En México, la utilización del cómputo
en la nube (Cloud Computing) es inferior al 25 por
ciento del mercado potencial, menor de lo esperado en una economía
situada entre las primeras 20 del planeta. Esto se explica,
en gran parte, por el costo de la conectividad a Internet, indicó
Fabián Romo Zamudio, de la Dirección General de
Cómputo y de Tecnologías de la Información
y Comunicación (DGTIC) de la UNAM.
Entre más utilizamos las aplicaciones virtuales,
nuestro consumo de datos y ancho de banda se incrementa y, por
ende, el gasto se eleva. De mantenerse los precios altos, el
acceso a los beneficios de esta tecnología será
limitado, expuso el director de Sistemas y Servicios Institucionales
de esa entidad.
El cómputo en la nube requiere una conectividad
con buen ancho de banda y México ocupa uno de los últimos
lugares en velocidad de Internet, con un promedio de cinco mbps
(millones de bits por segundo), según la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE).
Alternativa de futuro, hoy
El cómputo en la nube está basado
en la disponibilidad vía Internet de aplicaciones, infraestructura
y software, lo que permite a los usuarios acceder a
su información y servicios en cualquier equipo conectado
a la red.
Gracias a la capacidad en aumento de servidores centrales,
el volumen de memoria y velocidades de conexión remota
con los dispositivos de almacenamiento, es posible desarrollar
grandes acervos de datos, música o video, disponibles
en cualquier parte del mundo. En un futuro cercano, podría
albergar hasta 50 por ciento de toda la capacidad de cómputo
disponible para los usuarios en el mundo.
El sitio Youtube, la herramienta de correo
electrónico Gmail y la aplicación de
música digital Spotify, son ejemplo de esta
tecnología. Con un solo click, permiten compartir
un video, revisar un mensaje o escuchar una canción,
respectivamente.
Además, servicios basados en estas operaciones
(Dropbox o Google Drive, por ejemplo) ofrecen
el resguardo de archivos personales, siempre disponibles a través
de una conexión a Internet.
Virtualización
A diferencia del cómputo basado en servidores
y en equipos a nuestro alcance –discos duros o dispositivos
de almacenamiento como memorias USB- la nube opera
en la red, gracias a la virtualización de aplicaciones,
servicios, infraestructura y funciones, independiente de conexiones
físicas entre el software (programas de cómputo,
procedimientos, reglas, documentación y datos asociados)
y el hardware (componentes que integran la parte física
de una computadora).
Integra diversos elementos que funcionan como uno solo,
a través de tecnologías basadas en distintos programas
para crear máquinas virtuales más estables. Si
un disco duro, una parte de la memoria o uno de los procesadores
fallan, las tareas que originalmente tenían designadas
son llevadas en automático a otro componente con las
mismas características, precisó.
Youtube, el canal de videos más popular
del planeta, evaluado como una de las redes sociales preferidas
de los mexicanos -con Facebook y Twitter-,
es el mejor ejemplo de los servicios que ofrece el cómputo
en nube.
Ante nuestros ojos, parece que las secuencias están
almacenadas en un servidor. En realidad, el acervo del sitio
está alojado en miles de nodos, distribuidos por el planeta
que, automáticamente, proporcionan el contenido solicitado,
de acuerdo a la ubicación del usuario.
Cada vez es mayor la penetración de esta tecnología
por la seguridad de los servicios de alojamiento como Dropbox
o Skydrive. Al almacenar nuestras fotografías,
música o documentos sólo en computadoras que utilizamos
en casa, oficina o escuela, corremos el riesgo de perderlos,
si el equipo es robado, atacado por un virus informático
o sufre cualquier percance.
En cambio, el respaldo en la nube ofrece la duplicación
o multiplicación de los acervos, facilita el acceso a
nuestra información personal y asegura su permanencia
y disponibilidad, concluyó.
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