La movilidad humana, sobre todo en ambientes urbanos,
no es aleatoria, sino que obedece a un patrón matemático
conocido como vuelo de Lévy, aseguró Octavio Miramontes,
investigador del Instituto de Física (IF) de la UNAM.
Llamado también Distribución de Lévy
(nombre derivado de su creador Paul Pierre Lévy), ese
modo de desplazamientos (muchas caminatas cortas y algunas largas)
se descubrió primeramente en el vuelo del ave más
grande que existe.
El albatros, al explorar sin posarse grandes distancias
del océano en busca de peces y calamares para alimentarse,
se apega a ese patrón, y no sólo este animal y
las personas, sino también otros organismos (las hormigas,
por ejemplo) e incluso las partículas (electrones), se
desplazan (mueven y cubren el espacio eficientemente) de esta
manera.
La movilidad humana, rasgo de una más general
que hay en toda la naturaleza, es hoy un tema candente por las
implicaciones que tiene en la vida y en la sociedad, consideró
Octavio Miramontes.
Nuevas enfermedades que se convierten en epidemias; el rumor
que influye en el voto durante una elección; el flujo
genético entre razas; el desplazamiento de migrantes
centroamericanos en territorio nacional, o la acción
de los delincuentes, dependen de modos de movilidad que siguen
el mismo patrón del albatros que busca comida.
La Distribución de Lévy, explicó
el especialista asociado al Centro de Ciencias de la Complejidad
de la UNAM, “es una descripción estadística
de la movilidad”, que consiste en buscar recursos “con
movimientos que resultan en una exploración más
óptima del espacio”.
No se trata del azaroso balanceo del ebrio, que es
“muy deficiente” si uno quiere desplazarse a cierta
distancia, sino de una exploración eficiente del espacio,
reiteró el físico universitario.
Según la distribución de probabilidad
de Lévy, “si el movimiento es para exploración
óptima del espacio, lo primero es el desplazamiento de
larga distancia para ubicarse en zonas donde existen recursos,
y después hacer exploraciones locales, de menor distancia”.
Para ser eficiente, debe ser un patrón fractal,
también conocido con Ley de Potencias. ¿Cómo
lo sabemos? Si uno toma un pedacito del patrón espacial
de distancias y lo amplifica, se observa “cómo
tiene las mismas características matemáticas en
diferentes escalas”.
Conocer los modos de movilidad permitirá comprender
mejor toda una serie de fenómenos sociales y biológicos,
aseguró Octavio Miramontes, quien ha realizado estudios
de patrones de humanos en ambientes rurales de México.
Investigaciones en la Montaña de Guerrero
En la Montaña de Guerrero, en el municipio de
Ayutla de los Libres (una de las zonas más pobres de
México, con un nivel de desarrollo similar al de los
pueblos del África subsahariana), investigó la
movilidad de sus habitantes en busca de recursos naturales.
En esa zona ecológica devastada, los pobladores
(indígenas Me’Phaa, conocidos como tlapanecos)
buscan leña (recurso ya disminuido por la pérdida
del paisaje natural) para satisfacer sus necesidades energéticas
domésticas; el cien por ciento la usa para cocinar.
Como el bosque está demasiado degradado, cada
vez los campesinos invierten más tiempo y energía
en desplazarse a distancias mayores para recolectarla.
Eso mostró el análisis de los datos registrados
en GPS que (al llevarlos consigo al monte) permitieron monitorear,
durante seis meses, la movilidad (latitud y longitud cada 10
segundos) de 12 miembros de una cooperativa de campesinos dedicada
a la producción de jamaica orgánica.
El estudio de Octavio Miramontes (forma parte de un
proyecto multidisciplinario de la UNAM que busca contribuir
a la solución de problemas socio-ambientales en Ayutla
de los Libres) mostró que el patrón de los recolectores
de leña representa una búsqueda ineficiente, lejos
de los valores que caracterizan a una distribución de
Lévy.
La movilidad humana al azar, prosiguió, se debe
a la escasez de recursos en un medio ambiente degradado, por
lo que si el bosque de la Montaña de Guerrero tuviera
recursos suficientes, la búsqueda seguramente seguiría
el patrón.
Una conclusión inmediata es que para que la
obtención del recurso sea más eficiente, los campesinos
Me’Phaa deben involucrase en tareas de reforestación
para reconstruir su bosque.
Los resultados son útiles para el diseño
de un plan de restauración en la región, labor
que requiere de la participación de especialistas en
diversas áreas, y de los habitantes de la zona que, al
involucrase voluntariamente en el estudio, entienden con más
detalle esta necesidad.
Precisamente para generar propuestas de solución
a problemas locales que tienen componentes ecológicos
y sociales, Eliane Ceccon, del Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, como parte del mismo
proyecto, labora con la cooperativa productora de jamaica orgánica,
que a su vez, es una ONG llamada Xuajin Me’Phaa AC.
La ecóloga realiza diferentes proyectos en la
región, tanto de restauración local del bosque
y del paisaje, como de mejoramiento de la sustentabilidad de
los sistemas agrícolas. Evalúa la introducción
de árboles asociados a cultivos, de manera que la población
siembre maíz y otros productos sin tirar los árboles
(práctica que, al cortar y no plantar, ha propiciado
la reducción del recurso forestal).
Estos sistemas son sustentables, pues a la vez que
ayudan a sus cultivos, les da abasto de leña. Las especies
utilizadas son leguminosas (v. g. Leucaena macrophyla), cuyas
hojas se pueden usar como fertilizante porque producen nitrógeno,
y sus ramas largas, leña.
Eliane Ceccon evalúa la calidad de la madera
y de las hojas, en términos químicos; su velocidad
de descomposición, para saber los beneficios que trae
directamente. Realizará también un análisis
de sustentabilidad de los cultivos de jamaica orgánica
para mejorar estos agroecosistemas.
Conocer los modos de movilidad humana, acotó
Octavio Miramontes, es importante porque involucra gasto de
energía en los desplazamientos y tipos de ganancias por
un proceso eficiente de personas o mercancías.
Al analizar cómo se trasladan los individuos
por Metrobús, por ejemplo, se puede saber si los recorridos
se hacen de manera eficiente o habría que cambiarlos
para hacerlos más eficientes.
En una ciudad como la capital de México, donde
hay muchos automóviles, en algún momento tendrá
que planificarse, porque es un absurdo el desperdicio de energía
por una movilidad ineficiente, consideró.
Próximamente, el universitario replicará
el experimento de la Montaña de Guerrero en el Cerrado
Brasileño, especie de sabana con pocos recursos, para
correlacionar movilidad humana con abundancia de un tipo de
fruta parecida al tejocote, en colaboración con científicos
de esa nación sudamericana.
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