De acuerdo con proyecciones demográficas del
Consejo Nacional de Población, para 2020 en México
habrá 14 millones de adultos mayores que representarán
el 12.1 por ciento del total de habitantes. No obstante, es
uno de los grupos más desprotegidos y vulnerables.
“Cada vez son más numerosos y con mayor longevidad,
pero persiste el rezago, sobre todo en los rubros económico,
educativo y de seguridad social, factores que los hace más
sensibles a la violencia y el maltrato”, refirió
Verónica Montes de Oca Zavala, especialista en población
del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
En ocasión del Día Mundial de Toma de Conciencia
de Abuso y Maltrato en la Vejez, que se conmemora este 15 de
junio, indicó que los factores que hacen del adulto mayor
un individuo vulnerable son la pérdida del rol social,
la baja autoestima, los niveles de dependencia derivados de
alguna patología y los bajos ingresos, que los obliga
a vivir con otros miembros de su familia o a depender económicamente
de ellos.
La también coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario
sobre Envejecimiento y Vejez, resaltó que en nuestro
territorio existen 10 millones de adultos mayores y sólo
20 por ciento de ellos perciben una pensión por alguna
institución de seguridad social –hombres en particular–,
retribución muy baja que les impide solventar integralmente
sus gastos.
La carencia económica, la falta de oportunidades para
estudiar o acceder a servicios médicos, en particular
en las mujeres, son condiciones que se transforman en factores
de riesgo que los hace susceptibles a maltrato o violencia,
pues el hecho de no saber leer, ejemplificó, les impide
conocer y defender sus derechos.
En la publicación Modelo de atención integral
en salud para adultos mayores maltratados, editada por el Instituto
Nacional de Salud Pública y en la que colaboró
la académica, se señala que el género,
la ayuda formal e informal, el deficiente estado de salud, la
depresión y la edad avanzada, son factores que agravan
el riesgo de maltrato, descuido y explotación.
De acuerdo con estudios realizados en el Centro Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, la violencia
que se vive en el país visualiza cada vez más
el agravio hacia este sector; aun así, se niegan a denunciar
porque lo consideran normal.
Los varones están inmersos en una estructura de poder
y privilegio, tanto en el país como a nivel regional,
pero al terminar su fase económicamente activa o volverse
físicamente dependientes, comienzan a vivir situaciones
de maltrato. “Todo tiene que ver con el desconocimiento
de sus derechos, pero también con la ignorancia de la
familia sobre cómo cuidarlos”, dijo.
Si bien en la antigüedad los ancianos eran venerados y
respetados por su experiencia y sabiduría, en el mundo
actual hay acciones de agresión contra ellos, “probablemente
por la falta de protección hacia este sector o porque
ser viejo es considerado socialmente como sinónimo de
enfermedad”, consideró.
Existen distintos tipos de maltrato, como el físico,
económico, psicológico, sexual, verbal y el que
ejercen las instituciones públicas y privadas del sector
salud, denominado negligencia.
El agravio significa ocasionarles daño o exponerlos al
riesgo de sufrir perjuicios a su salud, bienestar o patrimonio.
Quienes ejecutan la violencia son, en su mayoría, los
propios familiares (hijos, esposo, nietos).
En el país, prosiguió, se avanza en el cuidado
y protección de sus derechos. Como ejemplo de ello, figura
la pensión no contributiva que se les otorga, sobre todo
en el Distrito Federal, pero aún estamos lejos de tener
una perspectiva de seguridad económica, de salud y educación.
“Demográficamente vivimos un proceso cambiante,
pero no nos preparamos cabalmente para hacerle frente. Tenemos
un Estado inmaduro, sin instituciones consolidadas que protejan
a estas poblaciones; estamos enfocados a los derechos individuales,
pero no consideramos los colectivos”, apuntó.
La efeméride
El maltrato a las personas mayores ocurre en todas
las culturas, naciones y clases sociales; esa tendencia llevó
a la Organización de las Naciones Unidas a declarar el
15 de junio como el Día Mundial de Toma de Conciencia
de Abuso y Maltrato en la Vejez, como una forma de invitar a
la reflexión social sobre los abusos y sufrimientos infligidos
a la población de edad avanzada.
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