Boletín UNAM-DGCS-423
Ciudad Universitaria
11:00 hrs. 13 de julio de 2013.

Rosa Ventura Martínez
           


DESARROLLAN EN LA UNAM ALTERNATIVA EXPERIMENTAL PARA EVALUAR FÁRMACOS NEUROPROTECTORES


• Investigadores de la Facultad de Medicina utilizan un modelo basado en el sistema nervioso entérico, conocido como el segundo cerebro, que alberga más de 100 millones de neuronas

Investigadores de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM desarrollan un nuevo modelo para evaluar fármacos neuroprotectores para el tratamiento de la enfermedad vascular cerebral isquémica, basado en el sistema nervioso entérico (SNE), conocido como el segundo cerebro.

En la actualidad, no hay una alternativa farmacológica que proteja a las neuronas del daño que se produce durante este padecimiento. Para diseñarla, existen distintos modelos experimentales en ratones y ratas, que son costosos y utilizan grandes cantidades de animales y sustancias, y no garantizan el éxito del tratamiento a nivel clínico.

La propuesta de un grupo de investigadores de la FM, dirigido por Rodolfo Rodríguez Carranza, consiste en probar, en distintos segmentos intestinales de cobayos sometidos a isquemia, sustancias con posible efecto neuroprotector.

Este modelo facilitará la evaluación de varios fármacos con el fin de obtener moléculas que, eventualmente, se probarán en modelos experimentales de isquemia cerebral en animales completos, informó Rosa Ventura Martínez, integrante del grupo.
Enfermedad vascular cerebral

La enfermedad vascular cerebral (EVC) es considerada la tercera causa de muerte en México, y la primera de discapacidad motora.

Se produce por la interrupción súbita del flujo sanguíneo de las arterias que irrigan al cerebro, lo que impide el suministro de oxígeno y nutrientes. Sin éstos, las células cerebrales mueren y causan daño irreversible en algunas funciones motoras de los pacientes. Esta afección puede ser ocasionada por la formación de un coágulo o un émbolo.

Entre los síntomas más comunes de la EVC se encuentran trastornos del habla, pérdida de la coordinación motora, visión borrosa, mareos y dolores de cabeza súbitos e intensos. El daño funcional ocasionado requiere, por lo regular, de fisioterapia para recuperar algunas habilidades. Si el menoscabo inducido involucra áreas del cerebro que regulan la respiración, la frecuencia cardiaca o el metabolismo, el paciente puede caer en coma, o incluso morir.

En la investigación del padecimiento se emplean, sobre todo, experimentos en roedores y cultivos celulares, dijo. El estudio en estos últimos no permite evaluar las alteraciones funcionales producidas por la isquemia, mientras que en modelos experimentales en animal íntegro, implica el trabajo con especímenes sanos, que sobreviven a distintas intervenciones quirúrgicas.

Ante las limitaciones de los modelos empleados, el grupo de la UNAM optó por explorar uno nuevo, basado en las características anatómicas y fisiológicas del SNE, descrito desde el siglo pasado.

El segundo cerebro

El Sistema Nervioso Entérico se localiza a lo largo del tracto gastrointestinal. Provee innervación intrínseca y autónoma (independiente de la innervación central) a los músculos del tracto gastrointestinal que controlan la motilidad intestinal y secreciones, con el propósito de modular sus funciones fisiológicas.

Ventura Martínez,  señaló que el SNE consta de cerca de 100 millones de neuronas localizadas a lo largo del tracto intestinal, un número similar al que se encuentra en la médula espinal.

Están agrupadas en dos plexos nerviosos: el mientérico o de Auerbach, ubicado entre la capa del músculo longitudinal y el circular, y el submucoso o de Meissner, entre la capa del músculo circular y la mucosa muscularis, indicó la integrante del Departamento de Farmacología de la FM.

De acuerdo a las evidencias, comentó, la mayor proporción de las células del SNE se localizan en el intestino delgado, la parte del aparato digestivo encargada de la absorción de nutrientes.

De hecho, muchas de las sensaciones producidas por emociones como la depresión, nerviosismo o preocupación, se perciben en el sistema digestivo. "Sentir mariposas en el estómago, se debe justamente al trabajo que realizan las neuronas de este sistema, bajo ciertas condiciones emocionales”, ejemplificó.

Las evidencias indican que los mismos neurotransmisores encontrados en el sistema nervioso central están en el SNE. Se ha comprobado que la serotonina, acetilcolina, óxido nítrico y el GABA, entre otros, cumplen una función fisiológica importante en ambos sistemas nerviosos, y que la alteración de alguno puede ocasionar un problema patológico importante.

Nueva alternativa para el estudio de fármacos neuroprotectores

En el Laboratorio de Desarrollo de Medicamentos de la FM, se retomaron las características del SNE y se propuso un modelo para evaluar el efecto neuroprotector de distintas sustancias en las neuronas mientéricas para, posteriormente, extrapolar los datos en modelos de neuroprotección clásicos.

“Para ello colocamos segmentos intestinales de dos centímetros en cámaras de órgano aislado. Cada uno se comporta como un individuo independiente. Así, podemos probar un gran número de moléculas en relativamente pocos animales, debido a las características generales del modelo in vitro, con el uso del íleon de cobayo sometido a isquemia”.

La finalidad de la investigación, prosiguió la universitaria, es obtener moléculas con posible efecto neuroprotector, para evaluarlas en modelos de animales íntegros y, si tienen éxito, pasarlas a pruebas clínicas en unos años.

“En general, en desarrollo de medicamentos, de cinco mil sustancias que se prueban a nivel experimental, sólo una es idónea para el tratamiento de algún padecimiento. Los nuevos fármacos implican un camino largo, por lo que proponemos esta alternativa experimental para el cernimiento de fármacos neuroprotectores, pues es económica y puede aportar ventajas frente a otros modelos experimentales de isquemia” concluyó.

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Fotos

Rosa Ventura Martínez, de la Facultad de Medicina de la UNAM.