A unos meses de cumplir cinco años de investigación
sobre la presencia de los principales tipos polínicos
y sus niveles de concentración en la Ciudad de México,
la Red Mexicana de Aerobiología (ReMA) de la UNAM,
está en posibilidad de poner a disposición
de especialistas y población afectada calendarios
polínicos a través de su página web,
informó Carmen Calderón Ezquerro, del Centro
de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de esta casa de
estudios.
La especialista en microbiología ambiental
mencionó que las mayores concentraciones de polen
en la atmósfera se registran entre diciembre y marzo,
periodo en el que las personas susceptibles presentan más
reacciones alérgicas.
El polen en la atmósfera constituye uno
de los principales alérgenos que respira la población,
por lo que es importante determinar su presencia y frecuencia,
aunque su concentración depende de la vegetación
y de las condiciones ambientales para cada zona, explicó
Calderón Ezquerro, al participar en el Seminario
Red Mexicana de Aerobiología (ReMA): monitoreo
de granos de polen alergénicos en la atmósfera
de la Ciudad de México.
El objetivo de la Red es monitorear y detectar,
permanentemente, granos dispersos para estar en posibilidad
de generar esos calendarios—que no se tienen para
México—; para ello se requiere un monitoreo
continuo de cinco años, que están por cumplirse
en agosto, expuso.
La ReMA también pretende determinar su impacto
potencial en la salud humana, en específico en pacientes
con asma y alergias; generar estimaciones a futuro sobre
los efectos del cambio climático mediante distribución
y concentración, y evaluar su potencial como bioindicador
de contaminación ambiental.
En Europa, desde hace aproximadamente tres décadas
se generan datos continuos de la presencia de polen, y se
ha observado que las modificaciones en la atmósfera
por el incremento en la temperatura genera cambios en la
floración de las plantas, tanto en periodos largos
como en intensidad.
El grupo de investigación que encabeza inició
muestreos en 2008 en Ciudad Universitaria (Coyoacán)
y se extendió a Chapultepec (Miguel Hidalgo), posteriormente
hacia Iztapalapa, y Cuajimalpa y Toluca, en el Estado de
México. En febrero, se instaló una estación
en la delegación Gustavo A. Madero “porque
tenemos la preocupación de la cantidad de pólenes
que provienen de la zona norte”.
Próximamente, informó, los estudios
se realizarán en Oaxaca, “donde ya se tiene
el equipo y se encuentra en capacitación el personal
que se encargará de su manejo”. Además,
existe la posibilidad de establecer estaciones en San Luis
Potosí, Sonora, Michoacán y Yucatán.
Para su labor, los universitarios utilizan trampas
de esporas tipo Hirst, que succionan 10 litros de aire por
minuto, misma cantidad que respira un ser humano diariamente.
Desde agosto de 2008 a la fecha, se han encontrado
45 tipos polínicos diferentes, como esporas de hongos
y polen; este último proveniente de árboles,
malezas, arbustos y pastos. La información “nos
permitirá elaborar un atlas de granos de polen del
aire”.
En Coyoacán y Miguel Hidalgo, por ejemplo,
se encontraron concentraciones de hasta 104 mil pólenes;
en Iztapalapa de 15 mil y hasta 16 mil anuales, “porque
no hay mucha vegetación. Estamos por cumplir cinco
años de actividad en las primeras tres estaciones,
por lo que este año podremos presentar nuestros calendarios”,
remarcó.
El equipo nos ha permitido determinar que al medio
día se registra la mayor concentración; es
decir, cuando la temperatura sube y la humedad disminuye.
“Ésta es la información que tratamos
de aportar al sector salud”.
Polinosis, padecimiento con alto impacto social
Por su parte Guillermo Guidos, alergólogo
del Instituto Politécnico Nacional, explicó
que la polinosis, enfermedad alérgica caracterizada
por síntomas que afectan ojos, nariz y pulmones,
es considerada un problema de salud importante con alto
impacto social, económico y de calidad de vida de
quienes la padecen. No obstante, el área médica
carece de herramientas para un diagnóstico adecuado,
y de instrumentos para conocer el medio ambiente.
Se origina por una reacción alérgica
frente a los pólenes presentes en la atmósfera,
que penetran en el organismo a través de las mucosas
expuestas al aire (ojos, nariz, y boca) y producen procesos
respiratorios como rinitis y asma.
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