Boletín UNAM-DGCS-402
FES Iztacala.

06:00 hrs. 2 de julio de 2013.

Fernando Quintanar Olguín
           


UNIVERSITARIOS APOYAN XOCHIQUETZAL, CASA HOGAR PARA TRABAJADORAS SEXUALES ADULTAS MAYORES


• Es un espacio único en México y en el mundo, localizado en Tepito
• Fernando Quintanar, de la FES Iztacala, lo considera un pequeño laboratorio psicosocial

La prostitución en adultos mayores es un tema complejo, pues constituyen un grupo vulnerable e invisible para la sociedad. Son, además, un asunto contaminado y políticamente manoseado, consideró Fernando Quintanar Olguín, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM.

Ante la situación, Quintanar Olguín y un grupo de universitarios brindan apoyo a la Casa Hogar Xochiquetzal, ubicada en Tepito. Este espacio, único en el país y en el mundo, es refugio para trabajadoras sexuales adultas mayores (algunas tienen 85 años de edad), que ejercen en la zona de Arcos de Belén, Salto del Agua o la Merced.

Para efectos de estudio, la tercera edad se considera de entre 60 y 65 años en adelante; pero en ese espacio, el grupo va de 55 a 85, pues en la clasificación “formal” queda fuera un sector desprotegido, los llamados presenectos, que van de los 55 a 60 años, aclaró.


En lo que fuera el museo de la fama del boxeo, en la calle Carlos Quinteros, muchas de esas mujeres encontraron albergue al huir de la pobreza, y después de negarles apoyo en centros de salud y grupos religiosos. “La prostitución es una actividad vinculada con la imagen empobrecida y entristecida de este segmento. Hablar de quienes la ejercen significa que todo gira en torno a ellas, no de quienes las llevaron a esa situación, a esas personas suele dejárseles de lado.

“Muchas de ellas llegaron a esa actividad porque las llevó la pareja, algún familiar las indujo, u orilladas por la pobreza y marginación social; muy pocas lo hicieron por elección personal. Normalmente, se piensa que quienes la ejercen tienen un historial de abuso sexual, maltrato y violencia, pero no siempre es así”, refirió.

De manera habitual, sus clientes son consuetudinarios y establecen vínculos familiares que rebasan la amistad, para llegar a una especie de enamoramiento. Generalmente, con ellos ya no son víctimas de maltrato o de agresiones, se identifican, hay una confianza poco común y se convierten en acompañantes ante condiciones de soledad, depresión, abandono y desesperanza.

A su vez, ellas constituyen un colectivo social que sirve de válvula para una serie de padecimientos o afecciones psicosociales de otro grupo vulnerable que ha vivido en la marginación.

Psicología del envejecimiento

Mediante el programa Psicología del envejecimiento, tanatología y suicidio, con 14 años de vida y a cargo de Quintanar, se capacita al personal de la casa hogar, que el universitario considera un pequeño laboratorio social, que le ha permitido indagar algunos aspectos relacionados.

Además, se establecen estrategias de sensibilización e integración de los residentes. “Hemos elaborado procesos grupales por medio de rituales como las ofrendas de muertos u orientación personal y familiar. Lo más importante es que los responsables de Xochiquetzal aceptaron hacer esa tarea en equipo”, detalló.

También, los universitarios intervienen como grupo de contención ante muertes por asesinato, violencia o enfermedad. “Trabajar la vejez y al adulto mayor incluye su entorno, el proceso de cambio y con quién convive; se requiere una visión de curso de vida, una perspectiva más gerontológica y menos geriatrizada”.

Casa Hogar Xochiquetzal

Actualmente, en la Casa Hogar Xochiquetzal, que en su origen fue planeado para 40 residentes, conviven entre 18 y 24 mujeres, que entran y salen en forma constante.

Desde hace casi cinco años, Quintanar Olguín visita dos o tres veces por semana ese espacio para dar continuidad al programa de apoyo. “En otras ocasiones lo hace Carlota García Reyes-Lira, colaboradora cercana, o egresados de Psicología y de otras carreras que se imparten en la FES”.

Para ese fin, trabajan de forma cercana con Verónica Montes de Oca Zavala, del Instituto de Investigaciones Sociales, quien coordina el Seminario Universitario Interdisciplinario de Envejecimiento y Vejez.

Apoyaremos a Xochiquetzal tanto como nos lo permitan. El programa requiere estrategias de atención, exige creatividad, tiene que ser una tarea sustentable, con visión profesionalizada, pues no se puede estudiar un tema sin aterrizarlo, ni participar con las residentes y el personal sólo para obtener información sin brindar algo a cambio, concluyó.

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Fotos

Fernando Quintanar Olguín, de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM.