Boletín UNAM-DGCS-243
Ciudad Universitaria.
15:00 hrs. 20 de abril de 2013


Alejandro Estrada

La reintroducción de la Ara macao cyanoptera es crucial para preservar no sólo a estas aves, sino a un ecosistema entero, por eso se le llama “especie bandera”.


DESPUÉS DE 70 AÑOS DE EXTINCIÓN EN LA ZONA, LA GUACAMAYA ROJA REGRESA A PALENQUE

 

• Tras un largo proceso para adaptarlas a la vida silvestre, 20 ejemplares fueron liberados este domingo; el proceso se repetirá tres veces a lo largo de 2013

• En el proyecto participan el Instituto de Biología de la UNAM y los ecoparques Xcaret, Quintana Roo, y Aluxes y Nacional de Palenque, además de autoridades federales, estatales y municipales, y representantes de la iniciativa privada y organizaciones no gubernamentales

Después de 70 años extintas en la zona, la guacamaya roja regresó a las selvas de Palenque, tras la liberación de 20 ejemplares de la variedad Ara macao cyanoptera (subespecie endémica de México) que, desde hoy, vuelan libres por la jungla.

Este hecho inédito forma parte de un proyecto en el que colaboran la academia, iniciativa privada, organizaciones no gubernamentales y autoridades federales, estatales y municipales, entre las que destacan, el Instituto de Biología (IB) de la UNAM, la asociación civil Acajungla y los ecoparques Aluxes, Xcaret y Palenque. El objetivo es reintroducir a estos animales en áreas que poblaban originalmente.

La liberación es la primera de tres que se planean realizar, por año, de aquí a 2015. La meta es hacer que, al concluir este lapso, 250 aves habiten de manera silvestre en los territorios que alguna vez les pertenecieron y que les fueron despojados por la actividad del hombre.

Parte del pasado de México

Para las culturas prehispánicas del sureste mexicano, las guacamayas rojas eran consideradas guardianas de los árboles y sus menciones en ritos y leyendas resultaban frecuentes, así como sus representaciones en pinturas y esculturas; desafortunadamente, hoy esta presencia parece limitarse a estas expresiones artísticas, pues prácticamente han desaparecido de su hábitat original (que va de Tamaulipas a Chiapas), y detrás de esto, se encuentra la actividad humana.

Como una manera de contrarrestar el fenómeno, este domingo se liberaron 20 en la selva de Aluxes, que volaron de ahí con destino final al Parque Nacional Palenque, a aproximadamente dos kilómetros y medio de distancia. De esta manera, este animal regresa a una zona en la que el último ejemplar silvestre fue visto hace más de 70 años.

La guacamaya roja está extinta en 95 por ciento del área que ocupaba en México; de hecho, se calcula que sólo quedan 250 (en libertad) en todo el país: 50 en la región de los Chimalapas, y 200 en el extremo sur de la Selva Lancadona de Chiapas, explicó Alejandro Estrada, responsable del proyecto por parte del IB de la UNAM.

Por esta razón se escogió la zona de Palenque; se espera que una nueva comunidad en la región sirva de puente entre estos dos reductos que, por la devastación provocada por el hombre, quedaron incomunicados geográficamente.

Un proyecto de largo alcance

En 2007, Acajungla —asociación civil dedicada a proyectos de conservación— detectó que era urgente evitar el declive en la población de guacamayas rojas, especie declarada en peligro de extinción por la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2010), expuso Estrada.

Para 2009, el IB decidió dar continuidad a esta iniciativa y promover una alianza entre esta entidad universitaria y el parque ecoarqueológico de Xcaret, un lugar con experiencia probada en la crianza de estos animales; tres años más tarde se integrarían la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la Wildlife Conservation Society, de Nueva York.

Finalmente, en diciembre de 2012, llegaron de Xcaret al parque Aluxes de Palenque, 27 ejemplares que, hasta hoy, estuvieron confinados en una jaula de preliberación, en la que aprendieron las habilidades básicas para sobrevivir en la naturaleza. El siguiente paso fue soltar a 20 hoy (tras diversas evaluaciones, siete se consideraron aún no aptos) para así comenzar el proceso de reintegración en una zona en la que las guacamayas habían desaparecido desde mediados del siglo pasado.

