México enfrenta el riesgo de una desaceleración
económica importante. La tasa de crecimiento del
país registra una caída clara desde hace tres
años y los pronósticos para 2013 y 2014 indican
que no superará el 2.5 por ciento anual, informó
Eduardo Loría Díaz de Guzmán, de la
Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
En el último trimestre del 2012, se alcanzó
la fase más alta del ciclo económico de México
y, de acuerdo con las tendencias registradas desde 1980,
al llegar a este punto, comienza una fase descendente.
La tasa de crecimiento de 0.8 por ciento del primer
trimestre de este año es la cifra más baja
registrada desde la recesión global de 2009 y confirma
esta tendencia, estableció en la XL Reunión
Trimestral del Centro de Modelística y Pronósticos
Económicos (CEMPE).
Además, el producto interno bruto (PIB)
depende hasta en un 96 por ciento del crecimiento del producto
industrial de Estados Unidos, que a partir del cierre de
2012, presenta una tendencia al descenso, subrayó
en el Auditorio Narciso Bassols, de la FE.
A largo plazo, la economía mexicana sólo
puede crecer hasta en un 1.6 por ciento, sin generar desequilibrios
en la cuenta corriente y los niveles de inflación,
sostuvo.
En los siguientes dos años, la tasa de desempleo
registrará un promedio anual del 5.1 por ciento.
A la par, la informalidad crecerá en el país
ante la falta de oportunidades.
El coordinador del CEMPE refirió que, de
acuerdo con el indicador de confianza del productor —dato
elaborado por el Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (INEGI) para dar a conocer la opinión
de los directivos empresariales sobre la situación
económica que se presenta tanto en el país
como en sus empresas—, desde noviembre de 2010 se
vislumbraba una desaceleración.
Apreciación cambiaria
A escala mundial, según distintos indicadores,
existe el riesgo de una deflación, por los niveles
de inflación en Estados Unidos e Inglaterra. Éste
es el peor de los escenarios, similar a la Gran Depresión
de 1929-1933, en un contexto de expansión monetaria
y la movilización de grandes capitales a mercados
emergentes, lo que genera apreciaciones cambiarias y especulación,
advirtió.
En México, el tipo de cambio nominal tendrá
una apreciación fuerte. En el tercer trimestre de
2013 podría acercarse a los 11 pesos por dólar,
con efectos negativos en el sector productivo. Al cierre
del año, alcanzaría los 13.45 pesos, lo que
produciría salida de divisas y caída de la
inversión extranjera, estimó.
Para evitar este riesgo, es necesario corregir
el tipo de cambio. Frente a las presiones inflacionarias
del exterior, el Banco de México debe ajustar su
tasa de interés a la baja, entre otras medidas que
deben adoptarse en los próximos meses, concluyó.
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