Las emociones son inherentes a la condición
humana; su desequilibrio puede repercutir en la fisiología
y bioquímica del cuerpo, y cumplir funciones determinantes
en el desempeño o transformación de las personas.
El cuerpo y la mente no están desvinculados,
forman una unidad donde se manifiestan las emociones. Este aspecto
lo ha analizado por años Sergio López Ramos, profesor
de psicología social teórica en la Facultad de
Estudios Superiores (FES) Iztacala.
El universitario, quien junto con un grupo de colaboradores
se enfoca a la conservación y, en su caso, recuperación
de estados óptimos de salud afectados por las emociones,
advirtió sobre la necesidad de prestar mayor atención
a estas últimas, pues impactan de manera directa en distintos
órganos de cuerpo.
“Encontrar esas manifestaciones nos llevó
a estudiar medicina, historia, antropología, bioenergética,
y otras áreas como la teoría de la complejidad,
que pudieran permitir articular el proceso corporal para analizar
una emoción en relación con un órgano o
un cuerpo”, agregó.
Fue así que se concentraron en una de ellas,
así como en la comida, en un cuerpo, y en entender por
qué un sujeto se deteriora emocional y físicamente
más rápido si se rompe este equilibrio. Una emoción
puede ser dominante en el espacio corporal y desarrollarse como
una patología, apuntó López Ramos.
“Se debe trabajar, el equilibrio es de vital
importancia. En un día se puede tener un poco de miedo,
ansiedad, alegría, coraje o tristeza, que indican un
equilibrio que se puede alterar si uno domina por encima de
los demás, y ocasionará cefaleas o dolor de huesos,
entre otras exteriorizaciones corporales”, explicó
el especialista.
El miedo exacerbado, por ejemplo, puede generar temor,
pánico e incluso llegar a paralizar el desempeño
de actividades. También, hay un alto índice de
personas que sufren gastritis por la ansiedad, que no debe confundirse
con estrés.
Asimismo, si el odio, rencor, reclamo, o enojo contra
una persona o un hecho perduran meses, años, una o dos
décadas, o más, pueden derivar en artritis.
“El odio es una respuesta de defensa y ataque,
pero si no se hace algo por superarlo, esa información
permanece en el cuerpo. Nosotros sostenemos que tiene una ruta
de viaje y lleva un mensaje de destrucción, se vuelve
al interior del cuerpo y comienza la autodestrucción,
por eso es una enfermedad autoinmune”, refirió.
Otro factor que se vincula es la alimentación.
“Hay una relación con los sabores; por ejemplo,
los individuos tristes prefieren los picantes; los miedosos,
se inclinan por la sal; los iracundos, por los ácidos;
los ansiosos, por los dulces, y los alegres gustan de las cosas
amargas. Si un sabor es dominante, tendrá efectos negativos
en la salud del sujeto. La relación emoción-órgano-sabor,
se cumple en todos las personas, sin importar la raza”,
mencionó.
Aplicaciones
En los últimos años, el grupo de profesores
(unos con maestría, otros con doctorado o licenciatura)
ha efectuado terapias con niños que requieren educación
especial, donde la participación de los padres es primordial.
De manera corporal, aplican terapia bioenergética,
una dieta especial y actividades para reconciliar, enfrentar
o resolver sus problemáticas; se sugieren tratamientos
individuales o de grupo, hasta el trabajo de una constelación
familiar.
Esta última consiste en representaciones de
un hecho específico de uno de sus miembros. En las sesiones,
otras personas desempeñan roles de padres, hijos o esposas
en algún acontecer especial, y ahí se pueden detectar
fallas o desequilibrios que afectan el trato entre los integrantes,
para romper cadenas de lealtades transgeneracionales.
“Cobran importancia actualmente ante la emergencia
de nuevas problemáticas psicológicas, pues ya
no funciona un solo modelo de trabajo terapéutico para
enfrentar la compleja situación emocional de nuestros
días. A las personas se les hacen observaciones, se le
sugiere dónde está el problema, y en ese sentido,
se trabaja”, abundó.
Otro aspecto en el que el grupo labora es el seminario
El cuerpo humano y sus vericuetos, que se imparte en
la FES Iztacala a estudiantes y profesores. En el cubículo
asignado en la planta alta del edificio de Endoperio, se llevan
a cabo sesiones del Proyecto Cuerpo, donde se proporcionan clases
teóricas, asesorías, preparación y actualización
en los seminarios de formación docente, con la línea
de teoría de la complejidad y transdisciplinariedad,
que es una tradición en el nuevo plan de estudios de
la carrera de Psicología, dijo.
Colaboración
En el proyecto universitario colaboran Margarita Rivera
Mendoza, quien trabaja en el tema de los adolescentes y ha publicado
seis libros; Irma Herrera Obregón y Gerardo Abel Chaparro
Aguilera, con el proceso órgano-emoción, con dos
en su haber; Arcelia Solís Flores, con obesidad, un libro;
Carolina Rosete Sánchez, educación especial y
lo multidimensional, lleva 30 años de servicio social
en la comunidad de Chalma, Estado de México, y Araceli
Silverio Cortés, con el tema de los niños.
Jesús Lara Vargas, José René Alcaraz
González, María Guadalupe Aguilera Castro, Marcos
Olvera Nieto y Daniel Piña han publicado artículos
sobre psicología, epistemología y reflexiones,
así como cuatro libros colectivos.
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