La pobreza y la desigualdad históricamente han
estado presentes en el país, y para hacerles frente se
debe desideologizar y despolitizar el tema; enfrentarlo con
profundidad. Se trata de un problema grave, estructural, pero
con solución, planteó el rector de la UNAM, José
Narro Robles.
En la inauguración del Foro “Retos y perspectivas
frente a la medición multidimensional de la pobreza 2012”,
señaló que hay que discutir la realidad para transformarla.
Para ello, es necesaria una verdadera estrategia, pues “tenemos
demasiados programas, pero no una política pública
consistente, una política de Estado”.
Narro Robles expuso que no se trata sólo de
recursos: en este siglo, a los programas en la materia se han
destinado 2.6 billones de pesos. No es poco, pero tampoco suficiente.
Sin embargo, la pregunta que debe girar en torno a ellos es
qué tan exitosos hemos sido, “y no lo somos suficientemente”.
En el encuentro, organizado por el Programa Universitario
de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM y la Secretaría
de Desarrollo Social (Sedesol), dijo que se debe discutir la
metodología para mejorar esta condición y la realidad
para cambiarla; asimismo, expuso, se espera que esta reunión
de académicos y servidores públicos derive en
un planteamiento, una conclusión y un compromiso de trabajo
que lleve al establecimiento de una estrategia al respecto.
Para enfrentar la situación, abundó,
no hay una sola receta, fórmula o programa. Es indispensable
el crecimiento económico, pero con mejor distribución;
generar empleo “completo”, porque ahora “existen
condiciones que van a hipotecar a una generación, con
fuentes de trabajo sin prestaciones, sin seguridad social o
derecho a una pensión”.
También, alinear las políticas sociales,
económicas e industriales, y generar estrategias de Estado.
“México necesita fortalecer al Estado nacional”,
añadió.
De igual manera, propuso un nuevo diseño del
presupuesto, más democracia y el fortalecimiento del
régimen de libertades. A los escépticos recordó
que éste es, sin duda, el país de América
Latina que ha tenido mayor estabilidad, con la capacidad de
transitar por la alternancia en paz, sin grandes sobresaltos.
En el acto, Rosario Robles Berlanga, titular de la
Sedesol, reconoció que después de muchos años,
aún somos un país de pobres. El fenómeno
no ha cambiado de forma estructural, ha tenido sus altas y bajas,
pero con una tendencia histórica que lleva a plantear
que casi la mitad de los mexicanos se encuentre en esa condición.
En este tema van de la mano la política económica
y la social. Además, consideró, las transferencias
monetarias condicionadas no han significado un salto cuantitativo
en el combate al fenómeno. “Es necesario que el
país crezca, por lo menos cinco por ciento, para comenzar
a disminuir las cifras desfavorables; se requiere vincular programas
como oportunidades, con aspectos productivos”.
En su oportunidad, Rolando Cordera Campos, coordinador
del PUED, indicó que el hecho de que cerca de la mitad
de los mexicanos vivan en condiciones de pobreza, no es una
realidad placentera ni de la que podamos enorgullecernos.
Su combate es una labor que rebasa cualquier programa,
por mejor diseñado que esté; es una tarea de gran
política, economía política y de concertación
de voluntades a nivel del Estado nacional. De otro modo, no
se avanzará, refirió.
Por último, Gonzalo Hernández Licona,
secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación
de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), planteó
que si la población tiene un ingreso bajo y una o más
carencias, la pobreza se convierte en un fenómeno multidimensional.
Asistieron al foro Mario Luis Fuentes Alcalá,
integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM; Estela Morales
Campos, coordinadora de Humanidades; autoridades universitarias
y de Sedesol, académicos y universitarios, entre otros.
—o0o—