, para evitar
una catástrofe mayor.
Llevan 29 meses con esa tarea y van casi a
la mitad. Es un proceso que no puede hacerse rápido, pues el
riesgo es que se funda el núcleo y cause una catástrofe
mayor. Pasará otro periodo igual hasta conseguir enfriar los
reactores a la temperatura ambiente, explicó el doctor en ciencias
nucleares.
Fuga de agua radiactiva
La mañana del 20 de agosto, un técnico
de la planta de Fukushima notó que se había reducido el
caudal de un tanque de enfriamiento de uno de los reactores. La falla
de una válvula propició la fuga de cerca de 300 metros
cúbicos de agua y parte del líquido salió de la
instalación.
“Japón tiene una cultura de la
seguridad bien cimentada, así que el personal de la empresa Tepco
de inmediato hizo un informe que entregó al gobierno. Se monitoreó
el área de la fuga, el agua y el lodo que se había formado
y se encontraron niveles de radiación por lo menos 100 veces
arriba de lo permitido en la instalación”, relató.
Cuatro horas después del suceso, el
gobierno nipón aumentó de uno a tres el nivel de gravedad
en la Escala Internacional de Eventos Nucleares (INES, por sus siglas
en inglés), que cuenta con siete.
El nivel de riesgo, y en consecuencia el de
la escala, se podría regularizar hoy, una vez que buena parte
del agua contaminada ha sido recuperada. “Ya comenzaron la limpieza,
porque ese líquido que se usa para enfriamiento mantiene todavía
material radiactivo”, señaló.
Contaminada con tritio y cesio
El agua radiactiva contiene principalmente
tritio y cesio. “El primero es un derivado del hidrógeno,
una molécula gaseosa, que afortunadamente no se adhiere en el
cuerpo humano y existe en cierta dosis de manera natural en los ríos,
mares e incluso en el agua que utilizamos. Pero agregarle este material
radiactivo artificial puede llevar a una saturación de tritio,
especialmente en el agua de mar”, alertó.
La inquietud es qué tanto puede afectar
esta sustancia al medio ambiente.
“Afortunadamente una gran cantidad de
tritio se diluye en el líquido y, en caso de que se vaya al mar,
se diluye y evapora con las corrientes marinas. Las moléculas
de tritio emiten radiación beta, que se desintegra en el agua.
Pero lo deseable es que este líquido contaminado no llegue al
mar y se mantenga contenido”, apuntó.
En contraste, el cesio es un material radiactivo
que produce radiación gamma, mucho más intensa que la
beta; es soluble en agua y se ha asociado con la generación de
cáncer varios años después de haberlo absorbido
en dosis altas.
“Se fija en los huesos, en donde puede
permanecer hasta 30 años, por lo que representa mayor riesgo
para la salud”, advirtió el físico.
Cruz Zaragoza destacó que la empresa
Tepco está obligada a encontrar una solución rápida
a la contaminación en Fukushima y la prueba con una proceso de
refrigeración”.
“Una de las soluciones que piensa instrumentar
es refrigerar totalmente el sótano debajo de los dos reactores
por donde fluye el agua para enfriarlos”, finalizó.
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