Los pinos y encinos de distribución restringida
en el estado de Oaxaca, son las especies arbóreas más
sensibles al efecto del cambio climático, afirmó
Erick Gutiérrez Estrada, de la maestría en Ciencias
Biológicas (campo de conocimiento de manejo integral
de ecosistemas) de la UNAM.
En un solo espécimen puede residir gran diversidad
de animales, desde insectos hasta aves, así como plantas,
además, la biomasa forestal es uno de los mayores reservorios
de carbono orgánico para el planeta, ejemplificó.
Al hablar de su tesis de grado Efecto del cambio
climático en las áreas de distribución
de cinco especies arbóreas del estado de Oaxaca, México,
explicó que ésta se originó a partir
de la necesidad de contar con información sobre la tolerancia
ambiental de las especies para evaluar los efectos del cambio
climático.
“El estudio que realicé se enfocó
en esa entidad, porque además de contar con una amplia
extensión territorial, se caracteriza por su diversidad
biológica, climática, geológica y cultural”,
detalló.
El universitario se enfocó en cinco especies
de árboles: tres pinos (Pinus ayacahuite, Pinus montezumae
y Pinus oocarpa) y dos encinos (Quercus uxoris
y Quercus candicans), que se distinguen por ser de
amplia o restringida distribución.
El primer grupo se refiere a aquellos que ocupan mayor
extensión territorial y que presentan intervalos de tolerancia
amplios, y el segundo, a los que están en condiciones
más específicas y que se establecen en superficies
reducidas, especificó.
Para el estudio, añadió, se partió
de la premisa de que los climas templados se modificarán
debido al cambio climático, con reemplazo hacia otros
más secos y cálidos, por lo que los bosques de
coníferas y de encino se verían más afectados,
pues se desarrollan en este tipo de climas.
“En esta investigación trabajé
con bases de datos disponibles en diferentes instituciones y
con información del Inventario Nacional Forestal y de
Suelos (2004-2009) de la Comisión Nacional Forestal.
Posteriormente, modelé las áreas de distribución
y evalué sus modificaciones de acuerdo a diferentes proyecciones
de cambio climático, disponibles en el Atlas Climático
Digital de México, realizadas por el Centro de Ciencias
de la Atmósfera de la UNAM”, puntualizó.
Los resultados muestran que las especies de distribución
restringida (Pinus ayacahuite, Pinus montezumae y
Quercus uxoris) son más sensibles al cambio climático,
pues al estar en lugares muy específicos, sus áreas
se verán más modificadas. Éstas presentan
cambios hasta del 40 por ciento, lo que refiere una reducción
de sus zonas de distribución actual, indicó.
Las de distribución amplia (Quercus candicans
y Pinus oocarpa) también registran mermas,
pero en menor grado, con reducciones en un máximo de
13 por ciento en sus áreas, precisó.
Sin duda, aseveró, el cambio climático
seguirá con su influencia sobre las especies, por lo
que es importante detectar qué sitios presentan mayores
modificaciones ante este fenómeno.
Asimismo, es necesario identificar otros factores que
ponen en peligro esos entornos, como incendios, sequías,
especies invasoras, plagas, enfermedades y eventos extremos
como tormentas, para tomar decisiones a corto plazo y realizar
acciones inmediatas, antes de presenciar extinciones locales,
advirtió.
Además, es urgente realizar un biomonitoreo
de los sistemas sensibles a los cambios en el clima, pues actualmente
existe una tasa de desaparición que no se había
visto desde el último evento de extinción en masa,
concluyó.
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