Boletín UNAM-DGCS-479
Ciudad Universitaria
12:00 hrs. 9 de agosto de 2013.

 

           


ANALIZA UNIVERSITARIA CÓMO SE HA TRANSFORMADO LA VIOLENCIA EN EL FUTBOL ARGENTINO

• Natalia Isabel D’Angelo, de la FCPyS de la UNAM, fue galardonada por la Academia Mexicana de las Ciencias por escribir una de las mejores tesis doctorales en el área de Ciencias Sociales y Humanidades

La violencia y muertes en el futbol argentino muestran una marcada disminución en estadios y sus alrededores, según estadísticas del periodo 2003-2010. Sin embargo, se observa un aumento en las agresiones que involucran a las llamadas barrabravas, ocurridas fuera de las coordenadas que delimitan la jornada deportiva.

Conclusiones como las anteriores se desprenden del trabajo de Natalia Isabel D’Angelo, Violencia en el futbol argentino. Redes sociales y políticas sociales, que le valió el premio de la Academia Mexicana de las Ciencias a las mejores tesis de doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2012. La estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM fue asesorada por Matilde Luna Ledesma, del Instituto de Investigaciones Sociales.

Desde sus inicios, a finales del siglo XIX, la práctica de este deporte en el país sudamericano ha estado vinculada a la violencia. Ésta se asociaba al descontento de los aficionados con los fallos arbitrales, los marcadores y la hostilidad a los adversarios. Como resultado, la lista de muertes relacionadas con el balompié (cuyo conteo inicia en 1929), asciende hoy a 300.

De esta investigación, se desprende que los reportes de los operativos policiales circunscriben la estadística al traslado previo al partido, su desarrollo y acciones posteriores, pero no contemplan los incidentes violentos fuera de las coordenadas espacio-temporales del encuentro deportivo, los cuales han aumentado y dado otra fisonomía al fenómeno. En este sentido, se habla de nuevos escenarios y conflictos que involucran a las barrabravas.

El análisis de las estadísticas policial y de las muertes permite afirmar dicho cambio. En el periodo 1971-2010 se aprecia, por un lado, una disminución de decesos resultantes de enfrentamientos interbarras y de problemas con operativos policiales y, por otro, un alza en la cifra de muertes vinculadas a problemas internos de ese tipo de escuadras, señaló la estudiante argentina.

La autora sugiere atender el potencial de las redes sociales como una forma de comprender el fenómeno, en la medida que su acercamiento dio cuenta de la conformación de una poderosa red tejida entre barrabravas, dirigentes del futbol, políticos y agentes de seguridad pública. Para ello, analizó formatos y tipologías de vínculos que le permitieron afirmar que la problemática actual se comprende mejor si se atiende a las conexiones e intercambios que dan sustento a este entramado tan complejo.

D’Angelo escribió su tesis doctoral entre agosto del año 2008 y marzo de 2012; la defendió meses después. Consta de cuatro capítulos: El primero se titula “Barrabravas: hacia un encuadre conceptual”, en el que analizó los enfoques de mayor difusión sobre los aficionados violentos en el futbol, tanto en Argentina como en Europa, y planteó los elementos para una nueva interpretación del fenómeno a partir del marco analítico de las redes complejas.

El siguiente, “El futbol argentino y las barrabravas”, analiza las condiciones y particularidades del nacimiento de los clubes en Argentina y destaca su impronta violenta y las transformaciones históricas que facilitaron el tránsito a la conformación de las estructuras de las que forman parte estos grupos.


El tercero, “Barrabravas y dirigentes, una lógica de intercambios crecientes”, aborda la relación compleja de estas agrupaciones con las dirigencias dentro de los clubes. No se reducen a la intimidación o la subordinación, por el contrario, se construye sobre una base de mutuo beneficio y reconocimiento.

El último, “El Estado en la red barrabrava: conexiones en la zona gris y efectos sobre la institucionalidad estatal”, destaca la presencia regular del gobierno a través de sus funcionarios e instituciones en arreglos que benefician a los grupos referidos, y muestra cómo ese pacto ha permitido disminuir las cifras de “la violencia oficial”, pero da lugar a los incentivos que promueven el conflicto en su configuración actual.

 

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Fotos

Natalia Isabel D’Angelo, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.