Boletín UNAM-DGCS-214
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 7 de abril de 2013


Carmen Calderón Ezquerro

           


PUBLICARÁ LA RED MEXICANA DE AEROBIOLOGÍA, CALENDARIOS POLÍNICOS

 

• La ReMA tiene estaciones de muestreo en cuatro delegaciones del DF; en Toluca, Estado de México, y en breve, entrará en funcionamiento una en Oaxaca
• Se estudia la posibilidad de instalar otras en San Luis Potosí, Sonora, Michoacán y Yucatán

A unos meses de cumplir cinco años de investigación sobre la presencia de los principales tipos polínicos y sus niveles de concentración en la Ciudad de México, la Red Mexicana de Aerobiología (ReMA) de la UNAM, está en posibilidad de poner a disposición de especialistas y población afectada calendarios polínicos a través de su página web, informó Carmen Calderón Ezquerro, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de esta casa de estudios.

La especialista en microbiología ambiental mencionó que las mayores concentraciones de polen en la atmósfera se registran entre diciembre y marzo, periodo en el que las personas susceptibles presentan más reacciones alérgicas.

El polen en la atmósfera constituye uno de los principales alérgenos que respira la población, por lo que es importante determinar su presencia y frecuencia, aunque su concentración depende de la vegetación y de las condiciones ambientales para cada zona, explicó Calderón Ezquerro, al participar en el Seminario Red Mexicana de Aerobiología (ReMA): monitoreo de granos de polen alergénicos en la atmósfera de la Ciudad de México.

El objetivo de la Red es monitorear y detectar, permanentemente, granos dispersos para estar en posibilidad de generar esos calendarios—que no se tienen para México—; para ello se requiere un monitoreo continuo de cinco años, que están por cumplirse en agosto, expuso.

La ReMA también pretende determinar su impacto potencial en la salud humana, en específico en pacientes con asma y alergias; generar estimaciones a futuro sobre los efectos del cambio climático mediante distribución y concentración, y evaluar su potencial como bioindicador de contaminación ambiental.

En Europa, desde hace aproximadamente tres décadas se generan datos continuos de la presencia de polen, y se ha observado que las modificaciones en la atmósfera por el incremento en la temperatura genera cambios en la floración de las plantas, tanto en periodos largos como en intensidad.

El grupo de investigación que encabeza inició muestreos en 2008 en Ciudad Universitaria (Coyoacán) y se extendió a Chapultepec (Miguel Hidalgo), posteriormente hacia Iztapalapa, y Cuajimalpa y Toluca, en el Estado de México. En febrero, se instaló una estación en la delegación Gustavo A. Madero “porque tenemos la preocupación de la cantidad de pólenes que provienen de la zona norte”.

Próximamente, informó, los estudios se realizarán en Oaxaca, “donde ya se tiene el equipo y se encuentra en capacitación el personal que se encargará de su manejo”. Además, existe la posibilidad de establecer estaciones en San Luis Potosí, Sonora, Michoacán y Yucatán.

Para su labor, los universitarios utilizan trampas de esporas tipo Hirst, que succionan 10 litros de aire por minuto, misma cantidad que respira un ser humano diariamente.

Desde agosto de 2008 a la fecha, se han encontrado 45 tipos polínicos diferentes, como esporas de hongos y polen; este último proveniente de árboles, malezas, arbustos y pastos. La información “nos permitirá elaborar un atlas de granos de polen del aire”.

En Coyoacán y Miguel Hidalgo, por ejemplo, se encontraron concentraciones de hasta 104 mil pólenes; en Iztapalapa de 15 mil y hasta 16 mil anuales, “porque no hay mucha vegetación. Estamos por cumplir cinco años de actividad en las primeras tres estaciones, por lo que este año podremos presentar nuestros calendarios”, remarcó.

El equipo nos ha permitido determinar que al medio día se registra la mayor concentración; es decir, cuando la temperatura sube y la humedad disminuye. “Ésta es la información que tratamos de aportar al sector salud”.

Polinosis, padecimiento con alto impacto social

Por su parte Guillermo Guidos, alergólogo del Instituto Politécnico Nacional, explicó que la polinosis, enfermedad alérgica caracterizada por síntomas que afectan ojos, nariz y pulmones, es considerada un problema de salud importante con alto impacto social, económico y de calidad de vida de quienes la padecen. No obstante, el área médica carece de herramientas para un diagnóstico adecuado, y de instrumentos para conocer el medio ambiente.

Se origina por una reacción alérgica frente a los pólenes presentes en la atmósfera, que penetran en el organismo a través de las mucosas expuestas al aire (ojos, nariz, y boca) y producen procesos respiratorios como rinitis y asma.

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Fotos

Carmen Calderón Ezquerro, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.