Con la finalidad de garantizar los mejores resultados, cada animal fue revisado y declarado sano por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), y otros organismos de salud del exterior.

Pero el proceso no se detiene aquí, pues en cuanto esta primera generación comenzó a volar en libertad, el recinto recibió a una segunda, conformada por 29 aves, que también aprenderá a vivir silvestremente, añadió el universitario.

Una especie bandera

La reintroducción de la Ara macao cyanoptera es crucial para preservar no sólo a estas aves, sino a un ecosistema entero. Por eso se le llama “especie bandera”, pues se trata de un animal carismático que al tiempo que despierta simpatía, genera conciencia entre la población. Al proteger su entorno, se hace lo mismo con infinidad de anfibios, insectos, mamíferos y variedades vegetales que ahí habitan.

Como parte de este proceso, el 14 de abril se instituyó el Día del Festival de la Guacamaya Roja que, a partir de este año, se celebra en Palenque como parte de una estrategia para dar a conocer este proyecto e involucrar a la población en la conservación de la flora y fauna del lugar que habitan.

Los principales factores que amenazan a estas aves son la sustracción de pichones para su venta en el mercado negro de mascotas y la importante merma de las selvas tropicales húmedas, su hábitat primario. Dar a conocer estos aspectos entre las comunidades locales es crucial para garantizar que este proyecto llegue a buen puerto, indicó Estrada.

De no tomar resoluciones en esta década para garantizar su conservación, se estima que la desaparición de las dos últimas comunidades silvestres que quedan en México, sería inminente.

Por esta razón, el IB ha aportado el conocimiento técnico requerido para esta labor, como el análisis genético de los ejemplares liberados (para asegurar que sean reproductivamente compatibles con las comunidades silvestres) y el diseño de las estrategias a seguir en las fases pre y post-liberación.

En la primera, se adiestró a las aves para formar parvadas, realizar vuelos largos, reconocer alimento y para alejarse tanto del humano como de sus depredadores naturales. En la segunda, se les dará seguimiento para estudiar y documentar su adaptación a la vida salvaje. Algunos ejemplares cuentan con chips de rastreo para monitorear su actividad; así, a partir de lo observado, se perfeccionarán acciones que ayuden a alcanzar la meta planteada desde un inicio: que la guacamaya regrese a casa.

Ceremonia

Tras cuatro meses de preparación, 20 de las 27 guacamayas preparadas para la vida silvestre fueron liberadas hoy, en una ceremonia que marca un hito en los proyectos de preservación en México, y en la que estuvieron presentes, además del propio Estrada, el mandatario de Chiapas, Manuel Velasco Coello; el presidente de Experiencias Xcaret, Miguel Quintana Pali, y el presidente honorario de Acajungla, el ex gobernador chiapaneco Patrocinio González Blanco Garrido.

Al filo de las tres de la tarde, los representantes de las diversas entidades reunidos en el ecoparque Aluxes, tiraron de la cuerda que abrió la parte superior de la gigantesca jaula de seis metros de alto por 30 de largo en el que se encontraban las aves, que rápidamente remontaron el vuelo para dirigirse a su nuevo hogar.

El propósito es que formen una nueva comunidad en el Parque Nacional de Palenque, reserva federal protegida de mil 770 hectáreas, que rodea la zona arqueológica maya del mismo nombre. Tener una tercera comunidad que medie entre la localizada en la selva de los Chimalapas, en Oaxaca, y la Lacandona de Chiapas, es crucial para garantizar la subsistencia de la especie, explicó Estrada.

Para finalizar, añadió que este primer paso es relevante para recuperar la biodiversidad perdida en la región. La meta es, de aquí a 2015, tener a 250 aves en la región; de lograrlo, en apenas dos años se duplicaría la población de guacamayas rojas silvestres en México, al pasar del par de cientos que hay actualmente, a 500; “es un objetivo ambicioso, pero también un esfuerzo que vale la pena”. 

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Fotos

Tras cuatro meses de preparación, 20 de las 27 guacamayas preparadas para la vida silvestre fueron liberadas, en una ceremonia que marca un hito en los proyectos de preservación en México.


Alejandro Estrada, responsable del proyecto por parte del IB de la UNAM.