El concepto de desarrollo sustentable se ha incorporado
en prácticamente todos los discursos globales y nacionales,
por parte de la sociedad civil, gobiernos, academia y sector
privado, y forma parte esencial de los acuerdos multilaterales.
Sin embargo, su implementación está estancada
en el mundo entero, y realmente ningún país
está en un proceso de esta naturaleza, afirmó
Julia Carabias Lillo.
En la inauguración del 2º Ciclo de
Conferencias Una agenda para el Siglo XXI. Visiones
y propuestas de mujeres universitarias, organizada
por los alumnos de la asignatura Regiones socioeconómicas
de la Facultad de Química (FQ), la académica
de la Facultad de Ciencias (FC) expuso que esa situación
se debe a que no se ha podido integrar el aspecto económico
con el ambiental y social.
Al hablar de “Sustentabilidad”, la
experta mencionó que “no se han podido lograr
procesos interdisciplinarios; no son el común denominador
en la forma de aprender, estudiar, gestionar, aplicar la
política y desarrollar leyes e instituciones”.
Además, los acuerdos multilaterales se han
incumplido, las metas nacionales no se han concretado y
las instituciones están obsoletas, no reaccionan
a los niveles de este reto tan grande.
De igual modo, el paradigma de crecimiento económico
no ha cambiado y los mercados no incorporan el costo ambiental
de la producción; tampoco en las cuentas nacionales.
El tema se ve como un costo y no como una oportunidad.
En el auditorio A de la FQ, la bióloga explicó
que el capital natural significa toda aquella biodiversidad
(especies, ecosistemas y genes) de la que es dueña
un país, y que se suma al capital económico
y humano para lograr el desarrollo.
Carabias expuso que las especies reconocidas por
la ciencia son un millón 800 mil, pero se estima
que eso no constituye más que un porcentaje pequeño
de las que realmente existen, calculadas en 30 millones.
Por ejemplo, se conocen cerca de 900 mil de insectos, sólo
18 por ciento de lo previsto; dos terceras partes de plantas,
y cinco por ciento de hongos.
Pero por el impacto permanente del cambio de uso
de suelo en la biodiversidad, nunca vamos a conocer tal
riqueza. Los ecosistemas están profundamente amenazados;
en el planeta, cerca de 13 millones de hectáreas
se deforestan cada año, y con ello, se ha perdido
casi la mitad de la cobertura vegetal de la Tierra. Brasil,
Australia e Indonesia tienen las tasas de pérdida
más altas; México está en la lista
de los 13 primeros.
La situación se debe, en zonas templadas,
a incendios forestales, y en regiones tropicales, a la ganadería
y la agricultura, explicó la especialista.
La biodiversidad acuática también
está en peligro. El principal problema está
en las pesquerías –que generan 170 millones
de empleos a escala mundial–, pues el 85 por ciento
de ellas está sobreexplotada y con una situación
que empeora.
En México, explicó, no se han aprovechado
las ventajas que ofrece la biodiversidad para el desarrollo.
Han habido avances, pero se necesitan cambios importantes,
consideró Carabias. Tenemos instituciones, instrumentos
económicos, participación de la sociedad,
áreas naturales protegidas, unidades de manejo para
la conservación, manejo forestal sustentable, ecoturismo
y reformas legales, pero si esas políticas no se
consolidan, “nos va a ganar el tiempo”.
El objetivo debe ser erradicar la pobreza, reducir
la desigualdad, hacer que el crecimiento sea inclusivo,
que la producción y consumo sean sustentables y luchar
contra los efectos del cambio climático.
Se requiere, acotó la universitaria, la
producción sustentable de alimentos; energía
moderna y limpia; agua limpia y sustentable para todos;
uso diversificado de la biodiversidad; desarrollo urbano,
territorial y regional integrado; una economía sustentable
y verde; educación y comunicación ambiental
para la ciudadanía y, sobre todo, una nueva cultura
que cambie la actitud de la sociedad ante la naturaleza.
El ciclo
Jesús Andrés Vite Medina, estudiante
de ingeniería química metalúrgica,
explicó que el ciclo Una agenda para el Siglo
XXI. Visiones y propuestas de mujeres universitarias,
busca desarrollar la multidisciplina a través de
temas de salud y energía, sustentabilidad y equidad
de género, desde la perspectiva de mujeres reconocidas
por su profesionalismo, calidad académica y valiosas
aportaciones al conocimiento, interesadas en asuntos relevantes
para nuestro país.
Ellas, continuó, buscan contribuir con la
creación de una conciencia social preparada para
los problemas presentes y futuros; favorecer una formación
integral y humana, con el fin de ayudar a una sociedad que,
debido al progreso acompañado de la inconsciente
actividad humana, ha provocado que el planeta se encuentre
en sus límites.
En tanto, Leonel Rojas Romero, estudiante de ingeniería
química, al hacer la presentación de la conferencista,
dijo que Julia Carabias es investigadora adscrita a la FC
y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
En esa entidad y otras instituciones académicas
ha impartido cursos desde1977, en materia de ecología,
manejo de recursos naturales, restauración ambiental,
conservación de ecosistemas y políticas públicas.
Ha elaborado más de una centena de textos, libros
y artículos en estos temas.
Dentro de sus logros mencionó que en 1984
coordinó el Programa de Investigación y Desarrollo
Rural de Aprovechamiento Integral de Recursos Naturales;
en 1992, formó parte de la Comisión sobre
los Países en Desarrollo y el Cambio Global, de Naciones
Unidas; fue presidenta del Instituto Nacional de Ecología,
y de 1994 a 2000, titular de la Secretaría de Medio
Ambiente, Recursos Naturales y Pesca. Entre sus reconocimientos
se encuentran los premios Internacional Cosmos en 2004,
y Campeones de la Tierra, de la ONU, en 2005.
Al acto asistió el director de la FQ, Jorge
Vázquez Ramos, académicos y estudiantes universitarios.