Irma Yolanda del Río Portilla, de la Facultad
de Psicología (FP) de la UNAM, investiga por qué
hay zurdos, a partir de trabajos basados en el funcionamiento
del cerebro.
Se calcula que de cada 100 personas, entre seis y 13
utilizan el lado izquierdo de su cuerpo y emplean al revés
el abrelatas, libretas o tijeras, y deben acomodarse de forma
diferente para realizar actividades tan cotidianas como escribir,
lo que pone a prueba su capacidad de adaptación a un
mundo diseñado para diestros.
Sobre las razones de esta característica existen
diversas teorías que van desde la genética —con
trabajos que identifican los genes LRRTM-1 y RS+— hasta
investigaciones basadas en la presencia de testosterona y lesiones
al nacer, pero en ningún caso los resultados son concluyentes.
Una de las hipótesis considera incluso aspectos evolutivos.
Funcionamiento cerebral
Del Río Portilla desarrolla sus trabajos a partir
de los fundamentos de simetría y lateralidad cerebral.
“Por cuestiones históricas y culturales se privilegia
la mano derecha, sin embargo, en el funcionamiento del cerebro
está la clave de por qué hay zurdos”, explicó.
Ahí, en el centro del sistema nervioso, se controlan
las funciones de nuestro cuerpo de manera cruzada: en los individuos
diestros, el hemisferio izquierdo es el dominante; los zurdos
tienen más desarrollado el derecho en el área
motora.
En el Laboratorio del Sueño de la FP, la académica
y sus alumnos registran la actividad cerebral de personas totalmente
diestras y zurdas para determinar las zonas cerebrales implicadas
en habilidades cognitivas.
Para los trabajos, se seleccionaron voluntarios que
utilicen, en un porcentaje mayor al 80 por ciento, sólo
la mano derecha o la izquierda para cortar, escribir, prender
un cerillo, usar un martillo o cepillarse, explicó.
La académica adelantó que los resultados
preliminares arrojan una diferencia significativa entre diestros
y zurdos a nivel del lóbulo parietal, zona relacionada
con las habilidades espaciales necesarias para analizar los
objetos y el entorno que nos rodea, básicas en actividades
constructivas como el armado de rompecabezas o la escritura,
lectura de mapas, y con la capacidad de ubicación corporal,
indispensable para identificar si nuestra posición es
adelante, atrás a la izquierda o la derecha.
Los zurdos trazan el cero y la letra O de arriba hacia
la derecha, lo que puede indicar que su organización
cerebral es distinta en términos de habilidad espacial,
ejemplificó.
Adaptación
Persiste el mito de que los zurdos son más inteligentes,
“pero lo que tienen es mayor capacidad de adaptación;
al realizar más tareas con ambas manos en una sociedad
que dice que no debe usarse la izquierda, desarrollan más
habilidades”, aseguró.
El que todo esté pensado para quienes utilizan
la diestra no es una limitación y quienes no lo hacen
sólo tienen que adaptarse al entorno: utilizan al revés
las tijeras o cambian de posición el mouse de la computadora
para trabajar con comodidad.
En el mediano plazo, las investigaciones de la académica
se orientarán a determinar qué partes del cerebro
están involucradas en las tareas realizadas, en específico,
dónde se localizan las habilidades espaciales y las capacidades
motoras.
Sensibilización
La académica recomendó a los profesores
de los primeros grados del nivel básico estar pendientes
de los trazos de sus alumnos para detectar qué mano prefieren
para escribir. En lugar de obligarlos a utilizar la mano derecha,
deben otorgar facilidades para un desarrollo adecuado de sus
capacidades.
Existen desde artistas hasta deportistas zurdos, lo
que demuestra que no hay limitantes para estas personas. Sólo
deben procurarse herramientas y utensilios especiales para facilitarse
la vida, concluyó.
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