Boletín UNAM-DGCS-303
Ciudad Universitaria.

06:00 hrs. 17 de mayo de 2013.


Leonardo Olivos Santoyo



PENDIENTE, UNA REFORMA INTEGRAL QUE GARANTICE LOS DERECHOS DE LA COMUNIDAD HOMOSEXUAL EN EL PAÍS

 

• Las leyes de vanguardia locales en este ámbito deben ser una norma generalizada en el país. Entre ellas, las que permiten las uniones civiles entre personas del mismo sexo, la posibilidad de cambiar la orientación genérica y las que tipifican los crímenes de odio, subrayó Leonardo Olivos, del CEIICH, en ocasión del Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia, que se conmemora este 17 de mayo

México requiere una reforma integral que reconozca y garantice el ejercicio de distintos derechos a los homosexuales, que elimine las asimetrías legales a nivel nacional en su acceso, y establezca normas para eliminar la discriminación y la violencia que persisten hacia este segmento poblacional, estableció Leonardo Olivos Santoyo, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.

Las leyes de vanguardia locales en este ámbito deben ser una norma generalizada en el país. Entre otras, las que permiten las uniones civiles entre personas del mismo sexo – legales sólo en la Ciudad de México y Coahuila-, la posibilidad de cambiar la orientación genérica, y las que tipifican los crímenes de odio, subrayó en ocasión del Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia, que se conmemora este 17 de mayo.

Además, deben ampliarse las atribuciones de los organismos públicos encargados de promover y luchar contra la discriminación, con la finalidad de que sus resolutivos y recomendaciones sean vinculantes, con efectos jurídicos y penales, apuntó.

En este contexto, deben considerarse sus repercusiones, por ejemplo, las relacionadas con el derecho a la seguridad social. Urgen modificaciones en la materia para garantizar a las parejas homosexuales el acceso a sus beneficios, que reconozcan las nuevas configuraciones de las relaciones familiares.

Para ello, se requiere un acuerdo parlamentario a nivel federal y la voluntad de las fuerzas políticas para homogeneizar la legislación a favor de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero e Intersexo (LGBTTI) en el territorio nacional.

Violencia

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el principio de no discriminación exige que los derechos humanos apliquen igualmente a cada ser humano, sin importar la orientación sexual y la identidad de género.

En 2012, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) informó que una de cada dos personas lesbianas, homosexuales o bisexuales consideraba que el problema principal es la discriminación, seguida de la falta de aceptación y las críticas y burlas.

Hace unos meses, Roberto Zamudio García perdió la vida al responder a las agresiones verbales que, por tomar de la mano a su novio en la vía pública, recibió de un grupo de individuos. En el Distrito Federal, el artículo 138 del Código Penal señala que se configura el agravante de odio si un homicidio es cometido por la orientación sexual de la víctima, entre otros elementos.

A nivel nacional, los crímenes de odio por homofobia sólo están tipificados en esta capital y en 14 estados no existe una ley para combatir esta discriminación.

En 2010, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) estimó en 648 el número de homicidios considerados crímenes por estas causas, con información recabada en 17 estados, para colocar a México como uno de los países en los que más delitos de este tipo son cometidos.

Al respecto, el integrante del CEIICH consideró un gran avance el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que decidió que, aunque las expresiones “maricones” y “puñal” no lesionen derechos fundamentales, exponen a las personas a la humillación y exclusión.

Reconoce que el lenguaje no es inocente, al constituir mensajes de odio. Al agredir verbalmente, se preparan las condiciones para la violencia física. Si los homosexuales son golpeados o asesinados, se argumenta que ellos se lo buscaron, lo que demuestra la discriminación, ejemplificó.

Deben evaluarse logros e identificar pendientes en la agenda política. Ser homosexual no constituye un delito ni representa una falta a la moral, como lo estipulaban distintos códigos civiles y penales; se ha avanzado en el reconocimiento del derecho al matrimonio o a la adopción, así como en el respeto a la diversidad sexo-genérica.

Los integrantes de la comunidad LGBTTI y las organizaciones a favor de las diversidades sexo-genéricas deben insistir en un lema de los colectivos del movimiento de liberación lésbico-homosexual: “Nadie será libre si todos no somos libres”, concluyó.

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Fotos

Leonardo Olivos Santoyo, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH).